Lc 9, 57-62 |
Saber
discernir —se preguntaba Pedro— no es cosa fácil. Se convierte en un dilema
encontrar la mejor elección, y siempre estamos sujetos al error. No es cuestión
de saber más ni de acumular conocimientos. Es cuestión de observar, aprender de
cada paso y seguir eligiendo aquello que ya sabes que no es bueno.
«Pero,
¿cómo sé lo que es bueno?», —se dijo Pedro, mirando a Manuel como si le
preguntase.
—Viviendo
esa experiencia y sacando conclusiones de su resultado —respondió Manuel—.
Siempre mirando al bien, la verdad y la justicia. De ahí esa frase tan sabia:
«La experiencia es la madre de la ciencia».
—Pero…
¿Eso me llevará a cometer errores? —alertó Pedro.
—Y
también a aprender —contestó Manuel—. No basta el conocimiento teórico; es a
través de la vivencia, la experimentación y el aprendizaje directo donde se
construyen y se validan las verdaderas “ciencias” o saberes.
La
expresión de Pedro fue de sorpresa, pero también de aceptación y gozo.
—¡Ah,
ya! El error te enseña a no repetir de nuevo la misma acción.
—Claro.
Jesús lo dice (Lc 9, 57-62) cuando, ante las peticiones de varios, les
contesta: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el
reino de Dios».
—¿Y
eso qué significa? —preguntó Pedro con cara de asombro.
—Significa
que el Reino que viene con Él no admite demoras; demanda una respuesta pronta,
decidida y completa. Las frases con las que responde a las tres personas que
desean seguirle son tajantes: no admiten componendas.
Pedro
asintió con una expresión de conformidad, dando a entender que había comprendido.
Seguir a Jesús exige un compromiso pleno.
Se
hace necesario escuchar esas palabras y permitir que calen en nuestro interior
para ser interpelados por ellas. El Evangelio nunca se puede domesticar: es
siempre un cuchillo afilado que penetra hasta dentro, cuestionándonos y
sacándonos de nuestra placidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.