sábado, 27 de diciembre de 2014

NOSOTROS LLEVAMOS VENTAJA, PUES SABEMOS EL FINAL DE LA HISTORIA

Jn  20, 2-8

Hace dos días, concretamente el jueves, celebrábamos el nacimiento de Jesús, y hoy nos habla el Evangelio de su Resurrección. Sabemos el final de la historia, y eso es mucha ventaja para no aprovecharla. Y lo sorprendente es que no la aprovechamos. Es ahí donde podemos medir la fuerza y el poder del diablo, que nos somete a pesar de que conocemos que el Señor ha Resucitado. ¡Dios mío que ceguera!

Los apóstoles y las mujeres cercanas a Jesús no lo sabían. Claro lo dice Juan, protagonista junto a Pedro del pasaje evangélico, al narrar como María Magdalena les comunica a Pedro y a él mismo que se han llevado el Cuerpo de Jesús. Pensaban que lo habían robado o escondido. Corren temerosos a comprobarlo. El primero, el más joven, sólo se asomó, viendo las vendas en el suelo.

Luego, llega Pedro y entra, y no sólo se fija en las vendas que están en el suelo, sino ve el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, enrollado en un lugar aparte. Signo inequívoco que no lo habían robado, porque quien hace eso no se detiene a colocar las cosas cuidadosamente. Entonces entró también el otro discípulo que había llegado primero. Vio y creyó.

Juan nos sirve de testigo con sus palabras (1Juan 1, 1-4) y nos transmite su testimonio para que su alegría sea completa. Conocemos, por testigos, que Jesús, el Niño que el jueves celebrábamos su Nacimiento, tras morir condenado en la Cruz, ha Resucitado. Y eso sólo significa una cosa: Jesús Vive y nos acompaña para que también nosotros, crucificados en nuestras propias cruces, resucitemos

viernes, 26 de diciembre de 2014

SEGUROS ANTE EL PELIGRO

(Mt 10,17-22)

Ante un proyecto cargado de dificultades y peligros, incluso con riesgo de perder la vida, el sentido común aconseja desistir. Y eso parece que se puede desprender de las palabras de Jesús. Pero nada más lejos de la realidad. Jesús nos advierte de las dificultades, pero nos garantiza el resultado y nos anima porque Él va con nosotros y, en Él, superaremos todo peligro, obstáculo y dificultad.

No es un camino, seguir a Jesús, fácil ni cómodo. Supone una lucha constante contra uno mismo y contra los que pretenden desviarte, perseguirte y ponértelo difícil, incluso hasta con amenaza de muerte. Está pasando en estos momentos en casi todas las partes del mundo. Unos lugares más cruentos que otros, pero mueren a diario muchos cristianos que son perseguidos y martirizados.

Concretamente en España, la lucha es dialéctica y política. Se prohibe las clases de religión, se quitan los crucifijos de lugares públicos. Se aprueba la ley del aborto, se impide la educación libre y se excluye la religión del plan educativo. Y se mira con malos ojos a los que se declaran cristianos. Experimentamos con gozo y alegría, ahí está y se ve la fuerza del Espíritu Santo, que las Palabras de Jesús se cumplen, y que, a pesar de los peligros y dificultades, los cristianos no abandonan sino hasta crecen en números.

Sólo nos motiva un deseo inmenso de servir al Señor y de vivir en su Palabra. Y la esperanza de que sus Palabras se cumplirán: Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».


jueves, 25 de diciembre de 2014

¡SON LOS PASTORES LOS PRIMEROS EN SABERLO!

(Lc 2,1-14

No parece lógico que fuesen a los pastores los primeros en anunciarles el nacimiento del Señor. Un acontecimiento de esa magnitud, ¡no hay nada más grande!, debería ser anunciado a la gente importante de la región y a los principales de mundo. Se trata del Mesías, el Señor salvador del mundo. No concuerda con nuestra lógica.

¿Por qué Dios quiso hacerlo así? No lo sabemos, y menos los que fueron sus contemporáneos. Sin embargo, hoy podemos suponer que tal y como Dios pensó su Plan, lo lógico es que su Hijo, enviado a salvar a los hombres esclavos por el pecado, fuese anunciado a los excluidos y más pobres de aquella época, los pastores. Y digo esto porque más tarde Jesús, el Hijo, nuestro Señor, lo ratifica y afirma al elegir su grupo y al revelarnos su misión.

Jesús siempre intentó pasar desapercibido. Fueron sus hechos y su Palabra las que le complicaron la vida y le descubrieron su presencia. Se fijaron en Él porque molestaba lo que hacía y lo que decía. Eso de curar, de dar esperanza y de predicar igualdad y justicia no les hacía mucha gracia a sus paisanos sacerdotes. Ellos se montaban su religión y su fe de otra forma. Y al parecer les gustaba y no les iba mal.

Jesús nace tal y como va a morir. Sólo le acompañan sus padres y unos pastores al nacer, y en su muerte de Cruz, sólo su Madre, y algunas mujeres y Juan evangelista, pues su Padre había muerto. La historia de su nacimiento marca la misión y el camino que, más tarde, hecho Hombre, recorre proclamando la Buena Noticia.

Por eso, hoy, día en que celebramos su Nacimiento, celebramos la Buena Noticia de Salvación para todos los hombres, pero de manera especial para los pobres, excluidos y marginados.

FELIZ NAVIDAD
a todos los blogueros católicos y a los no católicos. Felicidades
porque el Niño Dios nace para salvar a todos
 los hombre de buena Voluntad.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

CUANDO SE HACE LA LUZ

Lc 1, 67-79

Cuando el horizonte es oscuridad todo se ve negro y de todo se duda. Hasta las fuerzas nos fallan y el mundo, nuestro mundo, se tambalea. Todo huele a perdición y tristeza. Y la tentación se hace fuerte porque presiente que puede ganar la batalla. Supongo que Zacarías pudo pasar por ahí.

Y creo que también muchos, que luego han encontrado al Señor. Pienso que esa fue la experiencia de Zacarías cuando, aceptando la Voluntad del Señor, aceptó poner a su hijo de nombre Juan. Su lengua quedó desatada y empezó a hablar. Y lo primero que hizo fue dar gracias y bendecir al Señor. Y eso es lo que nos sucede a todo, que cuando vivimos en la luz se enciende nuestra esperanza y las cosas se ven de otra forma, con otros colores y bajo el telón del Amor.

Zacarías, lleno del Espíritu Santo, profetiza todo lo que está sucediendo y la llegada inminente del Señor que viene a salvarnos según está profetizado. Y la preparación de los caminos del Señor por su hijo Juan. Todo esto, como es lógico, treinta años aproximadamente antes de que Jesús sea bautizado en el Jordán por Juan el Bautista.

¿No nos parece esto una prueba más, de las muchas que encontramos en el Antiguo Testamento, de la Divinidad real de Jesús? ¿No les parece esto un testimonio de la autenticidad de que Jesús es el Hijo de Dios Verdadero?

Como a Zacarías, pidamos al Señor que nos haga ver la luz en su Nacimiento y nos aumente la fe y la esperanza para seguir sin titubeos sus pasos. Amén.


FELIZ NAVIDAD



martes, 23 de diciembre de 2014

JUAN DESDE SU PRESENTACIÓN PROCLAMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR

(Lc 1,57-66)

Juan no perdía tiempo. Desde su presencia en el templo llamaba la atención derivándola hacia el Señor. Ya entonces preparaba los caminos con motivo de su nombre. Sus familiares y entorno esperaban que su nombre fuera Zacarías, siguiendo la estirpe de su padre. Pero el Señor tenía otros planes y otro nombre para él.

Su madre Isabel tomó la palabra y dijo: «No; se ha de llamar Juan». Extrañados por esta decisión preguntaron por señas a su padre, y él, pidiendo una tablilla escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.

No cabe ninguna duda que Juan estaba ya preparando y allanando los caminos del Señor. Su sola presencia de niño despertaba expectación, pues había nacido de una mujer mayor y estéril y su nacimiento daba cumplimiento a la promesa del Señor. Este hermoso acontecimiento que efectos produce en nosotros. Esa es la pregunta que nos corresponde hacernos ante la hermosura y maravilla de los hechos prodigiosos que hace el Señor nuestro Dios.

Porque sí nos quedamos acomodados, bien instalados presenciando las maravillas que el Señor va haciendo a través de Isabel y luego María, no está realizando el efecto que la Gracia de Dios busca en el corazón de cada uno de nosotros. La pregunta es:

¿Estoy yo dispuesto a recibir la misión que, como Juan, Dios quiere que yo realice? 

lunes, 22 de diciembre de 2014

ENTREGADA A LA VOLUNTAD DEL SEÑOR

(Lc 1,46-56)

El Magníficat descubre la fe de María. Llegada a casa de su prima Isabel, y escuchado su recibimiento que le señala como la Madre de su Señor, María entorna esa alabanza del Magníficat donde manifiesta la Gracia recibida del Señor. Porque no se puede proclamar lo que canta María sin estar llena de Gracia.

La sencillez, la pequeñez y humildad de María engrandece la Obra de Dios. Porque de lo pequeño, de lo humilde y sencillo, el Señor hace maravillas. Así, María, expresa su alabanza al Señor por hacer maravillas en ella y proclama el poder y la Misericordia del Señor de generación en generación. María nos predice del perdón de Dios, que llega hasta nosotros y a todos los hombres de todos los tiempos.

El Magníficat es una prueba más de la Gracia del Espíritu de Dios que hace maravillas en aquellos corazones que, como María, se abren a su Gracia. Y, por el contrario, derriba a los poderosos y dispersa a los soberbios, excluye a los ricos y exalta a los humildes. No se puede clamar así si no se está llena de la Gracia del Señor. 

Cada instante, cada paso, cada palabra, cada latido de su corazón, María descubre la Grandeza, el Poder y la Misericordia del Dios que la ha elegido para ser Madre de su Hijo. 

Bendigámosla y démosle gracia por su Sí, por su entrega y su fe. Porque a través de Ella la Gracia del Señor se hace Carne, encarnada en Naturaleza Humana, para también dárnosla a nosotros y salvarnos. Amén.

domingo, 21 de diciembre de 2014

SUPONGO QUE MARÍA NO ENTENDÍA NADA



No sé cuando María empezó a entender lo que Dios quería de ella. No sé de dónde sacó la fe y la fuerza para decir que sí al Ángel Gabriel, y menos me explico lo de José al presentir en sueños por la visión del ángel que la Voluntad de Dios era que aceptará a María y a al Hijo que iba a concebir por obra del Espíritu Santo.

Sólo sé que la Obra de Dios se realizó y continúa realizándose. Porque el Plan de Dios es progresivo y va acorde con los tiempos que a cada uno le toca vivir. ¿Qué nos dice hoy el Señor? ¿Qué nos sugiere y mueve el Espíritu Santo? No podemos mirar para atrás, sino tratar de responder nosotros. 

Posiblemente nos ocurra como a María y José, y a tantos que le precedieron, pero ellos encontraron el camino con paciencia y expectante vigilia. ¿Estamos nosotros vigilantes? Es una de las preguntas que buscan respuesta y a la que nos toca a nosotros responder. ¿Nos situamos en disponibilidad de dejarnos impulsar y mover por el Espíritu de Dios a pesar de no entenderlo? ¿Cómo nos encontramos al respecto?

Sabemos cuál fue la respuesta de María y José, pero la que importa es la nuestra. No vayamos a buscarla al horóscopo, al santero, a la suerte tal y como viene la vida. Vayamos a buscarla a la Eucaristía. Ellos, María y José no lo tenían presente en la Eucaristía, pero nosotros tenemos la ventaja y la suerte de que Jesús está con nosotros y presente bajo el Sacramento Eucarístico. Preguntémosle a Él.

Guíanos Señor tomados de tu Mano y danos la paciencia para no desesperar y aguardad confiados la Luz que de Ti nos alumbra el camino de tu Voluntad. Amén.