sábado, 27 de agosto de 2022

TAMBIÉN TÚ HAS RECIBIDO UNOS TALENTOS

Es evidente que algo sabes hacer y que tu vida ha sido creada para amar. Dicho de otra forma: Estas en este mundo para amar porque naces del Amor. Del Amor de un Dios que te ha creado y te ha regalado unos talentos para que los multipliques y los invierta en hacer el bien, es decir, en amar. Sobre todo a los más pobres y necesitados. Esa es la realidad de tu vida, de la mía y la de todos. Dios nos quiere y nos crea, a su Imagen y semejanza, para que, como Él, amemos gratuitamente. Simplemente por amor.

Y esto no son cosas mías ni que me las imagino. Se las he oído a Jesús, el Señor, el Hijo de Dios Vivo. Precisamente, hoy en el Evangelio lo dice claramente: (Mt 25,14-30): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con

Solo tienes que leerlo detenidamente, abierto a la acción del Espíritu Santo, que para eso ha venido a ti desde el primer instante de tu bautizo, y dejarle que abra tu corazón a la Palabra de Dios. Porque, es la única Palabra que salva, que da esa felicidad plena que tanto buscas y deseas.

 

—¿Qué te parece el Evangelio de hoy, Pedro? —le preguntó Manuel.

—¡Gran responsabilidad! —respondió Pedro. Debemos escrudiñar nuestras capacidades para darnos plenamente a los más necesitados. Misión difícil.

—Diría que imposible, caso de no ir asistidos y abiertos a la acción del Espíritu Santo. Nuestro Padre Dios no nos pide cosas imposibles. Nos da en correspondencia a nuestra capacidad. Quien recibe más, más capacidad tiene y más debe dar.

—Posiblemente, también recibirá más si responde a la Voluntad de Dios.

 

Precisamente, así termina el Evangelio de hoy: Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que...

viernes, 26 de agosto de 2022

LÁMPARAS ENCENDIDAS


No nos damos cuenta, se nos va la vida sin apenas percibir el tiempo. Sí, nos parece que los días, semanas y años pasan despacio, pero, sin apenas enterarte, miras para atrás y experimentas que tienes ya muchos años. Concretamente, mi vida, ahora lo percibo, ha pasado tan rápida que si no estoy atento y en vela – lámpara encendida – se me escapa sin darme cuenta. Y, llegada la vejez, la pregunta es imprescindible: ¿Y ahora qué?  ¿Estoy preparado, en vela como decíamos ayer?

Lo pasado permanece en el recuerdo o se desvanece en el tiempo. Ya ha sido y ahora nada se puede hacer. Si, por el contrario se puede corregir la dirección o el camino. Siempre es tiempo bueno para la conversión y el arrepentimiento. Se hace necesario meditar, pensar en el camino que recorres cada día y dilucidar si caminar con y en dirección injertado en la Palabra de Dios o a lo haces por tu cuenta. Nunca olvides que, si le das permiso, pues eres libre, te acompaña el Espíritu Santo. En Él puedes encontrar asesoramiento, dirección, asistencia y protección.

Lo fundamental es que tu lámpara – alma – esté siempre limpia y en el esfuerzo de propósito de enmienda y en actitud de permanecer en Gracia de Dios. El Espíritu Santo que te acompaña te ayudará a permanecer siempre en la Ley del Amor, un amor que sea verdad, justicia y misericordia. Demos gracias a Dios y no perdamos nuestra íntima relación con Él.

 

—Creo —dijo Manuel— hay mucha gente que no se acuerda del Espíritu Santo. Sin embargo se han bautizado y, desde ese momento, les asiste y auxilia, dándoles, por la Gracia de Dios, la paz, sabiduría y fortaleza que necesitan.

—Supongo —respondió Pedro— nos bautizamos sin estar lo suficientemente preparado y, lo peor, sin fe.

—Creo que algo de eso sucede. Y es una pena porque, abiertos a la acción del Espíritu podemos superar muchas dificultades y sostener nuestra lámpara, a pesar de nuestros fallos, siempre encendida.

 

La realidad es esa, los cristianos no nos damos cuenta de que contamos con el mejor de los asesores desde el instante de nuestro bautizo. De ahí su importancia. Saber dejarle actuar en nosotros es abrirnos a su acción, escucharle y ser dócil a sus impulsos.

jueves, 25 de agosto de 2022

¡ESTAD EN VELA!

Mt 24,42-51

A nadie se le esconde que tarde o temprano le llegará la hora de su muerte. Así de trágico pero, por puro milagro, no pensamos en ellos y podemos vivir alegres y con esperanzas. Sin embargo, la realidad es esa y la vemos a diario a nuestro derredor: mueren muchas personas cada día y algunas familias o conocidas de cada uno. Luego, es de sentido común que debemos, al menos de vez en cuando, pensar en esos momentos importante y decisivos de nuestra vida. Porque, hoy o mañana nos puede llegar. No sabemos el día ni la hora y conviene estar preparado.

Pero, la otra realidad es que no sabemos nada al respecto de lo que vendrá luego. Por la fe, los que creemos en la Palabra de Jesús, esperamos la otra vida, la Eterna, y vivimos, en el esfuerzo de hacer la Voluntad de nuestro Padre Dios, con la esperanza de alcanzar esa Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. Mirar para otro lado me parece, humildemente y desde mi punto de vista, un disparate.

Preguntarnos: Quién soy, de dónde vengo y a dónde voy son interrogantes a los que debemos responder y dar respuestas. De no hacerlo podemos llevarnos una gran y desagradable sorpresa. Qué tengo que hacer en esta vida y cómo lo debo hacer son preguntas que se esconden dentro de nuestro corazón y a las que debemos dar respuesta. Y eso debe preocuparnos. ¿Dónde buscar?

Solo Jesús, el Hijo de Dios Vivo, tiene la respuesta que buscamos: la cuestión es amar como Él nos ama y nos ha enseñado – la Buena Noticia – con su Palabra y Vida. Conviene pues ser sorprendidos en esa tarea del amor. Un amor tal y como Jesús nos enseña a amar.

 

—Se puede amar por nuestra cuenta al estilo de Jesús —preguntó Pedro.

—Puedes hacerlo —dijo Manuel— alguna vez, pero sucumbirás con el tiempo. Nuestra naturaleza está herida y será fácilmente vencida por las seducciones y tentaciones de este mundo, que el Maligno se encargará de ponerte.

—Sí, creo que por nuestra cuenta estamos condenados a quedar atrapados en las redes del demonio.

—Sin el Señor nada podremos, Pedro. Para eso ha venido, para acompañarnos en la lucha de cada día contra el mundo, demonio y carne. Y con su Vida nos lo ha enseñado. Injertados en Él saldremos victoriosos.

miércoles, 24 de agosto de 2022

ENCUENTRO CON JESÚS

Es el Hijo de Dios y un encuentro con Él no nos deja indiferente. Sucedió con muchos de los que luego fueron sus apóstoles, ejemplo, Natanael – Jn 1, 45-52 – y sucederá con todo aquel que escucha atento y abre su corazón a su Palabra. Porque, dentro de cada ser humano está la impronta del amor del Padre Dios, la Nueva Alianza, que imprimió en sus corazones para que nadie la ignorase ‒Jr 31, 31-33 ̶.

Un encuentro que necesita ser sentido, buscado y abierto a la escucha de su Palabra. Aquellos jóvenes, y no tan jóvenes, los apóstoles, conocían la promesa de la venida del Mesías y estaban prestos y abiertos a su venida. Porque, de no estar sensibles y abiertos a su Buena Noticia no dejaremos entrar al Espíritu Santo y, en consecuencia, permaneceremos cerrado a su Palabra.

Y es que estamos sometidos y esclavizados por el pecado a abrirnos a la Palabra de Dios. Por eso, Dios se hace Hombre y, encarnado en Naturaleza Humana, habita y vive entre nosotros para que, siendo igual a nosotros menos en el pecado, anunciarnos la cercanía de un Dios Padre que nos quiere y nos ofrece su Amor Misericordioso para compartir su Gloria Eterna con todos nosotros.

Pero, para eso necesitamos creer en el Hijo, el Dios encarnado que se hace Hombre y habita entre nosotros. Nos preguntamos, ¿estamos nosotros en esa actitud y disponible a abrirnos a su Palabra y dejarnos encontrar con Jesús?

martes, 23 de agosto de 2022

JUSTICIA, MISERICORDIA Y FE

Son los tres pilares sobre los que tienes que construir y edificar tu vida: Justicia, Misericordia y Fe apoyados en la Roca que es Jesús. En Él podemos y seremos capaces de practicar la justicia, la misericordia y abrirnos al don de la fe recibida, de y por su Amor Misericordioso. Todo lo demás vendrá por añadidura.

Es de pura lógica que quien práctica la justicia cumplirá con todos los preceptos y normas que marca la Ley. Es primero ser justo, misericordioso y, por supuesto, creer firmemente en Jesús, el Hijo de Dios Vivo. Por lo tanto, lo básico y fundamental es vivir en la justicia, la misericordia y confiados en la Bondad Misericordiosa de Dios.

Debemos tener mucho cuidado y estar siempre en estado de alerta con nosotros mismos, porque, el diablo está al acecho y, aprovechándose de nuestras inclinaciones naturales a las pasiones, concupiscencias y satisfacciones egoístas, trata de seducirnos, acomodarnos y vivir en el cumplimiento y práctica olvidando lo fundamental, el amor. El amor que se concreta en la justicia, misericordia y, sobre todo, la fe en Jesús.

 

—¿No te parece, Pedro —dijo Manuel— sin darnos cuenta nos instalamos en nuestras propias seguridades y comodidades olvidándonos de lo fundamental, el amor?

—Es, verdaderamente, un peligro —respondió Pedro.

—Y muy fácil de caer. Somos propensos al pecado, débiles y fáciles de ser seducidos. El diablo sabe aprovechar bien esas oportunidades y circunstancias.

—Conviene, por tanto —afirmó Pedro— tener fe y agarrarnos fuertemente al Señor. En y con Él venceremos esas tentaciones y seducciones.


Ese es el camino. Confiados y sustentados por la fe en el Señor, esforzarnos en hacer su Voluntad, tal es vivir verdaderamente en la justicia, la misericordia y confiado en su Palabra. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

lunes, 22 de agosto de 2022

ALEGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO

Lc 1,26-38

Sabemos y conocemos, por el mismo Jesús, que el camino es duro y sufrido. Sabemos que seguir al Señor nos complica la vida y que la puerta por la que hemos de pasar es estrecha y complicada atravesarla. Pero, a pesar de ese panorama pesimista y poco apetecible, María, también nuestra Madre, aceptó la propuesta que Dios le hizo y se abrió a hacer su Voluntad.

El premio a su disponibilidad fue la invitación a estar alegre y llena de la Gracia de Señor. Con Él nada hay que temer. Para Él todo es posible, y así se lo hizo saber anunciándole que su prima Isabel estaba en cinta. El camino sabemos que es duro. Jesús no nos miente y nos lo ha dicho, pero, la consecuencia de seguir por ese camino que Jesús nos señala es la alegría, la paz y el gozo de la plenitud eterna.

Esa es la propuesta del Señor que se esconde detrás de nuestro sí, tal y como hizo María. Ese es el premio a la aceptación y seguimiento a su Palabra que se esconde detrás de la cruz. Una cruz que es la prueba de nuestra fe y la que nos traerá la alegría y la felicidad eterna, que buscamos en este mundo y nunca encontraremos porque en él no se encuentra. Está en el Señor que nos promete alegría. Así fue el anuncio a la Virgen: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 

 

—La verdad es que no apetece nada seguir a Jesús. Esa es la primera impresión que sentimos —dijo Pedro.

—Así es —respondió Manuel. Nuestra naturaleza está inclinada a la materialidad y a la satisfacción. Y la renuncia, el sacrificio y las privaciones no gustan a nadie.

—Se hace duro elegir ese camino.

—Sí, pero, detrás se esconde esa felicidad que todos buscamos. Una vez que lo inicias vas saboreando y gozando que es ahí, detrás de esa puerta estrecha, que es caminar con Cristo, donde está el gozo y la felicidad.

domingo, 21 de agosto de 2022

UNA VIDA PARA GANAR LA ETERNIDAD EN PLENITUD


Lc 13,22-30

Hemos sido creados no para un tiempo determinado, sino para la eternidad. Pero, una eternidad en plenitud que dependerá mucho de nuestra forma de vivir y de amar en esta vida temporal de este mundo caduco. Estamos llamados, quieras darte cuenta, aceptarlo o no, a una Vida Eterna, pero, vivida en plenitud de gozo y felicidad o, por el contrario, en angustia y sufrimiento infernal. Serás tú, como también yo, quienes decidamos que sucederá con esa invitación, que todos tenemos y llevamos en nuestro corazón, al Banquete Eterno junto a nuestro Padre Dios.

No hay otra realidad. La puerta del esfuerzo, de la fe, de la perseverancia y de la llamada al Reino de Dios permanecerá abierta mientras vivamos en este mundo. Siempre habrá tiempo de conversión y de abrirnos a la fe, pero, somos consciente que cada día que pasa hay menos tiempo. Y, para algunos, como es mi caso particular, la fecha no está lejos. Por tanto, siempre urge abrir nuestro corazón a la Palabra de Dios y ponerla en práctica en nuestra vida esforzándonos en entrar por esa puerta estrecha que el Señor nos señala.

Aligerar nuestro corazón de malicia; segunda y malas intenciones egoístas; concupiscencias, envidias, odios, venganzas y todo aquello que levanta una barrera entre nuestro Padre Dios y nosotros impidiéndonos verle y acercarnos con humildad y abiertos a su misericordia. Necesitamos despojarnos de todo lo que nos impide avanzar y crecer en la fe.

 

«El camino nos lleva a algún sitio, pensó Manuel, y mirar para otro lado no arregla nada. Es más, nos puede sorprender con encontrarnos la puerta de esa felicidad que buscamos cerrada»

—¿Qué piensas, Pedro, al respecto de esa puerta estrecha?

—Habrá que adelgazar para poder entrar y esforzarse en despojarse de muchas cosas innecesarias que, aunque nos supongan esfuerzo, convienen dejarlas a un lado.

—Creo que has respondido correctamente. Lo bueno exige esfuerzo y tras la puerta estrecha se esconde esa felicidad que todos buscamos. Por tanto, exigirá esfuerzo y privaciones. ¿No te parece?

 

Evidentemente, esa era la consigna y la actitud. Seguir a Jesús, que es lo que conviene, lo bueno y donde está la felicidad, exigirá sacrificios, esfuerzos y lucha. Pero, verdaderamente vale la pena. Conviene, pues, esforzarse para poder entrar por la puerta estrecha.