miércoles, 10 de diciembre de 2014

MI YUGO ES TU YUGO

Mt 11, 28-30

Cargar con el Yugo de Jesús es hacer, lo que Él hizo y hace a cada instante con nosotros y con los demás. Es lavar los pies a los que lo tienen sucios; es agacharte ante los pobres y necesitados; es poner toda tu capacidad fraternal al servicio de los que más lo necesitan. Hermoso yugo, porque eso es amar. Y amar es lo que nos propone Jesús.

Pero nos propone otra alternativa, descansar en Él e injertarnos en Él, porque sólo nosotros no podemos, pero en Él encontraremos ligera y llevadero su carga y su yugo. Él es nuestra referencia, nuestro descanso, nuestra salida, nuestra solución, nuestra esperanza y nuestra salvación. Por eso, mi yugo es su Yugo, porque sólo imitándole mi vida tiene sentido.

La vida tiene sentido cuando nos esforzamos en vivir el Sentido de Jesús, el Camino de Jesús, la Justicia de Jesús, el Amor de Jesús. Otro camino elegido es camino sin sentido, de perdición y vacío. La pasión y las emociones; la ambición y la felicidad que el hombre y la mujer buscan en las cosas que este mundo les ofrece son espejismo que, satisfechos, retornan al vacío que lo contienen. Sólo Jesús llena plenamente y desborda felicidad eterna.

Dejémonos atraer por Él y hacerlo descanso, yugo y carga de nuestra vida, porque sólo en Él seremos plenamente felices.

martes, 9 de diciembre de 2014

TENTADOS A PERDERNOS

Mateo 18, 12-14


No importa donde estés, porque el peligro siempre acecha, y siempre estamos en amenazados por el riesgo de perdernos. Perdernos por nuestra soberbia, por nuestra curiosidad, por nuestra ambición, por nuestra envidia, vanidad, egoísmos... Siempre, por nuestros pecados, estamos predispuestos a perdernos.

Es relajante y tranquilizador el sabernos buscados y protegidos por el Buen Pastor. Eso es lo que nos trasmite Jesús hoy en el Evangelio:  Mateo 18, 12-14 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada?... 

Y eso significa que somos muy importante para el Señor, hasta el punto que no quiere que se pierda ninguno de los que le han sido confiados por el Padre. Celebrar el encuentro y rescate de la oveja perdida da la medida de la importancia de cada oveja. No quiere el Señor perdernos y vigila para que no nos perdamos, pero, por nuestra libertad, podemos abandonar el redil y pastar a nuestro libre albedrío.

Señor, ilumina nuestro camino y no permitas que, autoengañados por nuestras pasiones y egoísmos, abandonemos el redil de tu Amor y Misericordia y nos perdamos en el abismo. Amén.

lunes, 8 de diciembre de 2014

SU REINO NO TENDRÁ FIN

Lucas 1, 26-38


Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. 


Hoy mi atención se ha dirigido a las últimas palabras: "Y su reino no tendrá fin". Esperamos a un Rey cuyo Reino no tendrá fin. Y si nosotros somos los destinatarios de ese Reino, seremos seres llamados a existir siempre, es decir, eternos. Es hermoso y esperanzador meditar sobre estas Palabras, porque son Palabras que están, en la Persona de la Virgen, destinadas a nuestras salvación.


Una salvación que tiene su principio en un proyecto. No hay ninguna duda que se hace necesario descubrir que camino tomamos en nuestra vida. No podemos caminar sin rumbo y sin un proyecto que proponernos. Posiblemente lo tenemos, un trabajo, una familia, hijos...etc. Quizás nuestro proyecto sea otro, y conviene discernir sobre su bondad, porque no todos los proyectos son buenos ni nos convienen. Luego tendremos que cumplirlo y finalmente formarnos para garantizar su cumplimiento.

Nuestros proyectos son humanos, pero Dios, enviando a su Hijo, ha pensado en un proyecto, como pensó en María para hacerla su Madre, para cada uno de nosotros. Y, como María dijo sí, nosotros tendremos también la oportunidad de decir si al Señor.

Descubrir ese proyecto puede ser un reto maravilloso y emocionante cada día, y, sobre todo, en este adviento. Porque aunque estés en ello, cada día nace con la ilusión de descubrirlo un poco más para vivirlo en su presencia y, asistido por el Espíritu Santo. Amén.

domingo, 7 de diciembre de 2014

RETOMAMOS EL CAMINO DE SALVACIÓN

(Mc 1,1-8)


Cada día es un volver a empezar. Empezamos cada mañana ofreciendo y disponiendo nuestro corazón y todos nuestros actos en la actitud de vivenciar los valores del Reino, tal es la Voluntad, que espera y desea Dios de cada uno de nosotros. Y experimentamos la necesidad de pararnos y ofrecernos en cuerpo y alma, junto a la Madre Virgen y maestra y a toda la Iglesia, poniendo en sus Manos y a su disposición nuestra voluntad, para que el Espíritu Santo nos guíe y dirija.

Es una preparación, como inició Juan Bautista, en los comienzos del Reino de Dios. Una preparación que prepara nuestro corazón al arrepentimiento y a la apertura a la llegada del Hijo de Dios. Es el día que marca el inicio de nuestra hora, la hora de la salvación. Juan lo prepara con un Bautismo de agua, un Bautismo de esperanza, pero el que ha de venir, Jesús de Nazaret lo hace con el Bautismo del Espíritu de Dios.

Un Bautismos de salvación que limpia y perdona los pecados; que nos hace hombres nuevos capaces de, injertados en el Señor, vivenciar los valores del Reino y construir un mundo donde reine la verdad, la justicia y la paz. Cada instante es un reto a saber discernir cuando hay que morir para, despojado de mi egoísmo, servir al que lo necesita y lo pide. Te pedimos, Señor, nos concedas esa Gracia como regalo de la celebración de tu nacimiento.

Vivamos la preparación del anuncio de Juan el Bautista con el entusiasmo y la esperanza que la Noticia más grande y más esperada se merece. Amén.


sábado, 6 de diciembre de 2014

QUIZÁS SEAN POCOS LOS QUE TRABAJAN

(Mt 9,35—10,1.6-8)

Sin lugar a duda, la mies es abundante y los obreros pocos, pero quizás no sea porque sean pocos, valga la redundancia, sino porque pocos son los comprometidos a poner primero los asuntos de Dios y luego los suyos propios, incluso los familiares. 

No hay nada que temer porque teniendo a Dios por centro y motor de mi vida, mi prójimo, entre ellos mi familia, será objetivo de mis cuidados y atenciones. Tener a Dios por prioridad en mi vida, es tener al hombre como prioridad de mis servicios y atenciones. Es poner mi mirada en vivir la Verdad de la Palabra de Jesús en mi relación con el mundo en el que vivo, aterrizando en mis relaciones con los demás.

Sentirme enviado por Jesús es despojarme de mí para darme al otro que sufre, que tiene necesidades y carece de medios. Quizás no sea el dinero lo más importante porque hay muchas otras cosas que dar: una sonrisa, buen humor, paciencia, comprensión, respeto, silencio, justicia, buena intención, evitar murmurar, malas intenciones... y hasta la salud. 

Porque así nos ha enviado Jesús.Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».

Pidamos al Señor la fe de sabernos enviados con la autoridad que Jesús nos ha dado y, a pesar de nuestras dudas, abandonémonos en su Manos confiados en su Palabra. Amén.

viernes, 5 de diciembre de 2014

¿CREES QUE JESÚS TE PUEDE CAMBIAR?

Mt 9, 27-31


Sucedió a aquellos ciegos. Seguían a Jesús e, imagino, tendrían sus dudas. Dudas de que Jesús los atendiera, pero sobre todo que les abriera sus ojos a la luz. ¿Quién era Jesús? Sin embargo, hay algo que les mueve a caminar, a seguirlo y a perseveran en su ruego de conseguir ver. ¿Será esa la fe? ¿Será esa la condición que nos pide Jesús?

¿Crees tú, y también yo, que Jesús puede transformar nuestro corazón? ¿Realmente lo creemos? Podemos pensarlo meditadamente y posiblemente, pienso, nos aparecerán las mismas dudas que esos ciegos. En el camino dudaremos, como dudamos en nuestra vida, y muchas veces nos preguntaremos quien es Jesús. Nuestra fe es pobre, débil y muy proclive a romperse, a perderse y evaporarse.  Razón fundamental para estar muy cerca de Él. Le necesitamos urgentemente. 

Más que aquellos ciegos y iban tras sus pasos. Necesitamos también gritarle a Jesús que nos devuelva la vista. La luz para verle, para divisarlo a nuestro lado, para alumbrar nuestro corazón y sentirle cercano, presente y futuro. Para sentirle siempre y eterno.

Quizás Jesús no quiere de nosotros más que le sigamos y que nos dejemos curar: Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.

Respondemos también nosotros a la pregunta de Jesús: Sí, Señor. Y lo buscamos para que cambie nuestros corazones de piedras en corazones de carne, generosos, solidarios, compasivos y misericordiosos. ¿Y, a pesar de nuestras dudas, confiamos que Jesús lo puede hace?

Hagamos lo de los ciegos, seguir caminando tras Jesús e insistir aunque sintamos desfallecer o no sentir la fe que quisiéramos sentir. Continuemos caminando hasta que el Señor quiera preguntarnos que queremos, y, estando cerca, respondamos inmediatamente que Sí, Señor.

jueves, 4 de diciembre de 2014

¿CUANDO EL HOMBRE DEMUESTRA SER INTELIGENTE?

Mt 7, 21, 24-27

Sabemos que no es lo importante prometer, sino el cumplir la promesa. Porque se habla mucho, pero luego de lo mucho hablado, poco se cumple. De ahí nace la desconfianza y, por consiguiente, la necesidad de dejar la palabra hablada bien escrita y recogida en documentos publico y ante notario y testigos.

Hoy, en estos tiempos que vivimos, se hace muy difícil confiar, y la confianza es un tesoro perdido. No sería muy difícil adivinar que un hombre es inteligente en la medida que se esfuerce en cumplir lo que habla y lo que promete, porque eso al final le hará acabar bien y ser respetado y admirado como caballero por los demás. De nada sirve lo otro, la mentira y lo falso, pues al final se hundirán descubiertas en lodazal de las arenas movedizas.

Hay muchos hombres poco inteligentes, porque lo demuestra el hecho de que no cumplen sus palabras y de qué eligen vivir en la mentira y el engaño a servir a la justicia y la verdad. Son hombres y mujeres de muy poca cabeza. Poca cabeza para lo verdaderamente importante, para construir su propia casa sobre roca. Sobre roca firme que las tempestades no la hagan zozobrar y la amenacen con destruirla.

A pesar de la experiencia, el hombre sigue construyendo su casa sobre arena movediza sin percatarse que está edificando su propia muerte. No reacciona ni se da cuenta que se hace necesario construir sobre roca firme que le salve de toda amenaza de destrucción. Su egoísmo le ciega y se aparta de la única y verdadera fuente que le ilumina y le puede indicar el camino de salvación.

Vivir en la verdad, en la justicia y en los valores del amor es vivir en la seguridad de que tu casa está bien firme y sedimentada en la Roca del Señor, Fuente de toda protección y verdadero Amor. De ahí que quienes no descubran este camino quedarán sepultados y ciegos por el camino de la perdición.