viernes, 31 de mayo de 2013

LA VIDA SIEMPRE ES ALEGRÍA



(Lc 1, 39-56)

No se puede entender que dar la vida sea algo penoso y triste. Y no se puede entender porque transmitir la vida es lo más grande que una persona puede hacer. Y ese don le ha sido dado a la mujer: dichosa toda aquella que es dadora de vida y que la transmite dándose desde su cuerpo y su alma.

La Virgen nos da ese testimonio, y aunque no entiende lo que ocurre en su alma, proclama confiada la grandeza del Señor y se alegra su espíritu en Dios, su salvador. Corre de prisa a visitar a su prima Isabel, porque quiere compartir con ella esa maternidad que también a ella fue donada. Y el encuentro produce la alegría y proclamación a María como Madre de Dios.

¿Nos alegramos nosotros de la misma manera? ¿Confiamos nosotros la vida que nos ha sido dada en las Manos de Dios? ¿Aceptamos esa vida como un regalo que nos ha sido confiado en la ruta de nuestro camino? ¿O posiblemente rechazamos esa vida cuando no nos apetece o nos exige darnos sin condiciones?

Son preguntas a las que podemos encontrar respuestas en la actitud y actuación de María. Ella dejó mucho, murió a mucho y arriesgó todo lo que tenía porque la Voluntad de Dios le pidió ser la Madre de Dios. Un Dios hecho hombre, enviado para enseñarnos y revelarnos el amor del Padre y para señalarnos el camino por el que debemos dirigirnos para llegar a Él.

jueves, 30 de mayo de 2013

YO TAMBIÉN CREO

(Mc 10,46-52)


La fe es un don de Dios, pero ese don necesita, para ser dado, una colaboración personal muy especial, y es que necesita la buena intención libre de buscarla y pedirla. Supongo que el Señor nos ha hecho libres para eso, para que colaboremos con Él. No cabe ninguna duda que nos ha creados sin pedirnos permiso ni contar con nosotros, pero si nos quiere salvar contando con nuestra colaboración.

Y es que el Amor necesita libertad tanto para darse que como para recibirse. De ser obligados a amar se rompería la libertad del amor. El amor es verdadero amor cuando es libre, libre de recompensas, de intereses, de egoísmos...etc. Y así lo ha querido expresar y manifestar nuestro Padre Dios.

Por eso hemos de pedir el don de la fe constantemente, porque no depende de nosotros sino en la voluntad de querer creer. Es verdad que con los años experimentamos que nuestra fe crece o decrece, y eso nos testifica que nuestros esfuerzos por perseverar y estar en el camino no pasan en balde. El Señor premia nuestra insistencia y perseverancia aumentando nuestra fe.

Pero eso no solo basta. Necesitamos estar bien alimentados y agarrados al Señor, y para eso tenemos los sacramentos: Penitencia y Eucaristía, que nos alimentan y fortalecen, cuidando que nuestra fe, por la Gracia de Dios, continúe creciendo. ¡Nunca, nunca dejemos de gritar (orar) para que Jesús se detenga y abra nuestros ojos a la luz de la fe!

miércoles, 29 de mayo de 2013

PROGRAMA DE SEGUIMIENTO

(Mc 10,32-45)


A la hora de seguir a alguien se plantean muchas cuestiones: el cómo, el por qué, qué compromisos... porque sabiendo la hoja de ruta determinarás determinarás seguirlo o no. Jesús nos descubre cuál es su camino, y los acontecimientos por los que va a pasar: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará». 

No hay nada oculto. Todo queda claro y los que están dispuesto a seguirle saben a que atenerse. No hay engaño ni demagogia, ni medias verdades. Este es el panorama: la cruz de cada día. Una cruz que se manifiesta en nuestro propio entorno. No hay que buscarla fuera sino dentro: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida familiar y en las relaciones sociales, etc. También en las persecuciones, ofensas, martirios... Cada cual según sus circunstancias y situaciones que le ha tocado vivir.

No hay otra forma sino la del amor, amar hasta el servicio de dar la propia vida si es menester. Ahora, la pregunta cae por su propio peso: ¿creemos que en Xto. Jesús, y asistidos en el Espíritu Santo, podemos lograrlo? Tú tienes la palabra.






martes, 28 de mayo de 2013

EL PREMIO DEL ESFUERZO

(Mc 10,28-31)


Nadie ignora que todo lo bueno esconde detrás un esfuerzo. Ante el éxito de una campaña, de unos exámenes, de un beneficio o recompensa, se esconde un esfuerzo y trabajo duro y costoso, hasta el punto de suponer cansancio, sufrimientos y momentos de desánimos y dudas de abandonar. Nada se consigue por la vía fácil, y menos cuando se trata de alcanzar la felicidad eterna.

Por eso, Jesús deja las cosas muy claras y sin lugar a duda. Que nadie se engañe pues sus palabras son claras: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.

Sin embargo, advierte que muchos primeros serán últimos y los últimos primeros. Y es que aquí no vale aparentar, tener dobles intenciones y con el mínimo esfuerzo conseguir el mayor beneficio. No hay trucos de ninguna clase. Nuestros corazones quedarán al descubierto y aquellos que llevemos algo de este mundo en algún rincón de nuestro corazón, ocuparán los últimos puestos.

Tú decides que puesto quieres ocupar. El reto: amar.

lunes, 27 de mayo de 2013

DESAPEGARSE


(Mc 10,17-27)

Experimentamos en muchos momentos de nuestra vida nuestra debilidad a la hora de vencernos ante la exigencia de una responsabilidad contraída. Nos cuesta doblegarnos y hacer lo que pensamos y sabemos que debemos hacer. Son nuestros apegos e intereses los que se resisten a que nuestra mente y nuestro corazón hagan lo que desean, y que hagan aquello que no desean, pero que nuestras apetencias nos inclinan a hacer a pesar nuestro.

Es lo que se desprenden de aquellas palabras del joven rico. Quería y deseaba seguir a Jesús. Conocía la ley, y la cumplía honradamente, pero en su interior había más inquietud, se preguntaba que eso no bastaba. Ardía en deseos de comprometerse más, y quizás esa inquietud le llevó a correr, buscar a Jesús y preguntarle al respecto: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?»

La pregunta no deja duda de qué ese joven buscaba exactamente lo mismo que todos nosotros. Posiblemente, muchos de nosotros tenemos esa pregunta dormía, pero vive y mora dentro de nosotros: "Todos queremos ser felices eternamente", pero quizás no nos atrevemos ni a preguntar porque conocemos nuestra propia respuesta.

Conocemos la respuesta de Jesús (Mc 10,17-27), y posiblemente también la nuestra. ¿Qué nos impide seguir nuestros bien intencionados impulsos? Seguramente cada uno de nosotros sabrá que responder.

domingo, 26 de mayo de 2013

Y SEGUIMOS EL CAMINO EN EL ESPÍRITU

(Jn 16,12-15)


No ha acabado nuestro peregrinar, ni tampoco todo lo que tenemos que seguir aprendiendo. El Espíritu Santo, que ha venido para eso, nos irá instruyendo y revelándonos todo lo que habrá de venir. Él nos guiará hasta la verdad completa. Recibirá de Jesús y nos lo anunciará a todos aquellos que abran sus corazones a la luz y acción del Espíritu Santo.

Porque todo lo del Padre es también de Jesús. Él y el Padre son una misma cosa, y de Él, de Jesús recibirá el Espíritu para dárnoslo a conocer a nosotros. ¿Se puede ser más dichoso? Tenemos la promesa de Aquel que nunca ha fallado, y esa promesa es la acción del Espíritu en nosotros. 

¡Estamos salvados porque vivimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! En nombre de ellos hemos sido bautizados, y los tres viven unidos en uno solo, y los tres nos acompañan en unidad trinitaria como un solo Dios, trino en Personas. ¡Alabado y glorificado sea el Señor Dios, nuestro Padre!

Mantengamos nuestra mente y nuestro corazón abiertos a la acción del Espíritu, para que cada paso en nuestra vida, sea un paso más hacia la Casa del Padre. Un paso más en nuestra entrega, en nuestra disposición y actitud a dejarnos moldear en Él para hacer su Voluntad. Amén.

sábado, 25 de mayo de 2013

UN CORAZÓN DE NIÑO


(Mc 10,13-16)

Un niño tiene siempre un corazón abierto. Escucha, oye e imita, pues no comprende pero  se fía y obedece. Es fácil de convencer porque está dispuesto a la verdad, pero también al mismo tiempo es fácil de engañar, porque no tiene mala intención, es bien intencionado, limpio e ingenuo. Por eso Jesús los defiende y advierte duramente a aquello que se levantan como barreras e impiden que se acerquen a Él. 

Transformar nuestro corazón como el de un niño, es un esfuerzo que debemos de practicar constantemente. Y no hay mejor manera de lograrlo que elevando al Padre nuestra oración de petición y poniéndonos en manos del Espíritu Santo. Mantenernos limpios, puros, bien intencionados, obedientes, inclinados y sensibles al bien obrar, solidarios y dispuestos al cambio son valores que se encuentran en los niños.

Los niños no dudan, creen lo que sus padres le dicen, y se abandonan en sus brazos confiados y seguros de que vendrán los reyes magos, de que el ratoncito Pérez les dejará un regalo... La fe de los niños es la fe que necesitamos también los mayores para con Dios nuestro Padre. Una fe que Jesús nos enseña y nos descubre.

Y principalmente la actitud abierta a dejarse moldear para ser transformados en un corazón nuevo, transparente, renovado y amoroso como el de Jesús. Un corazón que hace la Voluntad del Padre, que no es otra cosa que la de amar a todos los hombres sin condiciones.

viernes, 24 de mayo de 2013

LA RUTINA MATA EL AMOR

(Mc 10,1-12)


Sin lugar a duda que cuando hay discusiones, dificultades, falta de medios económicos o trabajo, enfermedades...etc., el matrimonio se resiente y la unidad se resquebraja porque todos estos obstáculos influyen en la buena marcha y la unidad del matrimonio. Pero lo verdaderamente importante y la causa principal de todas las causas es "la rutina".

Cuando el matrimonio no tiene nada que decirse, cuando no son capaces de mirarse a la cara e incluso no se dirigen la palabra todos los días, la rutina ha entrado en el matrimonio y lo amenaza de muerte. No es cuestión de leyes ni de contratos, es un proyecto de unidad y de plenitud de vida que está por encima de toda dificultad y su fuerza es el amor.

No se han hecho las cosas bien desde el principio, ni se harán nunca con otras uniones. No es el laxo de unidad, el amor, sino otros intereses, y cuando eso ocurre siempre existirá el riesgo de ruptura. El amor siempre permanecerá unido sin posibilidad de desunión. Se justificarán mil y una causas, pero todo será autoengaños y mentiras que quieren justificarse.

No se trata de acomodar nuestra vida a unas leyes civiles o religiosas, sino a una vivencia en la verdad y el amor que viene de Dios y que nos une en Verdad y Vida.

jueves, 23 de mayo de 2013

EL MEJOR INTERÉS


(Mc 9,41-50)

Ahora, cuando lo más importante parece estar en las subidas o bajadas de interés sobre el dinero, resulta que distraídos en ese intercambio de intereses materiales caducos y que al final no sirven, obviamos el tesoro más importante: "darnos y dar", porque es dándose como se recibe el tesoro eterno de la dicha y el gozo.

Las apariencias nos engañan, y lo que parece disfrute y gozo, pronto, pasado su tiempo, se convierte en tristeza, pues nada en este mundo perdura sino todo aquello que se haga con amor, amor verdadero, gratuito e injertado en Xto. Jesús e iluminado por el Espíritu Santo. Porque es ahí donde se encuentra la única Verdad que todos buscamos y deseamos.

Por eso, todo aquello que sea ofrecido gratuito, desinteresado y por el hecho de que sois de Cristo, les aseguro que no perderá su recompensa. Y esto es seguro, sin peligro de quiebra, de crisis por robo o engaño. Pero sin tasas ni impuestos tampoco, simplemente así como suena: "gratuito". Sólo se necesita amar, que aun cuando aparenta ser duro y sufrido, pronto veremos que detrás se esconde el gozo y la felicidad eterna.

Todo lo contrario ocurrirá con aquellos que, no sólo busquen sus intereses caducos, sino que en su carrera inútil arrastren y escandalicen a otros más pequeños que creen y buscan darse en amor a los demás.  Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Realmente es para pensárselo seriamente. Tú eres quien decides.


miércoles, 22 de mayo de 2013

AMAR SIEMPRE NOS ACERCA A DIOS

Mc 9, 38-40


Es posible que muchas personas hagan el bien y no sepan por qué, o en nombre de quién. Posiblemente, ignorándolo, lo hagan porque lo sienten y sin plantearse nada, lo hagan en su nombre o simplemente porque manifiestan que les gusta. Lo verdaderamente importante es que hacen el bien.

Y hacer el bien es hacer la Voluntad de Dios, aunque no se haga de forma consciente y en su Nombre. Pero, incluso aquellos que lo hagan en verdad y en el Nombre de Jesús, estarán siempre a favor de Jesús, porque nadie actuando en su Nombre, hablará luego mal de Él.

Hacer el bien viene siempre de Dios, porque nadie mueve un dedo si Dios no quiere, y el bien está sembrado por la Infinita Misericordia de Dios en nosotros. De modo que dejarlo salir para el bien de los hombres es siempre cosa buena y descubre el Rostro de Dios.

Por lo tanto, rememos siempre a favor de la corriente del Amor, y no impidamos que otros, aun no siendo de la Iglesia, hagan el bien en el Nombre del Señor.

martes, 21 de mayo de 2013

MIEDO A HACER PREGUNTAS

(Mc 9,30-37)


Y es que cuando las respuestas no coinciden con lo que deseamos o esperamos, lo pasamos muy mal. Esa incertidumbre de lo nuevo, de lo desconocido, del riesgo, nos atemoriza y termina por silenciar nuestra lengua. No nos atrevemos a preguntar.

También ocurre que no nos enteramos de lo que nos dicen. Estamos distraídos y, quizás llegamos a oír, pero no escuchamos ni comprendemos. Optamos por callarnos y nos dejamos llevar por nuestros proyectos y ambiciones personales. Es lo que ocurrió en aquel día que los discípulos caminaban con Jesús por Galilea. No cabía en sus cabezas que Jesús fuese entregado y condenado a muerte.

Lo mas inmediato, pensar en nosotros y enfrentarnos por conseguir los primeros puestos, las intervenciones más notorias o destacadas. Y ese enfrentamiento nos lleva a descalificarnos, a la crítica y hasta a la calumnia. Es el pan de cada día (ver aquí).

lunes, 20 de mayo de 2013

EL PODER DE LA ORACIÓN

(Mc 9,14-29)


No puedo hablar de la experiencia de otros, que los hay, que han hechos milagros por la oración, sino de mí mismo. Creo profundamente que todo lo que se le pida al Padre en Nombre de Jesús, si conviene, será concedido sin lugar a duda. Posiblemente, muchas cosas me han sido concedidas en mi vida, sin embargo de muchas no he sido consciente.

Pero, quizás de otras sí. He sido salvado de una arritmia, muerte súbita, de la que son pocos los que escapan. Muchos me dicen que he vuelto a nacer de nuevo. Lo paradójico es que yo le había pedido al Señor que me sacara de un aprieto, y la salida empezó por ahí. Siempre quedará la duda, pero yo creo en la intervención del Señor porque lo ha prometido, y el Padre concede lo pedido en su Nombre.

Pedid y se les dará, nos dice Jesús, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna, siempre tiene cumplimiento. Testigos hay de todo lo que ha hecho, así que creerlo no es algo fundado en la ilusión o la ficción. Es la fe puesta en aquellos que viendo, creen y nos lo han transmitido. Por lo tanto, la oración, vehículo por el que hablamos con Dios y le pedimos en Nombre de Jesús, es muy importante y necesaria. Y no debemos dejar de usarla, solo que nos será dado aquello que convenga para nuestro bien de salvación, pues casi siempre pedimos mal.

domingo, 19 de mayo de 2013

Y EMPIEZA EL CAMINO DE LA IGLESIA

(Jn 20,19-23)


Jesús se hace presente entre ellos, y también lo hace entre nosotros: "Cada día en la Eucaristía". Y nos envía en el Espíritu Santo a vivir la ley del amor. Un amor de igualdad, de fraternidad, de justicia y paz. Un amor de hermanos, hijos de un mismo Padre. No cabe ninguna duda que esa es la única y verdadera solución para el mundo de siempre y para el mundo que vivimos hoy.

Mientras los hombres nos afanamos en buscar, engañándonos a nosotros mismos, soluciones que nos dejen a nosotros bien colocados y cómodos, el mundo continúa perdido, con mucha hambre e injusticias. Mientras unos, los que discuten y ostentan el poder, lo pasan bien aunque no escapan al dolor y sufrimiento, otros, los más pobres y desheredados, sufren carencias y limitaciones de hambre y enfermedades que les llevan a la muerte.

No hay paz porque no hay amor, y eso es lo que Jesús proclama y encarga a su Iglesia en los apóstoles. Él trae la paz en el amor que nos da. Con su Muerte y Resurrección nos lo ha demostrado y dicho, y ahora nos acompaña en su Iglesia, en el Espíritu Santo, para que podamos nosotros decírselo también al mundo.




sábado, 18 de mayo de 2013

LO QUE EXIGE MI CABEZA

(Jn 21,20-25)


En repetidas ocasiones miramos más lo que hacen y dicen otros, que lo que nos dice Jesús. Estamos más pendientes de los acontecimientos y hechos que suceden en nuestro entorno que la misma y única Palabra del Señor. Y Jesús nos advierte como hizo con Pedro: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme».

No debemos prestar más atención a las cosas de nuestra misma Iglesia que a la Palabra del Señor que proclama y predica la Iglesia. Ocurren muchas cosas dentro de la Iglesia. Muchas cosas que nos pueden parecer bien y otras mal, y otras que no llegamos a entender. Las conductas de todos los que formamos la Iglesia no es la misma, pero en algunos casos son conducta, al menos aparentemente, contrarias a la Palabra de Dios.

Y no debemos dejarnos llevar por lo que hacen y dicen otros. Sólo la Palabra del Señor es nuestra guía y nuestro camino. Y a pesar de encontrar contradicciones y ejemplos que nos confunden y desvían, debemos esforzarnos en solo seguir a Jesús. Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Y seguirlo, unidos en Iglesia, a Él, porque todo aquello que no venga de Él no nos conviene.


viernes, 17 de mayo de 2013

SER PERDONADO PARA PERDONAR

(Jn 21,15-19)


Por propia experiencia podemos experimentar, valga la redundancia, que nada mejor que vivir la experiencia del perdón para luego entender y comprender el perdón a los demás. Se nos hace muy difícil perdonar cuando nos consideramos fuertes, suficientes y virtuosos. No llegamos a entender que hayan personas débiles  e incapaces de cumplir o de no fallar.

Necesitamos, primero, pasar por esa experiencia para poder situarnos en la onda de ser perdonados y perdonar luego también nosotros. Alguna vez he escrito sobre el perdón expresando que, nos ayuda mucho a perdonar el caer en la cuenta cuanto nos perdona nuestro Padre Dios a nosotros. Estamos sostenidos por el perdón de Dios y por su Misericordia.

Pedro experimentó la necesidad del perdón en su triple negación, y esa necesidad le prepara y asiste cuando se enfrenta al perdón de los demás. También nosotros podremos perdonar a nuestros hermanos en Xto. Jesús si advertimos el amor con el que nos perdona nuestro Padre Dios. Amar al Señor es estar en la actitud de perdonar, porque el Señor nos ama primero y nos perdona por su gran Amor y Misericordia.

Precisamente, en ese perdón, hasta dar su vida por nosotros, descubrimos el inmenso amor que nos tiene. No es cosa solo de palabra, sino de vida y obras. Así debe ser nuestra vida, palabra y obra, y para ello debemos entender que necesitamos la Gracia de nuestro Padre Dios.

jueves, 16 de mayo de 2013

LA UNIDAD, SIGNO VISIBLE DE LA VERDAD

(Jn 17,20-26)


En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado».

 Jesús nos quiere unidos, unidos en una misma fe, porque la Verdad es una, y lo otro no es la verdad. Por eso pide al Padre que nos guarde en su nombre para que seamos uno como Él y el Padre. Y es que estamos desunidos, desunidos y enfrentados, porque la desunión tiene su origen en diferencias que nos enfrentan a los unos con los otros.

Así, el rebaño se dispersa, y la comunión queda fragmentada en muchas comuniones cristianas que se presentan como el verdadero y único rebaño de Jesucristo. Los auténticos y legítimos discípulos del Señor, como si Cristo mismo estuviera dividido y enfrentado. División que abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es enorme piedra de escándalo.

Cuando se busca la Verdad, (y buscar la verdad significa estar dispuesto a ceder en lo accesorio, en lo tradicional y costumbrista, en la accidental y formal... para quedarnos con la sustancia, con lo fundamental que es la unidad y el amor), se encuentra, porque en la Verdad está el Amor, y el Amor nos une y supera las barreras que solo nosotros llevamos y ponemos.

miércoles, 15 de mayo de 2013

NO SOMOS DE ESTE MUNDO


(Jn 17,11b-19)



No estamos hechos para las cosas de este mundo. Razonado de otra forma, podemos decir que nuestro destino no es este mundo, porque la vida aquí termina y todas sus cosas son finitas y tienen sus días contados. El mundo ha sido creado por el Padre Dios, y nosotros, pasajeros temporales en él, estamos destinado a otro mundo, el mundo eterno e infinito del Padre todopoderoso.

Será absurdo entonces no levantar nuestra mirada y aspirar a esa vida eterna a la que pertenecemos. Aquí no nos espera sino la muerte de no vivir eternamente en la presencia del Padre, y en el gozo eterno. El mundo es simplemente un campo de batalla donde se libra nuestra salvación. Es el dominio del Príncipe de este mundo y al que vencemos firmemente si lo recorremos injertados en Xto. Jesús.

En su Nombre, Jesús de Nazaret, se nos ha enviado el Defensor, que nos acompañará en la lucha de cada día contra esos dominios, para que el mundo no nos pueda ni nos arrastre a la ausencia del Padre. Tengamos confianza, paciencia y fe en el Espíritu Santo, y siendo dóciles a Él venceremos a las influencias del maligno.

Pero seamos fieles a la Voluntad de nuestro Señor Jesús:  "Ser uno  como lo son el Padre y el Hijo". Por encima de nuestras diferencias, de nuestras ambiciones y soberbias, debe prevalecer la unidad. La unidad en un solo Dios que nos acoge, nos auna y nos salva por amor. Es de vital importancia un signo visible, una mayor comunión entre los cristianos, cuando con tanta frecuencia nos arrancamos los ojos y despellejamos...¿Qué clase de testimonio es este?

No hay mayor traición a la voluntad del Señor que faltar tan descaradamente al mandato de su Amor.

martes, 14 de mayo de 2013

VIVIR EN EL MISMO ESTILO

(Jn 15,9-17)


Cuando queremos permanecer en un lugar o actitud respeto a algo o a alguien, tenemos que adaptarnos a vivir en ese lugar, o vivir en el estilo de ese alguien. Permanecer en el amor de Jesús, es vivir tal y como Él vivió en su paso por la tierra. Es decir, cumpliendo la Voluntad del Padre.

Y cumplir la Voluntad del Padre es guardar sus mandamientos, y eso no es otra cosa que estar dispuestos a dar la vida por los demás. Es entonces cuando se nos viene encima el mundo, porque no nos sentimos con fuerzas para cumplir esa misión. Nuestra naturaleza caída es débil y nos resulta imposible vencerla.

Pero no estamos solos, Jesús sabe de nuestras debilidades y nos envía el Defensor para que nos acompañe y nos dé la fortaleza necesaria para superar esas debilidades y apegos. Sólo tenemos que dejarnos llevar, que no es cosa fácil, pero es nuestra pequeña y pobre colaboración, factura de nuestra libertad, que necesitamos poner en sus Manos.

Amar es la cuestión, y amar necesita del concurso de otros, porque amarse a sí mismo nos llevaría a caer en nuestro propio egoísmo. Se hace necesario estar en la comunidad, vivir en comunidad y permanecer en la comunidad, porque solo amando en ella encontraremos el camino de permanecer en el amor del Señor.




lunes, 13 de mayo de 2013

AHORA SÍ QUE HABLAS CLARO

(Jn 16,29-33)


La guerra está ganada, somos vencedores aunque algunas batallas se pierdan. Esta es la esperanza que nos mantiene siempre vivos, siempre motivados, siempre en camino, siempre alegres y fortalecidos. No hay miedos, aunque en muchos momentos sintamos temores y angustias. Nuestra naturaleza pecadora no nos permite dejar esas limitaciones y sentimientos, pero la esperanza de que todo pasará y será transformado en alegría nos alienta a seguir con firmeza hacia adelante.

No cabe ninguna duda que nuestro camino estará sembrado de tribulaciones, sacrificios y sufrimientos. Él, nuestro Señor, los sufrió primero, y nosotros no vamos a ser menos. Nos lo ha dicho, no nos miente y nos advierte lo que nos espera, pero nos promete que todo terminará en victoria y alegría. Se puede decir más alto, pero nunca más claro. Él ha vencido al mundo, y en Él, nosotros venceremos también.

Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. Al final nos espera el vacío y la insatisfacción. ¿No será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado en cosas caducas, finitas y que vienen y van sin dar respuesta a nuestras inquietudes y preguntas más vitales y trascendentes?

Jesús es la respuesta a todos nuestros interrogantes. Los discípulos se dieron cuenta: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». La pregunta es ahora, ¿nos damos cuenta también nosotros?

domingo, 12 de mayo de 2013

JESÚS RESUCITA CADA MAÑANA



No es algo que sucedió, sino que sucede en todo momento. Jesús vive entre nosotros y nos anima y conforta a seguirle y proclamar su Evangelio. Hoy, el Evangelio, nos habla de la promesa del Espíritu Santo, que nos será enviado para darnos la fortaleza y sabiduría que necesitamos en aras de proclamar que Jesús Vive y camina con nosotros.

Todo se ha cumplido como estaba escrito: «Así está escrito que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros seréis testigos de estas cosas. Mirad, voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto».

Y así ha sucedido. La Iglesia, su sucesora, continua proclamando su Palabra, y en su Nombre. Y lo hace fortalecida y guiada en el Espíritu Santo, la promesa del Padre. Nada viene de nosotros mismos, sino que todo nos viene de lo Alto, del Espíritu que está con nosotros. No se trata de saber, sino de ser instrumento del Espíritu para que sea Él quien hable y proclame en nosotros.

sábado, 11 de mayo de 2013

PIDAMOS CON LA CONFIANZA DE HIJOS

(Jn 16, 23-28)


Porque realmente somos hijos adoptivos, en Xto. Jesús, del Padre, pues el Padre nos quiere por nuestra fe en su Hijo Jesús, y nos hace sus hijos por el Bautismo. ¿Y qué hijo no le pide a su Padre lo que necesita? ¿Y qué Padre no le da a su hijo lo que necesita? Ahora, lo importante es saber lo que verdaderamente es necesario, y para qué. Porque solo una cosa es importante: Alcanzar la gloria de vivir eternamente junto al Padre.

Y esta es la verdadera necesidad y lo que hay que pedir. Pedir todo aquello que nos pueda valer y necesitar para, en nuestro paso por este mundo, vivir y cumplir la Voluntad del Padre. No nos sirven riquezas, poderes, bienes y placeres. Sólo sirve el amor entregado de forma gratuita y desinteresada por el bien de los demás. Así nos ama el Padre, así nos ama y amó su Hijo enviado a enseñarnos como el Padre nos ama y lo que quiere de cada uno de nosotros.

Una cosa tengamos clara, que el Padre nos dará todo lo que sea para nuestro bien y salvación en nombre del Hijo. Por lo tanto, no dejemos de pedir en ese sentido. El Padre todo lo cumple y quiere el bien de sus hijos.

viernes, 10 de mayo de 2013

VIVIMOS SU PALABRA

(Jn 16,20-23a)

Porque todo en el Señor se cumple, y su Palabra es actual y se cumple en estos momentos. Es verdad que la tristeza hace acto de presencia en muchos momentos de nuestra vida. No significa eso que seamos tristes ni estemos cogidos por la tristeza, sino que la realidad nos presenta momentos tristes que, como humanos, nos afectan y nos hacen sufrir.

La matanza a diario de muchos niños en el vientre de sus madres es una tragedia que nos entristece mucho. Las guerras y el afán de muchos por destruir los valores y virtudes cristianas nos llenan de tristeza y nos someten a un sufrimiento que en muchos momentos agobia nuestras vidas. Pero, a pesar de todo esto, tenemos la esperanza de que al final habremos vencido, y que con la segunda venida de nuestro Señor, nuestro corazón se alegrará y nuestra alegría nadie nos la podrá quitar

Esa es la esperanza del creyente: "Esperamos la segunda venida de nuestro Señor Jesús", porque Él nos lo ha dicho, y su Palabra siempre tiene cumplimiento. Y esa es nuestra alegría, nuestro gozo y nuestra felicidad, a pesar de que, en el camino, haya muchas dificultades, momentos de sufrimiento y, por supuesto, tristeza. 

Pero todo queda en segundo plano cuando experimentamos la presencia del Señor en la Eucaristía, y sus Palabras nos confortan y nos animan, pues Él ya sabe de nuestros padecimientos, y nos lo advierte, pero también nos recuerda que todo se convertirá al final en verdadero gozo y alegría para Siempre.

jueves, 9 de mayo de 2013

TRISTEZA Y GOZO

(Jn 16,16-20)


Esa es la batalla de nuestra vida en su paso por este mundo, "días de vino y rosas", como diría el título de esa película protagonizada por Jack Lemmon, pero con la esperanza, en Xto. Jesús, de convertir esos días de vino (felicidad aparente) en días de gozo y felicidad verdadera y eterna que borrarán toda tristeza y sufrimiento.

Estaremos un tiempo, poco tiempo, el que dura nuestra vida, con la sensación de estar solo, de no ver al Señor, pero solo sensación, porque el Señor se ha quedado con nosotros bajo las especies de pan y vino en la Eucaristía. Claro que se nos exige tener fe, tener confianza y confiar, valga la redundancia, en Él, y esa es la prueba, la cruz de nuestra vida: soportar con paciencia, con fe y esperanza todas las tristezas y sufrimientos que la vida nos depara. 

Pero sin recurrir a medios artificiales, a añadidos aparentes que ocultan y esconden bajo aparente y falsa felicidad la oferta engañosa de este mundo. Por eso, Jesús, nuestro Señor, que nunca miente y todo lo cumple, nos responde dándonos la esperanza que todos buscamos: «¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo».

miércoles, 8 de mayo de 2013

NOS GUIARÁ HASTA LA VERDAD COMPLETA

(Jn 16,12-15)

El Defensor, el Espíritu Santo, ha sido enviado para guiarnos hasta la plenitud de la Verdad. Por eso, la Iglesia, fundada por nuestro Señor Jesús, ha sido guiada por el Espíritu Santo desde la ascensión del Señor. El próximo domingo celebramos esa promesa: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

Y ese es el gran milagro, la perseverancia, la unidad y la existencia de la Iglesia en el camino peregrinante hacia la Verdad plena por el Espíritu Santo. Muchos peligros, muchas batallas, muchas disecciones internas, separaciones y traiciones que no han podido derrumbarla. La Iglesia sigue en pie, viva, firme y con paso firme en el Espíritu Santo.
Sí, es verdad que hay enemistades, ambiciones, malos testimonios y luchas que tienden a derrumbarla, pero a pesar de ello, la Iglesia sigue viva y unidad en su estructura jerárquica fundamental. Cristo vive en ella, y el Espíritu Santo enviado por el Padre la guía por el camino de la Verdad. Los poderes del infierno no prevalecerán contra ella.

martes, 7 de mayo de 2013

NOS ENVIA UN DEFENSOR

(Jn 16,5-11)


Nos dice nuestro Señor Jesús que conviene que se vaya, pues de esa forma vendrá a nosotros el Paráclito, que nos defenderá y asistirá en nuestro camino hacia la Casa del Padre. Es verdad que sin el Señor estamos perdidos, por eso, los apóstoles y discípulos estaban tristes. El camino sin Jesús no se puede superar.

Nuestra naturaleza está tocada por el príncipe de este mundo, y sin el Señor estamos atrapados en sus manos. La tristeza de los apóstoles y discípulos era lógica. Por eso, Jesús nos anima y nos aclara que conviene su marcha, su ascensión al Padre, porque solo de esa manera será enviado el Paráclito, que nos defenderá contra todo mal, y nos asistirá en el duro camino de nuestro peregrinar a la Casa del Padre.

Hemos triunfado, porque el príncipe de este mundo ha sido vencido por la Resurrección de Jesús. El Señor nos ha liberado y ahora con la defensa del Espíritu Santo nuestro camino, por duro y difícil que sea, será superado.

Demos gracias al Padre que, en nombre del Hijo, nos ha enviado al Defensor que nos señalará el camino por donde hemos de dirigirnos para alcanzar la Casa del Padre. Él nos enseñará y recordará todo aquello que Jesús nos enseñó, y nos dará la fortaleza, la sabiduría, el entendimiento, los consejos y todo lo que necesitaremos para cumplir la Voluntad del Padre. Amén.

lunes, 6 de mayo de 2013

CON EL DEFENSOR NO HAY NADA QUE TEMER

(Jn 15,26—16,4)


Esa es la misión del Paráclito: la de defendernos, fortalecernos, enseñarnos, recordarnos y acompañarnos en el duro camino que significa ascender con Jesús hacia la cruz de nuestra propia vida. Porque caminar al lado de Jesús nos implica a vivir a su estilo, y su estilo es simplemente amar a todos hasta entregar su vida si fuese necesario.

En Él se dio esa circunstancia, fue condenado y asesinado en una muerte de cruz por el rechazo de los hombres a creerle el verdadero y único Hijo de Dios, y en muchos de los que le han seguido ocurrió y ocurre lo mismo. Y en todos hay un denominador común: sufrirán la burla, el escarnio, las ofensas, persecuciones, rechazos...etc.

Pero no vamos solos, el Defensor nos acompaña y nos dará en cada momento las fuerzas y la valentía que necesitamos para superar las pruebas. Bien sabe Jesús de nuestras debilidades, miedos y temores. Por eso, nos lo dice y advierte para que no desesperemos ni defallezcamos. Él volverá, y nos prepara un lugar junto al Padre. A pesar de nuestra cruz, no perdamos la esperanza porque el Defensor nos protege y nos asiste para que, ocurra lo que ocurra, nuestro final sea glorioso junto al Padre.


domingo, 5 de mayo de 2013

QUIEN CUMPLE, ES QUE AMA


(Jn 14,23-29)

No hablamos del cumplir en apariencias y para que lo vean, que luego queda al descubierto por sus obras, sino del que cumple y vive la palabra haciéndola vida en su diaria vida y llevándola hasta sus últimas consecuencias. No se hace difícil descubrirlo porque la verdad sale a la luz y la mentira y apariencias quedan descubiertas aun se escondan debajo de la mesa.

Jesús nos dice: Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. Porque el amor, si es verdadero, no tiene otro camino sino que el de seguir al amado y seguirle es vivir a su estilo y en su verdad. Por eso, por sus obras quedará todo testimoniado.

Ese es el camino, pero no un camino para recorrerlo solo, sino bien acompañado, porque el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Por lo tanto, confiados en la Palabra del Señor, no tengamos miedo, sino confianza y esperanza de que vamos muy bien acompañados y unidos en Iglesia. 

Habrá dificultades, pero no dejaremos de caminar hasta alcanzar la Casa del Padre, porque el Señor volverá para eso, para abrirnos y acompañarnos hasta el Padre. Amén.

sábado, 4 de mayo de 2013

SIGUIENDO TU CAMINO

(Jn 15,18-21)

No hay otros síntomas más claros que cuando experimentas ser odiado por vivir y defender el amor según los mandatos del Señor Jesús, Porque cuando te sientes así, experimentas gozo y alegría, al igual que lo sintieron los apóstoles cuando fueron apaleados y mal tratados por proclamar la Buena Nueva de la Resurrección de Jesús.

Sentirse odiado es descubrirse en el camino, pues no es el discípulo más que su Maestro. Y si Jesús fue odiado y perseguido, también sus discípulos y seguidores así lo serán. No nos debe extrañar ni sorprender que así sea, pues Él mismo nos lo ha dicho: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo.

La experiencia de sufrimientos y sacrificios por la verdad, y el perdón, por verdadero amor, gratuito y dado generosamente en libertad, es la experiencia más gozosa que el hombre puede experimentar. Y esa experiencia no se puede encontrar sino injertado en Jesús de Nazaret, que dio su Vida voluntariamente y gratuitamente por cada uno de nosotros.

viernes, 3 de mayo de 2013

CAMINO, VERDAD Y VIDA

(Jn 14,6-14)


Lo hemos oído muchas veces, pero seguimos escuchándolas no con mucha atención. Incluso, estamos cansados de oírlas que casi nos pasa desapercibido. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí, pero para nosotros eso nos deja, si no indiferente, sí sin capacidad de reacción. Estamos instalados en la rutina de hacer siempre lo mismo y no salir de nosotros.

Y no hablo de otros, sino de mí mismo. Y desde mí, comparto mi pobreza con aquellos otros que les pueda pasar lo mismo. Experimento mis debilidades, y en ellas siento el poder y la fuerza del Espíritu que me conforta y me anima a glorificar y alabar al Señor. Son precisamente mis debilidades, como diría San Pablo, las que me fortalecen y realizan el milagro de experimentar la fuerza del Espíritu Santo, promesa del Señor.

Percibo que me vida se sostiene en la Mano del Señor Jesús, y desde ahí siento la vivencia de su fortaleza y de experimentarme sostenido por su Aliento y Poder. No entendería la vida de otra forma, y perdería todos sentido y deseo de vivirla sin la presencia del Señor. No importan mis fracasos, mis debilidades, mis pobres pecados, porque confío en su eterno perdón y misericordia.

El Sacramento del perdón es la reparadora ducha de agua limpia y celestial que vigoriza mi espíritu y fortalece mi voluntad para permanecer en Él, a pesar de mis basuras y miserias, que en lugar de debilitarme me fortalecen y dignifican para Gloria del Señor, que de la debilidad saca fortaleza.


jueves, 2 de mayo de 2013

AMAR COMO JESÚS ME AMA

(Jn 15,9-11)

Esta mañana me asaltó un pensamiento que me ayuda y me fortalece a la hora de experimentar el perdón ante los demás. Se trata de observar cuando muchas personas actúan mal, desplazando y sometiendo a otras a sus propios egoísmos, y perjundicándoles enormemente. Incluso dentro de sus propias familias y a sus propias madres.

Y sin embargo, son hijos de Dios, y ese Padre Dios Bueno nos ama inmensamente. ¡Tanto como ama a su Hijo amado y predilecto Jesús! Hay, la Palabra de Dios nos lo dice: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado».

Pues bien, si Dios ama a esas personas de esa forma, aún haciendo lo que a Él no le gusta, ¿cómo yo no voy a esforzarme al menos en amar y perdonar al que me hace mal? Ese criterio de amor tan grande por parte de Dios me ayude y nos puede ayudar a, abandonados en Manos del Espíritu Santo, dejarnos invadir por su Amor y ponernos en actitud de perdonar a nuestros enemigos.

miércoles, 1 de mayo de 2013

NECESITADOS DE JESÚS

(Jn 15,1-8)


El gran error del hombre es creer en sus propias fuerzas y pensar que solo él se basta para conseguir la felicidad que busca. El gran error del hombre es creer que por él mismo puede alcanzar su deseo de felicidad sin necesidad de ayuda. Pero, el peor de todos los errores es creerse suficiente y capaz de dirigir su vida hacia la felicidad rechazando a Jesús, el Señor.

No hay nadie más necio que aquel que da la espalda a Jesús y se erige en señor de sí mismo. Su vida queda estéril y sin sentido y su pobre esperanza termina en este mundo. Un mundo que cuenta sus días más de tristeza que de felicidad. Un mundo donde la esperanza se convierte en desesperanza. Un mundo donde las apariencias e hipocresías falsean la vida y siembran la muerte.

Y tras el error, el pecado, la mayor esperanza del hombre es Jesús de Nazaret. Injertados en Él nada tenemos que temer, y permaneciendo en Él todo camino será allanado y superado hasta alcanzar la paz y felicidad por él prometida. En Él daremos frutos, frutos de amor del que este mundo está necesitado y por los que todos los hombres alcanzaran la paz y la justicia.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza de agarrarnos a su Palabra: «Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».