Cargar con el Yugo de Jesús es hacer, lo que Él hizo y hace a cada instante con nosotros y con los demás. Es lavar los pies a los que lo tienen sucios; es agacharte ante los pobres y necesitados; es poner toda tu capacidad fraternal al servicio de los que más lo necesitan. Hermoso yugo, porque eso es amar. Y amar es lo que nos propone Jesús.
Pero nos propone otra alternativa, descansar en Él e injertarnos en Él, porque sólo nosotros no podemos, pero en Él encontraremos ligera y llevadero su carga y su yugo. Él es nuestra referencia, nuestro descanso, nuestra salida, nuestra solución, nuestra esperanza y nuestra salvación. Por eso, mi yugo es su Yugo, porque sólo imitándole mi vida tiene sentido.
La vida tiene sentido cuando nos esforzamos en vivir el Sentido de Jesús, el Camino de Jesús, la Justicia de Jesús, el Amor de Jesús. Otro camino elegido es camino sin sentido, de perdición y vacío. La pasión y las emociones; la ambición y la felicidad que el hombre y la mujer buscan en las cosas que este mundo les ofrece son espejismo que, satisfechos, retornan al vacío que lo contienen. Sólo Jesús llena plenamente y desborda felicidad eterna.
Dejémonos atraer por Él y hacerlo descanso, yugo y carga de nuestra vida, porque sólo en Él seremos plenamente felices.
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