Todo palabra que
se escucha abierto a que llegue al corazón, cambia, transforma y da un giro nuevo
a tu vida. Porque, cuando la palabra escuchada penetra hasta lo más profundo de
tu corazón, tu vida se revuelve, se inquieta, se mueve y trasciende más allá de
lo que está delante de sus ojos.
Jesús propone
romper barreras que limiten tu libertad. Propone caminos de riesgos que exijan
perdón, misericordia y abiertos a la libertad. Propone límites insospechados e
imprevisibles que rompan con toda tradición, costumbre, propuestas y
razonamientos humanos que nos encorsetan y nos limitan hasta el punto de que
nos ven como fuera de sí o locos.
Jesús vivió esa experiencia
de verse tomado como alguien fuera de sí. Y, efectivamente, esa era su actitud,
la de Alguien que ha venido para sacarnos de nuestras comodidades instaladas en
lo establecido, en la tradición, en la costumbre y en el placer de permanecer
inmóvil en la seguridad de quienes no caminan a lo nuevo, a la novedad del amor
misericordioso que nos anuncia Jesús.
Y no es escuchado, ni se le entiende. Incluso por sus propios familiares. Y es que sólo aquellos que conectan con Él y con su Palabra, pueden llegar a ser su padre, madre, hermanos…etc.
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