viernes, 29 de marzo de 2024

LA MUERTE, PASO DE ESTE MUNDO AL ETERNO.

Hemos sido creados por amor y para amar. Y para vivir ese amor eterno en plenitud de gozo y felicidad. Claro, no en este mundo, sino en el que Dios Padre tiene pensado para nosotros. No nos lo podemos imaginar, pero nuestra vida terminará en el Gólgota, quizás no como Jesús, pero si dando la vida como fin de este mundo para emprender el camino eterno del otro.

Y, la consecuencia es que, de la manera que lleguemos a ese momento dependerá el camino a seguir en la eternidad. Porque, eternos seremos todos. Dios nuestro Padre no nos ha creado para un tiempo. Su Amor es eterno y nos ha creado pensados para la eterna felicidad. Otra cosa es que muchos no quieran estar con Él y se condenen al fuego eterno.

Tenemos el ejemplo explicito de los dos condenados juntos a Él en ese momento donde Jesús entrega su Vida por amor. Uno protesta y se rebela, e incluso desafía a Jesús a que tome venganza y lo libere. Otro, acepta su condición pecadora, su muerte y pide a Jesús que se acuerde de Él cuando esté en su reino.

La pregunta es: ¿Dónde estamos nosotros? ¿A la izquierda o a la derecha? ¿Somos los que reivindicamos derechos y pedimos la liberación porque nos pertenece y la merecemos, o somos los que reconocemos nuestra culpa y pecado y pedimos misericordia confiando en el Infinito Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios?

Dependiendo de la actitud que tengamos en nuestro camino, seremos eternamente felices por la Misericordia de nuestro Padre Dios, o eternamente infelices condenados por nuestra soberbia y pecados. Ese será, tarde o temprano, el final el dictamen de nuestro propio Gólgota.

jueves, 28 de marzo de 2024

Y PASAN LOS AÑOS Y TODAVIA NOS CUESTA ENTENDERLO - jueves Santo -

Sí, la cuestión es esa: «lavarnos los pies los unos a los otros» Está implícito en el mandamiento del amor: «Ámense unos a otros como yo los amo». Sin embargo, nos cuesta comprenderlo y más vivirlo.

La escena del lavatorio de los pies simboliza esa actitud de amor mutuo. Jesús la ha vivido durante su vida en este mundo y la deja ahora impresa en la retina de aquellos que están presente y cenan con Él.

Siempre, eso parece el denominador común, hay un rebelde, un hijo de las tiniebla o alguien que no quiere escuchar, que se somete a la ambición del poder, de las riquezas y del placer de servirse a sí mismo y a sus caprichos y egoísmos. Y se somete al príncipe de este mundo, al mundo y la carne, los tres peligros del alma.

Confieso que tras muchos años de semana Santo no me había dado cuenta de lo que paso a reflexionar seguidamente. Es verdad, cada instante de la vida es algo nuevo que, injertado en el Espíritu, Él te descubre y presenta:

El amor, esa es la cuestión. Jesús sabe que su tiempo terrenal está ya contado, y no cuenta con mucho. La cena Pascual es la gran oportunidad, sabe que sus discípulos no han entendido casi nada y Jesús, que se ha dado enteramente, trata de mostrarles hasta qué punto es el compromiso de su amor. La mejor señal está en el lavatorio de los pies. Saben lo que significa eso, sobre todo en aquellos tiempos donde el siervo era tomado por esclavo. Y lo saben bien que ya sabemos cuál fue la respuesta de Pedro y el dialogo que mantuvo con Jesús.

Ante la sorpresa de todos, Jesús lava los pies a cada uno de ellos. Les muestra la medida de su Amor Misericordioso a cada uno. Incluso, donde se hace la luz con más intensidad al entendimiento, con Judas, Jesús nos descubres su compromiso eterno, paciente y misericordioso. No está diciendo que entrega su Vida por verdadero amor, y que su Misericordia es paciente y eterna.

Pero, y eso es lo más sorprendente, que también me lava los pies a mí, a ti y a todos que se dignen a sentarse a su mesa, la Eucaristía. Nos dice que va con nosotros, que nos espera y que sostiene sus brazos abierto a nuestra conversión, a nuestro dolor de contrición y a nuestro arrepentimiento. Pedro, Tomás, Pablo, Agustín y muchos más son verdaderos y auténtico ejemplos. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a dar ese paso?

Solo me queda darle gracias al Espíritu Santo y pedirle, en nombre de todos los que lean esta humilde reflexión, y quieran dejarse lavar los pies por el Señor, que Él está dispuesto y pendiente de hacerlo. Ha venido, nos lo ha dicho, a servir y no a ser servido. Y como Él nos dice, hagámoslo nosotros también con los demás.

miércoles, 27 de marzo de 2024

OPCIÓN DE ARREPENTIMIENTO - miércoles santo -

Nuestra debilidad está a la vista, pero tenemos otra arma más poderosa capaz de transformar nuestra debilidad en fortaleza: el arrepentimiento y dolor de corazón. Porque, dentro de nosotros está sembrada la semilla de la bondad, de la humildad, de la mansedumbre, de la solidaridad, de la compasión…etc. En una palabra: semilla de amor.

Y es esa semilla de amor la que nos hace tener siempre esa otra opción de conversión y de darnos cuenta de que nuestra auténtica felicidad no está en el poder, las riquezas, el disfrute placentero y todo lo que el mundo te pueda ofrecer, sino en el ofrecimiento de darte en servicio por amor, sobre todo a los más débiles.

Tú, yo tenemos esa posibilidad. Y también Judas la tuvo. No solo él es el culpabre, también nosotros condenamos al Señor con nuestra vida y obras. Sabemos que hizo Judas con su vida, pero nada más, y menos el resultado. Tanto él como todos nosotros tenemos la paciente espera de la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios. Y Jesús, el Hijo de Dios Vivo, nos la reitera y da en sus últimos suspiros en la Cruz: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen»

Quizás nosotros ahora si sabemos lo que hacemos, pero cegados por el mundo, demonio y carne nos encerramos en nosotros mismos y rechazamos la asistencia y el auxilio del Espíritu Santo. Son días de contemplación de la Pasión del Señor. Una Pasión que le lleva a la Cruz y que, libre y voluntariamente, la acepta a cambio de que nosotros abramos nuestros ojos y nos convirtamos a vivir en su Palabra y Amor Misericordioso. Es esa nuestra más grande posibilidad de ser felices eternamente. ¡Aprovechémosla!

martes, 26 de marzo de 2024

TARDE O TEMPRANO: ENCUENTRO CON EL SEÑOR - martes santo -

Y ese es el camino, tras nuestra muerte, abandonaremos este mundo para encontrarnos con el Señor. Ese es nuestra destino y el camino que debemos preparar para que nuestro encuentro, que será definitivo con el Señor, sea un encuentro gozoso y pleno de felicidad eterna.

Mientras, nuestra vida tiene la posibilidad del camino por este mundo. Un mundo difícil de sortear en la voluntad de Dios. Mundo, demonio y carne se encargarán de poner todos los obstáculos y tropiezos posibles para impedirnos que llegue ese encuentro con el Señor en situación favorable para nuestra felicidad. Eso significa que estos tres grandes peligros de nuestra alma trataran de perdernos y que no gocemos de la gloria que nuestro Padre Dios, por los méritos de su Hijo, nos regala.

Y Jesús, el Señor, que ha venido a enseñarnos el camino de cruz que nos tocará vivir, nos lo expone con su Vida y su Pasión. Él la entrega libre y voluntariamente en favor de la Verdad y del Amor Misericordioso que le ha mandado su Padre. Vence al mundo, al demonio y carne, y nos revela que su Padre nos ama con misericordia infinita e injertados en el Espíritu Santo, que nos enviará, venceremos nosotros también.

Esta es la historia, nuestra propia historia. Nuestras dudas, nuestros pecados, nuestros enemigos (mundo – demonio – carne) nos aturden, nos confunden, nos hacen dudar, nos dispersan y nos separan. Jesús se queda solo pero su Amor es infinito, nos espera abrazado a la Cruz y nos invita a abrazarla nosotros también. Él sabe que nuestra felicidad, la que todos buscamos, se esconde en el abrazo de esa Cruz.

lunes, 25 de marzo de 2024

DIFERENCIAS Y DESENCANTOS - lunes Santo -

Mientras María de Betania cree en el Señor, aunque ignora lo de su Resurrección, a pesar de haber presenciado la resurrección de su hermano Lázaro, su agradecimiento, admiración y amor a Jesús le impulsa, viendo el peligro en el que está, a ungirle sus pies con una libra de perfume de nardo auténtico y costoso.

Por otro lado, Judas había perdido la fe en Jesús y su corazón estaba tentado y puesto en el dinero. Hasta tal punto que de alguna manera protesto por gastar ese dinero en un perfume tan costoso para ungir los pies del Señor en lugar de dárselo a los pobres. Su intención no era esa, sino la de poder acceder al dinero para sacar partida en provecho propio.

Dos actitudes contrapuestas y poseídas por intenciones diferentes. Mientras la una es sincera, agradecida y confiada, la otra es egoísta, infiel, posesiva e indiferente. Mientras una confía y cree, la otra desconfía y no cree. Mientras una se rinde al amor fraterno y la paz, la otra se resiste, busca la rebelión, se cierra y centra en su propio egoísmo y en la imposición por la fuerza.

Nos preguntamos: ¿Dónde estamos nosotros? ¿Somos como esa María de Betania que busca a un Jesús para darle nuestro amor – el mayor perfume del que disponemos – sin condiciones y abierto a la acción del Espíritu Santo prometido? ¿O, por el contrario, nos identificamos con Judas, desencantado del amor misericordioso que ofrece Jesús, incluso a los enemigos, y deseoso de rebelarse contra el poder romano por la fuerza y el poder?

¿A qué Jesús buscamos? ¿Al que pone su mejilla a pesar de las injurias, escupitajos y latigazos y abraza la Cruz donde muere, o a un Jesús poderoso, caudillo y fuerte hasta poder dominar y someter a los que no le escuchan y se oponen a su Palabra?

Tanto a ti como a mí nos toca decidir. Eso sí, si quieres contamos con la asistencia, auxilio y ayuda del Espíritu Santo porque solos nos será imposible descubrir el verdadero rostro del Señor.

domingo, 24 de marzo de 2024

SIEMPRE SE ENCIENDE UNA LUZ - Domingo de Ramos -

A pesar de la tragedia y de la Pasión que Jesús padece, aceptándola libremente, el mal se ve denunciado por la bondad del corazón humano. Hay un sentimiento de esperanza y, sobre todo, de confianza. Llega la luz y entra por alguna rendija dentro de nuestro corazón. Hay testigos que se identifican con el dolor de Jesús y se compadecen: Simón de Cirene; el centurión, que saca de sí una auténtica profesión de fe; María Magdalena, José se Arimatea y otros.

El mal, aunque aparentemente parece el vencedor, queda en entredicho y no logra disipar el bien. El amor está presente y se fortalece en la Cruz. Jesús, aparentemente derrotado, condenado y muerto en la Cruz, deja la huella viva de su Amor Misericordioso que Resucita y triunfa. Desde ese momento la Cruz se hace signo de salvación para todos los que confían y creen el Jesús de Nazaret, Hijo de Dios Vivo. Y también, nuestras cruces, podemos convertirla en dones del amor de Dios misericordioso con las que nos unimos a su Pasión, muerte y Resurrección.

La Pasión es la historia de salvación que Xto. Jesús, nuestro Señor, acepta libre y voluntariamente para, entregando su Vida, rescatarnos y liberarnos de la esclavitud del pecado. Y, por otro lado, es también la historia de tu propia pasión:  la cruz de tu propia vida que deberás, por la confianza en tu Padre Dios, aceptar libremente y cargar con ella hasta tu partida hacia la Casa del Padre.

sábado, 23 de marzo de 2024

LA VERDAD VESTIDA DE MENTIRA (Jn 11, 45-47)

A continuación transcribo literalmente esta reflexión que me parece acertada, meridianamente clara y actual. No acostumbro a hacer esto, es la primera vez. Y lo hago porque, sucedido hace dos mil años, continúa repitiéndose a menudo en muchos lugares. Me parece tan real hasta el punto de que es la comidilla nuestra de cada día en todos los medios, sobre todo políticos.

LA VERDAD VESTIDA DE MENTIRA

Siempre sucede igual: cuando los intereses personales y colectivos se sienten amenazados, la factura la tiene que pagar la verdad y, finalmente, la vida. Para zafarse de cuanto los pone en entredicho, los intereses entran en una dinámica harto repetida: se mezclan y dejan de ser intenciones puras; se inventan justificaciones para llevar adelante su perversión; traman emboscadas a los que piensan en el bien común; y son corruptos en todo cuanto pueden…

Ante Jesús, al saberse ya quién podía ser realmente, se disparan las alarmas y el mal decide aplicar su estrategia: aliar a los egoísmos afectados en contra de quien no tiene ninguno…

Acompañemos a Jesús a su Pasión. Conoceremos con Él el infierno que crean nuestros intereses inhumanos. Pero así nos podrá acompañar en nuestra propia Pasión. (recogido del Evangelio Diario en la compañía de Jesús 2024 – comentario de Francisco José Ruiz, SJ).