viernes, 18 de octubre de 2013

TAMBIÉN HOY NOS ENVÍA

(Lc 10,1-9)

En aquel tiempo es, ahora, hoy. Somos enviados como en aquel tiempo fueron enviados los que estaban y seguían a Jesús. La mies es mucha y los obreros son pocos. Hoy, a pesar de que Jesús nos necesita y nos llama tampoco nosotros respondemos, y la mies sigue siendo abundante, pero los obreros pocos.

Sin embargo, el Señor es constante, eterno y su Amor no tiene límites. Continúa llamándonos y, con eterna paciencia, esperando nuestra respuesta. ¿Cuándo le vamos a responder? Es quizás la pregunta que el Espíritu Santo nos envía y hoy y nos mueve a responder. 

Depende de ti y de mí. Ambos somos discípulos del Señor si nos esforzamos en seguirle. Estamos ya enviados en el lugar que vivimos: familia, trabajo, ambientes... Pero también podemos, si nos llama para otros menesteres, responder a la acción del Espíritu Santo. 

Señor, dispón de nuestro inútil y enfermo corazón y transfórmalo en un corazón abierto, de carne, dispuesto a anunciarte con la propia vida y la palabra y, llenos de Ti, ser instrumentos de tu Amor.

jueves, 17 de octubre de 2013

PROFETAS DE HOY

(Lc 11,47-54)

¿No nos damos cuenta que eso mismo está pasando hoy? Continúan dando premios, honores y homenajes a personas que se han distinguido por su bondad y santidad (posibles profetas de nuestro tiempo), pero con la intención de acallarlos y de confundir. Se hace el guiño de estar de acuerdos con lo que ellos proclaman y defienden, pero nada más. La vida sigue igual y tras edificarles sepulcros y homenajes todo queda enterrado.

Cuando no, a la mayoría se le ha perseguido, calumniado hasta hacerle la vida imposible. Luego, cuando se le ha callado la boca, se le ha rendido falsa alabanza y al sepulcro. Hoy está pasando lo mismo. Se trata de apartar a aquellos que molestan, que no están de acuerdos con la mayoría. Les hacen la vida imposible y hay que buscar la manera de quitarlos del medio.

« ¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros...! Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.

¿No le está ocurriendo hoy lo mismo a muchos santos y profetas de nuestro tiempo? ¿No hay abierta una discusión y desconfianza contra nuestro Papa Francisco, pues parece que su manera de actuar molesta? La Palabra de Dios se hace actual y es de hoy. Nos viene muy bien meditarla serenamente y preguntarnos, ¿qué está pasando hoy?

miércoles, 16 de octubre de 2013

VIVIR EN LA JUSTICIA Y EL AMOR

(Lc 11,42-46)

Todos nuestros esfuerzos tienen un sólo objetivo: "Vivir en el amor y la justicia", porque el uno presupone lo otro, pues de no ser así estamos señalándonos como lo que Jesús nos descubre hoy: "Fariseos". De nada vale cumplir con las normas y preceptos religiosos, si luego nos falla la caridad contenida en el amor que el Padre nos da para que también lo demos nosotros.

Y es entonces, cuando nos proponemos vivir en la verdad, cuando experimentamos lo duro, difícil y pesado que se hace el camino del amor y la justicia. Pero también, la necesidad que tenemos de no ir solo, porque solos seremos derrotados. Descubrimos entonces que sólo en el Señor, injertados en el Espíritu Santo, seremos capaces de vivir y cargar con nuestra propia cruz y también aliviar la de los otros.

Y no vale medias tintas o pasos disimulados. Nos autoengañamos. Sólo el esfuerzo sincero, verdadero y auténtico nos eximirá de ser señalados. Nos confesamos pecadores y pobres, pero en el Espíritu nos esforzamos en cumplir y vivir el amor.

Por eso, desde nuestra humanidad pecadora, asumiendo nuestras debilidades y fracasos, te pedimos Padre Bueno nos perdones nuestras limitaciones, pecados e impotencia, y nos des la fuerza para, caminando en la acción del Espíritu Santo, sepamos y podamos vivir en la justicia y la caridad.

martes, 15 de octubre de 2013

VALORES Y NO COSTUMBRES



Suele ocurrir que la costumbre se hace ley, e incluso, los valores se someten a la costumbre. Solemos oír con mucha frecuencia: "Siempre se ha hecho así...", y todo, incluso las personas quedan pospuestas a las costumbres de los antiguos del lugar.

Jesús se salta la costumbre, porque entre otras cosas no es ley. Y ante el asombro y perplejidad del fariseo anfitrión, le censura la hipocresía de cuidar lo externo y abandonar lo interno. Y eso no ocurre a nosotros hoy. Llevados por una falsa apariencia, cuidamos la presencia, la costumbre y la norma, y abandonamos la atención, el cuidado y las necesidades de la persona.

Nada es prioritario al amor y la justicia respecto al hombre, criatura y capricho de Dios. Todo está establecido para su servicio y su bien, de manera que lo que se anteponga a él no es correcto. Una vez más y aprovechando otras circunstancias y momento, el Señor aprovecha para dejar claro que lo primero es el Amor. De nada vale las apariencias, los cumplimientos y las oraciones, si lo que verdaderamente importa, el bien del hombre, queda desatendido y marginado.

Bien decía el Papa Francisco que da vergüenza lo que ocurre en Lampedusa. ¿Cómo podemos rezar el Padre nuestro y permitir que nuestros hermanos mueran ahogados sin prestarle ayuda? La limpieza interior origina también la exterior. Por eso, cuidar el interior es lo verdaderamente importante, pues lo exterior reflejará lo que se vive en el interior. 

De la abundancia del corazón hablará la boca.

lunes, 14 de octubre de 2013

PRUEBAS PARA CREER

(Lc 11,29-32):


Sin duda que teniendo pruebas todo sería más fácil. Quien tiene una experiencia y ve, posiblemente creerá. No se esconde que creer sin ver es cosa más difícil. Por eso, Jesús dice en una ocasión que serán dichosos aquellos que creen sin ver. Y es que el mérito está en creer sin ver ninguna prueba.

Jesús señala como generación malvada y perversa a aquellos que pretende pruebas y demostración de su Divinidad, como si se tratara de unos exámenes por los que hay que pasar para ser aceptado como Señor. No tendría ninguna lógica ni mérito hacerlo así, porque la fe consiste en creer sin ver, esperar, confiar y callar en la esperanza de que el Señor actúe en su momento. Y eso sólo Él lo sabe y sólo a Él compete.

La salvación, la que interesa. No la que puede dar este mundo, sino la que es para todos los mundos y para siempre: "La Eterna". La Salvación que está por encima de las salvaciones con minúscula que encontramos en este mundo, es la Salvación que ofrece Jesús a aquellos que se fían de Él y por la fe le siguen en silencio y en obediencia. Esos son los que serán recompensados con la Salvación eterna.

domingo, 13 de octubre de 2013

EL OLVIDO DE DAR LAS GRACIAS

(Lc 17,11-19)

Todos, alguna vez, hemos recibido las gracias por algún favor que hemos hecho. Pero también, pronto, hemos experimentado que esas gracias se han olvidado y echado en saco roto. En el fondo somos muy pocos agradecidos. Preferimos pedir y recibir, pero poco dar y agradecer.

Y en muchos casos, en los que agradecemos, lo hacemos de corazón para fuera, para guardar las obligadas apariencias sociales que todos interpretamos a las mil maravillas. No son gracias salidas de lo más profundo del corazón, por lo que se olvidan pronto. La raíz no es profunda y se seca al salir los primero rayos de sol.

Así nos ocurre con nuestro Padre Dios. Pedimos y hasta exigimos de forma inconsciente lo pedido. Nuestra relación es sólo para pedir necesidades, para que mejore nuestra vida y la de los nuestros. Pedir y pedir, pero nos olvidamos de dar gracias. No sólo de lo recibido, sino de lo que tenemos. Así le ocurrió a aquellos nueve leprosos. De los diez curados sólo se volvió uno para agradecer la curación recibida, y fue precisamente el samaritano.

¿Nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿Nos damos cuenta de que todo lo recibido ha sido regalo de Dios?

sábado, 12 de octubre de 2013

ESCUCHAR PARA CUMPLIR

(Lc 11,27-28)

Hay dos cosas que van unida. Si una es separada, la otra pierde todo su sentido. La una, es la escucha de la Palabra de Dios. Sin ella, el camino se hace oscuridad y el horizonte se esconde. La Palabra es la estrella que nos guía y alumbra nuestros pasos. Escuchar la Palabra para encontrar la orientación del camino se hace necesario. Cada día trae sus interrogantes, sus decisiones y su trabajo. Vivirlo en presencia de Dios implica escuchar su Palabra y, en consecuencia, aplicarla a nuestra vida.

La otra, es cumplir lo escuchado. Aplicar la Palabra a nuestra vida significa darle cumplimiento con y en nuestro obrar concreto de cada día. Vivenciar la Palabra en otros lugares donde vivimos: familia, trabajo, amigos, vida social, ambientes... Y hoy, en la época que vivimos, a través de la red también podemos llevar nuestras vivencias e inquietudes de la  Palabra a todos los lugares del mundo. Y es trajo y compromiso que debemos, cada uno en la medida de sus posibilidades, realizar.

Y simplemente, serán dichosos aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.