domingo, 9 de marzo de 2014

LA NECESIDAD DE LA TENTACIÓN

(Mt 4,1-11)


Nunca sabremos si somos fieles y nos esforzamos en seguir al Señor si no somos tentados. Jesús se deja tentar para señalarnos el camino de cómo debemos enfrentarnos y actuar ante las tentaciones. La tentación es la ocasión que nos pone en la necesidad de estar en contacto permanente con nuestro Padre Dios, y la prueba que nos descubre nuestros esfuerzos y nuestra fe.

No estamos solos ante el peligro de ser tentado por el diablo. Contamos con la Gracia de Dios, la asistencia del Espíritu Santo y con la oración, nuestra mejor manera de agarrarnos al Señor y buscar su protección. Las tentaciones se pueden describir como los “enemigos del alma”. En concreto, se resumen y concretan en tres aspectos. En primer lugar, “el mundo”: «Di que estas piedras se conviertan en panes» (Mt 4,3). Supone vivir sólo para tener cosas.

En segundo lugar, “el demonio”: «Si postrándote me adoras (…)» (Mt 4,9). Se manifiesta en la ambición de poder.

Y, finalmente, “la carne”: «Tírate abajo» (Mt 4,6), lo cual significa poner la confianza en el cuerpo. Todo ello lo expresa mejor santo Tomas de Aquino diciendo que «la causa de las tentaciones son las causas de las concupiscencias: el deleite de la carne, el afán de gloria y la ambición de poder».

De cualquier forma, los peligros de ser tentados serán las pruebas que nos descubrirán nuestra fe y seguimiento al Señor. En esa lucha de cada día manifestaremos nuestra opción de seguir a Jesús.

sábado, 8 de marzo de 2014

TODOS SOMOS LLAMADOS

(Lc 5,27-32)


En lo más profundo de nuestro ser palpita un gran deseo: felicidad y eternidad. Todo ser humano, por el hecho de ser hijo de Dios busca la Casa del Padre. Allí ha experimentado que es feliz en contraposición a la experiencia que guarda del mundo.

Ese inmenso deseo se convierte en llamada que nos mueve constantemente a la búsqueda de la verdad, porque en ella encontramos la libertad y la felicidad. Descubrir, como Leví, que Jesús es ese Camino, Verdad y Vida plena que todos buscamos, es la experiencia del encuentro que todos ansiamos, porque en Él vivenciamos esa felicidad y ese amor que anhelamos.

Ese tesoro vocacional duerme dentro de nosotros y despertarlo significa responder a esa llamada que mora dentro de nuestro corazón y que nuestro Padre Dios ha sembrado en él.

viernes, 7 de marzo de 2014

UN AYUNO COMPARTIDO

(Mt 9,14-15)


Tomamos las cosas al pie de la letra, tal y como nos conviene, o como nos resulte más fácil aplicarlo a la vida. En este sentido nos parece mejor cumplir unas normas, costumbres o tradiciones que nos comprometen a algún sacrificio y nada más. Sería más complicado arriesgarnos a compartir y a estar atento a los problemas que se puedan presentar y demanden nuestra colaboración.

Porque nos cuesta más. Es más fácil dar algo sin comprometer mucho que arriesgar un compromiso que no sabemos a dónde nos va a llevar. Sentimos miedo a comprometernos y eso nos inhibe a darnos. Jesús ya ha venido y se queda con nosotros para acompañarnos en nuestra propia travesía. Travesía que nos exige esfuerzo y ayunos; travesía que demanda, no sólo dar, sino compartir con caridad.

Porque el compartir es más que el dar. Cuando compartes repartes y todos toman de lo que hay. Se igualan y participan de lo compartido. Es lo que ha hecho Jesús: "Nos ha invitado al Banquete de salvación y Él se ha dado como Alimento Eucarístico".

Estamos en tiempo de salvación y lo aprovechamos en la medida que compartimos y nos damos.

jueves, 6 de marzo de 2014

NUESTRO CAMINO ES UN CAMINO DE MUERTE REDENTORA

(Lc 9,22-25)


No debemos asustarnos porque al final de nuestra vida nos espera la muerte. Ya, desde los primeros años que tenemos razón, empezamos a comprender que en el recorrido de nuestra vida enfermamos y llegará la hora de nuestra muerte. Si hay algo cierto es que nos haremos viejos y enfermaremos. Dios no nos ha hecho perfectos sino imperfectos y el recorrido de nuestra vida es para perfeccionarnos.

Pues bien, el deterioro de nuestro cuerpo cumple esa finalidad: morir para transformarnos en seres gloriosos, perfectos y eternos junto a la Gloria del Padre Dios. Y ese será nuestro trayecto queramos o no. Jesús hoy nos descubre esa verdad: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.

Esta es la ruta contra corriente que cada seguidor de Jesús debemos emprender. Descubrimos que por nuestra cuenta y solos no podemos, pero tenemos la firme promesa de poder recorrerla si vamos unidos e injertado en el Señor y abiertos a la asistencia del Espíritu Santo. Y experimentamos, en lo más profundo de nuestro corazón, el gozo y la felicidad de que esa es la Verdad y el buen Camino.

Porque Él es el verdadero Camino, la única Verdad y la eterna Vida.

miércoles, 5 de marzo de 2014

¿HAS RECIBIDO TU PAGA O TU PREMIO?

(Mt 6,1-6.16-18)


Dar o darse gratuitamente lleva consigo también el desaparecer en el momento oportuno y no recibir ni siquiera las gracias.  Porque cuando das desinteresadamente y de forma gratuita no espera agradecimiento ni halagos, sino lo inmediato es pasar desapercibido o hacer mutis en silencio sin que nadie lo advierta. Es la prueba de tu pureza y buena intención: te das gratuitamente.

Así lo ha hecho nuestro Señor: "Ha dado su vida y todo su amor sin pedirnos nada, e incluso sin saber que respuesta vamos a dar nosotros". Se ha dado gratuitamente y sin condiciones y no ha esperado a recibir nada. Sólo busca y quiere nuestro bien y nuestra salvación. Es eso lo que espera porque Él no va a ganar nada con nuestra respuesta. Simplemente nos ama y desea inmensamente nuestra salvación por amor.

Él es nuestra referencia y nuestro máximo Ideal. No se trata de escondernos, pero sí de actuar de forma discreta y lo más escondida posible. Porque intentamos no recibir favores, y sabemos que la gente es muy dada a agradecer y halagar por los favores recibidos. De recibirlos y colocarnos en un pedestal nos han pagado nuestro servicio y nos han robado nuestro amor. Ya hemos recibido nuestra paga porque eso descubre que, si aceptamos la admiración y gratitudes, no hemos actuado por verdadero amor.

Por eso, silenciosos, prudentes, humildes y agradecidos por poder servir, actuemos de forma callada y discreta sabiendo que nuestro Padre Dios ve en lo secreto y El nos dará la justa y debida recompensa.

Nuestro publico es nuestro Padre Dios.

martes, 4 de marzo de 2014

DEJARLO TODO

(Mc 10,28-31)


Dejarlo todo no consiste en quedarte desnudo y pasar frío, sino en compartir la ropa que tienes o en no pensar tanto en lo que llevas sino en lo que puedes dar. Dar y darte para acercar a otros a esta buena noticia de salvación. Dejarlo todo es poner en primer lugar tu inquietud en proclamar con tu vida que Jesús, el Hijo de Dios vivo es la meta y la verdad de la vida y de nuestra vida.

Posiblemente queden muchas cosas que dejar, y quizás no tengamos tiempo, por nuestra condición pecadora, de dejarlas todas, pero si hay una cosa que podemos dejar cada día, y es la desmotivación, el cansancio, la comodidad y la pereza de abandonar y quedarnos quietos, cómodos y dejarnos arrastrar por el bienestar de este mundo sin importarnos el bien, la justicia y la salvación de los demás.

Esa es la lucha y la que debemos priorizar por encima de todo, y en eso estriba el dejar todo lo que nos impida continuar el combate diario y la guerra durante nuestro camino y nuestra vida. Sí, se hace duro y difícil de soportar y se sufren persecuciones, criticas, abandonos y humillaciones, pero es el camino que Jesús recorrió primero y el que nos invita a recorrer a nosotros.

No se trata de despojarte de lo que tienes, sino de ponerlo al servicio de los que lo necesitan. Y si en ese menester te quedas sin nada, confía que el Señor te dará ciento por uno.

lunes, 3 de marzo de 2014

SEGUIR A JESÚS NO ES UN MERO CUMPLIMIENTO

(Mc 10,17-27)


Puede parecer, y parece que nos va esa forma de pensar,  que seguir a Jesús se reduce a un mero y simple formulario de cumplimientos: ir a misa, dar alguna limosna, no matar, no levantar falso testimonio, no cometas adulterio...etc Y cumplidas estas normas y ley, todo se acaba ahí. No sería tan difícil reducir el seguimiento a Jesús en unas concretas leyes.

No se trata de eso, la ley está para cumplirla pero el amor va más lejos y supera a la ley. Es, no sólo generoso sino misericordioso. Se entrega más allá de lo meramente legislado y su inquietud le lleva a darse y entregarse sin condiciones. Digamos que su ley sería la de olvidarse de sí para estar atento al otro. Cuando se ama no hay límites ni leyes que delimitan tu amor, se da todo y se vive en la presencia y atención a estar siempre disponible al servicio y la entrega.

Se comprende que aquel joven agachara la cabeza porque estaba muy apegados a tantos bienes que tenía. E igual nos ocurre a nosotros. Apegados a tantas apetencias, al estado del bienestar y el hedonismo, a las comodidades de cada día, queremos con la ley y su cumplimiento quedarnos tranquilos.

Señor, sé de mis fracasos, de mis apetencias, de mis cumplimientos y quiero liberarme para seguirte sin condiciones. Libérame y dame la Gracia de seguirte tal y como Tú quieres, porque eso es lo que también yo quiero.