Hemos sido creados
por amor y para amar. Y para vivir ese amor eterno en plenitud de gozo y
felicidad. Claro, no en este mundo, sino en el que Dios Padre tiene pensado
para nosotros. No nos lo podemos imaginar, pero nuestra vida terminará en el Gólgota,
quizás no como Jesús, pero si dando la vida como fin de este mundo para
emprender el camino eterno del otro.
Y, la consecuencia
es que, de la manera que lleguemos a ese momento dependerá el camino a seguir
en la eternidad. Porque, eternos seremos todos. Dios nuestro Padre no nos ha
creado para un tiempo. Su Amor es eterno y nos ha creado pensados para la
eterna felicidad. Otra cosa es que muchos no quieran estar con Él y se condenen al
fuego eterno.
Tenemos el ejemplo
explicito de los dos condenados juntos a Él en ese momento donde Jesús entrega
su Vida por amor. Uno protesta y se rebela, e incluso desafía a Jesús a que
tome venganza y lo libere. Otro, acepta su condición pecadora, su muerte y pide
a Jesús que se acuerde de Él cuando esté en su reino.
La pregunta es:
¿Dónde estamos nosotros? ¿A la izquierda o a la derecha? ¿Somos los que
reivindicamos derechos y pedimos la liberación porque nos pertenece y la
merecemos, o somos los que reconocemos nuestra culpa y pecado y pedimos
misericordia confiando en el Infinito Amor Misericordioso de nuestro Padre
Dios?
Dependiendo de la
actitud que tengamos en nuestro camino, seremos eternamente felices por la
Misericordia de nuestro Padre Dios, o eternamente infelices condenados por
nuestra soberbia y pecados. Ese será, tarde o temprano, el final el dictamen de
nuestro propio Gólgota.
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