viernes, 26 de septiembre de 2014

LA PREGUNTA SIGUE EN PIE HOY

(Lc 9,18-22)


Todos los días renovamos la respuesta que Jesús nos hace. Al menos creo que lo debemos hacer, porque nuestra respuesta la vamos completando cada día en la medida que vivimos en su presencia. No nos vale decir: Creo en Ti, Señor, y luego vivir desencarnado de su Voluntad y su Mandato de Amor.

Porque sólo en la medida que mi vida viva en su Amor y, desde Él, esforzándome en amar a los que me rodean y a las circunstancias que rodean mi vida, iré dando cumplida respuesta a su Voluntad. Tratar en verdad, en justicia y en paz, igual que espero ser tratado yo, con paciencia, con humildad, con comprensión...

Tratar a cada persona en el esfuerzo de ver al mismo Jesús en ellos. Y hacerlo desde la oración permanente, continua y perseverante, injertado en el Espíritu Santo.

Danos Señor la luz y la sabiduría de poder amar de la misma forma que Tú nos ama.

jueves, 25 de septiembre de 2014

REALMENTE, ¿BUSCO A ALGUIEN?




Sucede que por mucho que nos digan y escuchemos no nos enteramos. Y no nos enteramos porque no queremos enterarnos, pues no buscamos a nadie ni nos sentimos necesitados de nada vital que nos mueva a buscar. Se hace necesario estar necesitado o enfermo para correr en busca del médico.

Y muchas veces, por no decir casi siempre, buscamos al médico para que nos cure, y en la curación se acaba nuestra búsqueda. Con Jesús nos ocurre lo mismo. Lo buscamos con un sentido utilitario, para resolver nuestros problemas, y una vez resueltos termina nuestros deseos de búsqueda.

¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Una caja mágica que nos espera y nos sirve para solucionar nuestras necesidades, apetencias y enfermedades? ¿O es nuestra esperanza y nuestra razón en donde encontraremos nuestra felicidad y vida eterna? Todo dependerá de lo que signifique Jesús para cada uno de nosotros.

No busquemos a un Jesús espectáculo, a un Jesús que nos sorprenda con algo mágico y nos deslumbre con un milagro o acto de poder. No, ni mucho menos. Jesús está en los pobres, en los necesitados y en los que buscan consuelo, justicia y paz. Y se nos ha revelado como el Hijo predilecto del Padre, enviado para salvarnos y entregado para ello en una muerte de Cruz.

Ilumina Señor nuestro camino para que busquemos al verdadero Jesús, Pan de Vida Eterna que ha bajado del cielo para hacerse comida de salvación para todos los hombres.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

ENVIADOS A PROCLAMAR EL REINO DE DIOS Y A CURAR



No está la vida ideada para el disfrute y el gozo personal, pues eso nos llevaría a caer en un egoísmo que traerá malas consecuencias y provocará enfermedades, envidias, estrés, locuras, carreras por disputas y competencias en todos los grados y banalidades. Nadie quiere quedarse por debajo cuando se pone el gozo y la satisfacción como metas y proyectos de vida.

Así, el hombre anda corriendo, enfermo, estresado, depresivo, triste, melancólico, explotado, sometido, esclavizado, encadenado a vicios que le dominan y le destruyen... Son los demonios de nuestra era cuando se busca la felicidad por caminos contrarios a lo que somos y estamos llamados. La paz sólo se encuentra cuando el hombre realmente se encuentra.

Y el hombre se encuentra cuando descubre que su misión es la de descubrir los valores del Reino de Dios y, en la vivencia de los mismos, transmitirlos y entregarlos, sanando y curando las dolencias de los hombres perdidos en el torbellino de un mundo alocado y perdido en el sin sentido y la locura.

No cabe ninguna duda que en la experiencia del darse, del entregarse y del compartir para curar o aliviar las dolencias de los más necesitados y, sobre todo, de los que buscan la verdadera sanación, se esconde el gozo y la felicidad que buscamos por otros caminos equivocados que terminan en el abismo de la locura y la muerte. Un mundo que no reacciona y que teniendo la Verdad se esconde como ciegos sin caminos en la oscuridad de lo absurdo.

Te pedimos Señor que, abriendo nuestros ojos, descubramos el tesoro que se esconde en el esfuerzo de darnos, de compartir y de anunciar que sólo en el encuentro contigo encontraremos lo que realmente buscamos, la felicidad y el gozo eterno. Amén.

martes, 23 de septiembre de 2014

BUSCANDO ACERCARNOS A JESÚS

(Lc 8,19-21)

Cuando quieres algo necesitas estar cerca para tener posibilidad de alcanzarlo. De la misma manera, para oír lo que Jesús dice es necesario estar cerca de Él. Sin embargo, una posibilidad, al menos yo la he oído, ocurre que cuando te importa alguien, tratas de protegerlo y apartarlo del peligro.

Pudo ser esa la causa de María y sus familiares la que les empujó a acercarse a Jesús en aquel momento. María, como Madre, le importaba mucho su Hijo Jesús, y sabía del peligro que corría ante los que le oían y le criticaban y le desprestigiaban. Una Madre sufre ante los insultos, críticas y habladurías que ponen a su Hijo en la calle. Y corre y se acerca a apartarlo de aquella gente.

Cuál es su sorpresa cuando Jesús, su propio Hijo, aprovecha esa oportunidad para afirmar más su Misión y su Amor a pesar de las ofensas y rechazos de los hombres. Y, aunque parece una contradicción, afirma más la grandeza de su Madre al ponerla como primer ejemplo de aceptar, obedecer y cumplir la Voluntad del Padre. «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Porque María, escuchando las palabras del Ángel Gabriel, es la primera en decir "Sí" a la Voluntad del Padre, y por Ella concebir al Salvador del mundo, su Hijo Jesús, para con su Muerte y Resurrección rescatar al hombre del pecado.

lunes, 22 de septiembre de 2014

SI PIERDES LA LUZ TE HUNDES EN LAS TINIEBLAS

(Lc 8,16-18)

Siempre me ha interpelado esta frase evangélica: «porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará». Y siempre me he esforzado en entenderla. Hoy creo, en el Espíritu Santo, dar un paso más claro en su entendimiento. Supongo, creo que es evidente, que aquellos que viven en la Luz atraen la Luz y todo a su derredor brilla y goza de luz. 

Es lógico que todo el que vive en la Verdad sea transparente y deja pasar la luz de la verdad a través de su vida contagiando, transmitiendo y alumbrando con la Luz de la Verdad. Cumple ese refrán que solemos decir: "El dinero atrae al dinero". En términos evangélicos diríamos: "La Gracia de la verdadera Luz atrae a la Luz". Y es que en la medida que vivamos en la Verdad, nuestra luz será más brillante y alumbrará a todos los que se acerquen a ella.

Por el contrario, quienes vivan en la oscuridad caminaran cada vez más en las tinieblas y sus vidas, opacas y a oscuras andarán perdidas y atormentadas en el sin sentido, vacío y pecado. Terminarán perdiendo incluso lo poco que creían tener. Y es que es evidente y lógico. También resumimos esa realidad con una frase refrán: "Quién mal anda, mal acaba".

Pidamos luz en nuestra vida para que seamos lámpara que alumbre, y no sombra que oscurezca el camino de la Verdad. Amén.

domingo, 21 de septiembre de 2014

EN CONSTANTE BÚSQUEDA

(Mt 20,1-16)

Si el Señor no nos busca estamos perdidos. Incluso, en constante búsqueda y llamada somos muchos los que permanecemos indiferentes y miramos para otro lado. Muchos ni quieren oír hablar de Él. ¿Qué sería de nosotros si el Señor no se preocupara  y nos dejase de la mano? No sería difícil imaginar la terrible tragedia de nuestra vida.

Sin Él nuestra vida carece de sentido, porque nuestra esperanza no existiría. Esperanza que todos tenemos, aunque muchos la pongan en otras cosas equivocadamente. Pero está ahí, y en Él somos constantemente llamados. A veces por las calles, en las plazas o en otros lugares, y por la mañana, tarde e incluso noche. El Señor quiere ocuparnos y despertarnos a trabajar por su Reino. Un Reino de justicia, de amor y de paz.

Independientemente de la hora a la que acudamos a su Viña, seremos siempre indignos de recibir salario alguno, porque por justicia no merecemos ser pagados. Si el Señor aplicara su Justicia nadie escaparía a su condena, pero es Misericordioso y, por su amor, no sólo nos llama, sino que nos perdona y hasta nos paga un salario. Un salario que distribuye según su Misericordia y su Bondad.

¿Quiénes somos nosotros para reprocharles? ¿Con qué autoridad levantamos nuestra voz para pedirle justicia al único y verdadero Justo? ¿Acaso no le debemos toda nuestra existencia? ¿Y no nos llama siempre, incluso cuando peor lo estamos pasando o más le necesitamos?

Demos gracias al Señor por buscarnos y preocuparse por nuestra indiferencia, nuestra pasividad, nuestra pereza y darnos la oportunidad de trabajar por su Reino, que es nuestro Reino, pues Él lo ha creado para y por nosotros. Amén.

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿CÓMO Y EN QUÉ TIERRA PLANTO?


(Lc 8,4-15)

No podemos, Señor, dejar toda la eficacia al lugar o la calidad de la tierra donde caiga la semilla. También hay parte de culpa y responsabilidad del cultivador que la cuide y la cultive. Quizás muchas de esas semillas caídas o tiradas al borde del camino podían transportarse y plantarse en buena tierra donde poder germinar.

O las del terreno pedregoso y seco refrescarlas y humedecerlas para reavivar sus raíces. De la misma forma que las que crecen entre zarzas y abrojos ayudarlas a crecer evitando que sean absorvidas y ahogadas. ¿Qué clase de labrador soy yo? ¿Me basto yo sólo para cultivar mis semillas a mi manera, o cultivo, injertado en el Espíritu Santo, la Verdadera Semilla de la Palabra de Dios.

¿Y lo hago desde la doctrina regando esa tierra de normas, preceptos y mandatos, o la riego también con mi vida? Supongo que, independientemente de donde caiga cada semilla, también dependerá mucho del labrador que la cultive y la cuide..

Dame, Señor, la Gracia de ser un buen labrador y que cada semilla, empezando por la mía propia, sea cultivada desde la Verdad y la vivencia de tu Palabra. Amén.