(Jn 6,1-15) |
No pretende Jesús destacar ni que le rinda homenaje y aclamaciones, y menos que lo proclamen Rey. Jesús huye de todo esto. Él ha venido en nombre de su Padre para proclamar su Amor y la salvación por su Misericordia, y, para gloria del Padre, hace esos prodigios y milagros que nos invitan a convertirnos y cambiar de vida.
Jesús sabe de nuestras posibilidades y de nuestra capacidad, y nos pide nuestra confianza porque todo correrá por su cuenta. Necesita que nos pongamos en camino y que nos atrevamos a caminar para luego Él abrirnos paso e indicarnos la ruta a seguir. Necesita nuestros cinco panes y dos peces para, partiendo de ahí, darnos el pan suficiente para alimento de todos.
Necesita nuestro esfuerzo, nuestra obediencia, nuestro abandono y fe confiada para cultivar nuestro corazón y sacar los frutos que espera de nosotros. Y eso sólo se lo podemos dar cada uno de nosotros por el don que Él nos ha dado: nuestra libertad. Pongamos, pues, nuestra fe y esperanza en su Manos.
Toma Señor mis pobres y humildes panes de mi vida y conviértelos en pan abundante para alimento de todos aquellos que lo necesiten. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.