viernes, 2 de mayo de 2014

HUYE DE LAS ACLAMACIONES

(Jn 6,1-15)


No pretende Jesús destacar ni que le rinda homenaje y aclamaciones, y menos que lo proclamen Rey. Jesús huye de todo esto. Él ha venido en nombre de su Padre para proclamar su Amor y la salvación por su Misericordia, y, para gloria del Padre, hace esos prodigios y milagros que nos invitan a convertirnos y cambiar de vida.

Jesús sabe de nuestras posibilidades y de nuestra capacidad, y nos pide nuestra confianza porque todo correrá por su cuenta. Necesita que nos pongamos en camino y que nos atrevamos a caminar para luego Él abrirnos paso e indicarnos la ruta a seguir. Necesita nuestros cinco panes y dos peces para, partiendo de ahí, darnos el pan suficiente para alimento de todos.

Necesita nuestro esfuerzo, nuestra obediencia, nuestro abandono y fe confiada para cultivar nuestro corazón y sacar los frutos que espera de nosotros. Y eso sólo se lo podemos dar cada uno de nosotros por el don que Él nos ha dado: nuestra libertad. Pongamos, pues, nuestra fe y esperanza en su Manos.

Toma Señor mis pobres y humildes panes de mi vida y conviértelos en pan abundante para alimento de todos aquellos que lo necesiten. Amén.

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