miércoles, 7 de mayo de 2014

LA PROMESA DE VIDA ETERNA ES FIRME

(Jn 6,35-40)


No es ningún invento ni ninguna fantasía. La promesa existe y es Palabra de Dios porque la ha prometido nuestro Señor Jesús: Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».

Ya sabe Jesús que no va a resultar fácil creer en Él. De hecho así ha sido, muchos le rechazan y le dan la espalda. Ocurrió en su tiempo y por eso le condenaron y mataron, y ocurre hoy en este mundo que nos ha tocado vivir. Sin embargo es paradójico que todos queremos y buscamos lo que Él nos ha prometido y promete hoy también.

El hombre se ilusiona y se alegra cuando cumple año y su máxima aspiración es cumplir años y sentirse bien. El hombre se aferra a la vida y busca todos los medios a su alcance para alargar su vida, no sólo en el tiempo sino en gozo y felicidad. Y siendo esa su máxima aspiración no le da crédito a la promesa que nuestro Señor Jesús le hace. Se hace difícil de entender porque es contradictorio e idiota no prestar atención a la posibilidad de indagar y buscar sobre lo que tanto persigues y quieres.

Al menos trata de conocerle, de escucharle y de comprobar que te dicen sus Palabras y de experimentarlas en lo más profundo de tu corazón. Quizás descubras que lo que buscas, Él te lo está ofreciendo gratis, sólo por amor.


martes, 6 de mayo de 2014

PAN QUE DA VIDA ETERNA

(Jn 6,30-35)


Hay hambre en el mundo, y necesitamos saciar ese hambre para poder vivir. Estamos obligados a repartir el alimento material que el hombre necesita para vivir. ¿Qué ocurre que hay hambre y sed material en nuestro mundo? ¿Por qué pasa esto? Mientras una parte del mundo vive en la abundancia, otra parte, incluso mayor, se debate en la lucha por encontrar algo que comer para simplemente vivir.

¿No hay en el mundo suficiente alimento para todos? Indudablemente que lo hay, pero ocurre que cuando el hombre quiere mandar y tener más poder que otros, es capaz de privarles de los alimentos necesarios para subsistir. Sin embargo, no es ese pan material el más importante. Sí, es verdad que sin él no podremos vivir, y cada día mueren muchos niños y adultos por falta material de alimentos, pero por muy triste que parezca no tiene la muerte la última palabra.

Jesús viene a darnos la verdadera vida, el Pan que da vida eterna: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed». No es esto una forma de quitar nuestra responsabilidad de luchar, denunciar y batallar para que haya justicia e erradicar el hambre en el mundo, pero la realidad es la que todos conocemos.

A pesar de todo, sabemos que hay esperanza, porque el alimento verdaderamente importante, el que nadie nos puede quitar ni impedir es Jesús, el Pan verdadero que nos salva y nos da la verdadera vida.


lunes, 5 de mayo de 2014

¿QUÉ MOTIVOS NOS MUEVEN BUSCAR A JESÚS?

(Jn 6,22-29)


Es motivo de reflexión preguntarnos por qué busco a Jesús y por qué quiero bautizarme, pues muchas veces esos motivos esconden causas que no son las correctas. Ayer presencié la celebración del bautizo de seis catecúmenos adultos y surge esa pregunta: ¿Por qué se bautizaron? ¿Realmente están seguros de seguir a Jesús y comprometerse con Él?

Son preguntas que el Evangelio de hoy nos pone sobre la mesa. ¿Busca la gente a Jesús porque creen en Él y esperan el alimento que salva y da la vida eterna? ¿O, por el contrario, buscamos el alimento material, resolver nuestros problemas e intereses? Al parecer esa es la cuestión porque Jesús les recrimina que le buscan por lo segundo.

Buscamos, inclinados por nuestros deseos carnales y mundanos, satisfacer nuestras apetencias y egoísmos, y nos olvidamos de seguir a Jesús y buscar la salvación eterna. Y hasta cierto punto eso es normal, pues somos pecadores, pero mientras no seamos capaces de reconocerlo estaremos perdidos en el camino.

Roguemos al Señor que nos dé la fe que necesitamos para encender la luz de nuestro entendimiento y nos abra nuestros corazones para buscarle por lo que realmente Él ha venido a darnos: la verdadera felicidad y salvación eterna.

domingo, 4 de mayo de 2014

DERROTADOS Y DESESPERANZADOS

(Lc 24,13-35)


Nuestra experiencia ha pasado por esa misma vivencia. En muchos momentos nos sentimos así, en retirada y sin esperanza. Incluso buscamos justificaciones que nos convenza de nuestras razones. Volvemos a la rutina de cada día, a nuestra aldea, a nuestro ambiente, a nuestro camino... Todo se ha desvanecido como si se tratara de espejismo y regresamos al lugar de partida.

Renace en nosotros el hombre viejo, el hombre desesperanzado, el hombre cautivo y sometido al poder, al más fuerte, sino también el hombre esclavo de sus propias pasiones, hábitos, miedos y apetencias. No hay esperanzas y todo queda como antes. Un sueño que ha dado esperanzas pero que termina en desesperanza.

Necesitamos luz, luz que nos ilumine y nos haga experimentar esperanza. Esperanza de Resurrección. No, nada ha terminado ni ha quedado en un sueño. Jesús ha Resucitado y está entre nosotros. Todo se cumple en Él par Gloria del Padre y para esperanza de los que creen en Él. Estamos llamados a nacer de nuevo y a transformarnos en hombres nuevos, nacidos a la Gracia del Resucitado y en Él esperanzado en Resucitar.

Experimentamos su Palabra y arde nuestro corazón que nos impulsa a volver, a volver a nacer del Agua y del Espíritu y a proclamar que Jesús Vive y camina con y entre nosotros. Amén.

sábado, 3 de mayo de 2014

CAMINO, VERDAD Y VIDA

(Jn 14,6-14)


No hay otro camino para llegar al Padre sino Jesús. Sólo por, con y en Él podemos encontrar la brújula que nos oriente y conduzca hacia la Casa del Padre. A Dios nadie lo ha visto, pero ahora podemos conocerlo en Jesús, porque quien conoce a Jesús, conoce al Padre.

Gracias Señor por darte a conocer, hacerte Hombre y vivir entre nosotros, pero, sobre todo, por quedarte entre nosotros mientras caminamos contigo hacia la Casa del Padre. Tu Resurrección nos alienta, nos anima, nos enciende la esperanza de la salvación y fortalece nuestros pasos firmes injertados en Ti. Porque Tú te haces y eres el Pan de nuestra vida que sostiene firme nuestro rumbo hacia tu Casa.

Y nos das todo aquello que necesitamos y nos invitas a que te lo pidamos garantizándonos que todo lo que pidamos en tu Nombre, Tú nos lo darás. Gracias por tu ofrecimiento y entrega a darnos los medios y dones que necesitamos para alcanzar la salvación de tu Resurrección.

Danos Señor la sabiduría que nos alumbre el camino de salvación a través de los caminos de este mundo para saber desechar todo aquellos obstáculos que se interpongan en el único y verdadero camino que nos lleva a Ti y a la Casa del Padre.

viernes, 2 de mayo de 2014

HUYE DE LAS ACLAMACIONES

(Jn 6,1-15)


No pretende Jesús destacar ni que le rinda homenaje y aclamaciones, y menos que lo proclamen Rey. Jesús huye de todo esto. Él ha venido en nombre de su Padre para proclamar su Amor y la salvación por su Misericordia, y, para gloria del Padre, hace esos prodigios y milagros que nos invitan a convertirnos y cambiar de vida.

Jesús sabe de nuestras posibilidades y de nuestra capacidad, y nos pide nuestra confianza porque todo correrá por su cuenta. Necesita que nos pongamos en camino y que nos atrevamos a caminar para luego Él abrirnos paso e indicarnos la ruta a seguir. Necesita nuestros cinco panes y dos peces para, partiendo de ahí, darnos el pan suficiente para alimento de todos.

Necesita nuestro esfuerzo, nuestra obediencia, nuestro abandono y fe confiada para cultivar nuestro corazón y sacar los frutos que espera de nosotros. Y eso sólo se lo podemos dar cada uno de nosotros por el don que Él nos ha dado: nuestra libertad. Pongamos, pues, nuestra fe y esperanza en su Manos.

Toma Señor mis pobres y humildes panes de mi vida y conviértelos en pan abundante para alimento de todos aquellos que lo necesiten. Amén.

jueves, 1 de mayo de 2014

LA FE NECESITA UN CORAZÓN ABIERTO

Mt 13, 54-58


Eres libre, y como tal puedes aceptar o rechazar lo que te venga en ganas. Unas veces porque te resiste a admitir una cosa con tus propios razonamientos, y otras porque no quieres abrirte a la verdad aunque así lo entiendas. No serías libre si no pudieras actuar así.

Tampoco serías libre si el Señor hiciera lo suficiente para convencerte, pues con su poder nos puede convencer desde que quiera. Estaríamos sujetos a su Voluntad y nuestra libertad quedaría anulada. Para ser libre se necesita total autonomía de voluntad para rechazar o aceptar. Sin ninguna imposición. De no ser así no seríamos libres sino que procederíamos sometidos por el poder.

Jesús actúa, hace prodigios y enseña con autoridad.  De forma que los que lo ven y oyen quedan admirados y se preguntan de dónde le viene esa sabiduría y poder. No entienden nada y se resisten a creerle Hijo de Dios. Buscan razones que les pueda explicar lo que ven porque su origen les traiciona. Ellos no esperan un Mesías conocido, pobre, humilde, de entre ellos mismos. Quizás esperan un Rey fuerte y poderoso.

Sus Palabras y obras no son aceptadas ni bien acogidas. Jesús se retira porque sus corazones han cerrado la puerta a la fe, y sin la fe es imposible recibir y acoger la Palabra de Dios.