martes, 21 de enero de 2014

LA LEY PARA EL HOMBRE

(Mc 2,23-28)

Cada época ha marcado una etapa y un camino de evolución. Las leyes se han tenido que adaptar en función del hombre y para el bien del hombre. Pero no siempre ha sido así porque los legisladores han visto la oportunidad de hacerse los dueños de los hombres y dominarlos. Así las leyes han quedado estancadas y sometiendo a los hombres.

Una de estas leyes era la del sábado. No se podía hacer trabajos el sábado ni siquiera curar o satisfacer una necesidad urgente y necesaria. El hombre quedaba sometido al sábado por unos sacerdotes retrógrados e instalados en el poder. Jesús rompe con esas leyes y tradiciones que someten en lugar de liberar. Así rompe las normas sabáticas y se enfrenta a los sacerdotes y fariseos de su tiempo proclamándose Señor del sábado y liberando al hombre a su sometimiento.

Todo ha sido creado y establecido al servicio del hombre, porque es el hombre por quien el Padre ha entregado su Hijo y enviado para salvarlo.

lunes, 20 de enero de 2014

EL SEÑOR ESTÁ ENTRE NOSOTROS

(Mc 2,18-22)
 
No es tiempo de sacrificios ni de tradiciones basadas en costumbres y expresiones antiguas, se trata de que el Hijo del Hombre se hace presente entre los hombres, y se hace tiempo de gozo y de permanecer en su presencia. Él, el Esposo, el Hijo de Dios hecho Hombre está entre nosotros, ¿cómo entonces vamos a hacer ayuno? Conviene hacer fiesta, banquete, porque Él está con nosotros.

Habrá momentos de fortalecernos en la privación, en el sacrificio cuando el Esposo se vaya y cuando la fortaleza de la oración lo requiera. Ser perseverante exige esfuerzo, privación y ayunos para permanecer fuertes en la oración. El mundo nos tienta y nos debilita, y en esos momentos necesitamos estar fortalecidos para preservarnos del peligro.

Sin embargo, debemos romper con la rutina, con el ayuno por el ayuno y la costumbre. No se trata de cumplimientos ni de interpretar la ley, se trata de una vida nueva. Una vida cuyo centro sea el hombre y el amor por el hombre. Una vida con los valores que envuelven la misericordia y el perdón, y que son unidos y cultivados por el amor.

domingo, 19 de enero de 2014

JUAN DESCUBRE AL CORDERO DE DIOS

(Jn 1,29-34)
 
Juan señala a Jesús como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Sabe que su misión ha terminado, y da paso a que Jesús, el enviado por el Padre, dé comienzo a la suya: Rescatar a todos los hombres del pecado, eso significa perdonarlos. Por eso, Juan lo anuncia como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

La grandeza de Juan de quitarse del medio cuando le llega el momento. Eso descubre en él gran humildad, pues son momentos de tentaciones ante su popularidad y la admiración de tus discípulos. Juan les señala a Jesús y les abre el camino para que sigan al Único y Verdadero Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Él ha terminado su misión de preparar el camino.

¡Dios mío!,¿ cómo es posible que el pueblo no te haya conocido? Pero también me doy cuenta que hoy ocurre lo mismo, pues la verdad esta revelada y conocida por millones de personas, y sólo siguen unos cuanto. Me fío de Juan y de su testimonio de cómo el Espíritu Santo bajó a Jesús. Me fío Señor y te doy gracias por conservarme esa fe dentro de los peligros que supone la jungla de este mundo.

Pero más me fío de tu Palabra Señor, porque Tú eres la Verdad, el Camino y la Vida.

sábado, 18 de enero de 2014

DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES


(Mc 2,13-17)

Los refranes tienen mucho de verdad aunque no todos se pueden aplicar y guardan matices que no siempre se cumplen. Pero sí que es verdad que las apariencias y las amistades nos inclinan a juzgar a las personas y hasta repudiarlas por su presentación. No es cosa de ahora, sino que ha sido siempre.

Jesús tampoco escapó a eso en su época. Fue criticado porque compartía mesa y mantel con pecadores y publicanos. Ocurre hoy también que depende con quien vayas, te presentes o compartas comida, serás juzgados por los que se piensan y creen mejores y más limpios que los demás.

No deja de ser una idiotez que te creas superior a los demás, pues todo pasa por ponerte en su lugar y ver cómo lo harías tú. A veces son nuestros miedos y respeto humano lo que nos impiden actuar de la forma que nos gustaría y criticamos a los demás cuando nosotros si pudiéramos haríamos lo mismo. Nuestra mentalidad rural o urbana decide en muchos momentos nuestra forma de comportarnos.

De cualquier forma, Jesús nos une y nos revela un mismo Padre. ¿Cómo entonces puedes considerarte más que tu hermano? ¿Acaso un Padre Bueno y Justo no nos dará a todo lo mismo? Si uno tiene esta debilidad o esta imperfección, ¿Dios no lo quiere igual? Si Dios nos quiere a todos, ¿cómo tú haces distinción y te permites excluir?

No son los capacitados y perfectos los que necesitan médico. Esos ya lo tienen, ellos mismos. Son los enfermos, los pobres y pecadores los que necesitan ser sanados.

viernes, 17 de enero de 2014

ESCLAVITUD POR EL PECADO


(Mc 2,1-12)

Nos asombramos porque vemos caminar un paralítico pero ese asombro no mueve nuestro corazón a cambiar de vida, queda simplemente en asombro pasajero que se olvida con el ruido del mundo. ¿No nos pasa a nosotros también algo de eso? Oímos la Palabra, pero pronto muere dentro de nuestro corazón y escuchamos más la que proviene del mundo.

Me gustaría saber que fue de aquel paralítico y de otros muchos que fueron curados por Jesús. ¿Le habrán seguido durante toda su vida? Quiero pensar que sí, pero viendo la realidad de hoy me asalta la duda. Porque a nosotros nos ocurre igual: oímos su Palabra, muchos contemplamos milagros y otros los oímos de buena tinta, pero seguimos igual.

No esperes nada nuevo si tu vida hace siempre lo mismo. La fe hay que buscarla y pedirla, pero una fe activa, viva, encarnada en la vida y movida por el Espíritu Santo. Porque nosotros no sabemos ni qué hacer ni dónde ir. Es el Espíritu quien nos moverá, pero no lo hará sin contar con nuestro permiso. Y ese permiso necesitamos pedírselo al Señor para que nos empuje y nos fortalezca y podamos dar el paso de la fe.

Tampoco te preocupes, sólo tienes que abrirte y hacer el esfuerzo que Dios te pide, esa será tu fe, porque lo demás te lo irá dando el Espíritu Santo.

jueves, 16 de enero de 2014

JESÚS ES ACOSADO

Mc 1, 40-45

Su fama era tanta que ya no podía entrar abiertamente en los pueblos. Me imagino, extrapolado a nuestros tiempos, Jesús asediado por los paparachis y medios y solicitado por la tele. Mi imagino las criticas de aquellos que le tachan de impostor y falso profeta acusándole de hacer magia o trucos. También de los indiferentes que se quedan en: "se oye que hay alguien...; se dice que...

Hoy Jesús, como lo fue en su tiempo, sería muy famoso y sus milagros y palabras darían la vuelta al mundo, pero, la pregunta es: ¿Cuántos le seguirían? Supongo que por mucho que vean todos se quedan en nada. Se asombran de los milagros y llegan a considerar que Jesús es alguien que sabe hacer magia, o que incluso hace milagros, pero eso no les mueve a cambiar, a mudar su corazón de piedra en uno de carne.

Porque eso ocurrió ya en su tiempo. Muchos vieron lo que hacía, pero pocos se convirtieron y le siguieron viviendo su Palabra y su Amor. Y es que nos cuesta mucho cambiar, salir de nuestras comodidades y de nuestros hábitos. No sé que nos ocurre, pero vemos y sucede como si no viéramos.

Por eso, Señor, no me cansaré de pedirte que abras nuestros ojos a la realidad. Sabemos que eres el Hijo de Dios Vivo, y que te has hecho Hombre para salvarnos, pero nuestras vidas siguen quietas, acomodadas, titubeantes y hasta dispuestas a ponerte condiciones.

La única razón que encuentro es que sólo Tú Señor mueves nuestro corazón y cambias nuestra vida. Y esa es la Gracia que te pedimos. Haznos verdaderos siervos de tu Palabra.


miércoles, 15 de enero de 2014

NO VEMOS SINO LA MATERIA

(Mc 1,29-39)


Supongo y pienso que es una limitación, debilidad o imperfección que todos tenemos  y que no nos deja ver sino lo material, en este caso, la salud de nuestro cuerpo. Todos buscan a Jesús para que les dé salud. No lo buscan porque han visto en Él el Mesías salvador, sino para que les arregle sus dolencias materiales.

Y en ese sentido corren y se sienten atraídos por Jesús, pero no le entienden. No cabe duda que los judíos esperaban un Mesías poderoso, guerrero y líder del pueblo para alcanzar la libertad e independencia del pueblo romano. No se imaginaban un Reino de paz, de justicia y menos de amor. No entendía el por qué y cómo actuaba Jesús, sólo sus intereses físicos y materiales.

Jesús se aleja y se retira a orar. Necesita estar en contacto constante con el Padre. Ha venido a cumplir su Voluntad y decide marcharse para recorrer otros lugares, otras aldeas que también necesitan oírles y ver sus milagros. Milagros que sólo persiguen que se fijen en el poder de Dios y en la salvación, por el amor, que Él proclama, y que nos cuesta mucho más ver.

Abre Señor nuestro ojos y haznos entender que el camino ahora es de lucha y aceptación para que al entregar nuestro cuerpo, en nuestra hora, seamos purificados y acogidos en el Reino del Padre por su gran Misericordia.

Nuestra salvación depende de un mayor o menor recorrido en el que vivamos el amor que Jesús nos revela como enviado del Padre.