(Mt 6,1-6.16-18) |
Dar o darse gratuitamente lleva consigo también el desaparecer en el momento oportuno y no recibir ni siquiera las gracias. Porque cuando das desinteresadamente y de forma gratuita no espera agradecimiento ni halagos, sino lo inmediato es pasar desapercibido o hacer mutis en silencio sin que nadie lo advierta. Es la prueba de tu pureza y buena intención: te das gratuitamente.
Así lo ha hecho nuestro Señor: "Ha dado su vida y todo su amor sin pedirnos nada, e incluso sin saber que respuesta vamos a dar nosotros". Se ha dado gratuitamente y sin condiciones y no ha esperado a recibir nada. Sólo busca y quiere nuestro bien y nuestra salvación. Es eso lo que espera porque Él no va a ganar nada con nuestra respuesta. Simplemente nos ama y desea inmensamente nuestra salvación por amor.
Él es nuestra referencia y nuestro máximo Ideal. No se trata de escondernos, pero sí de actuar de forma discreta y lo más escondida posible. Porque intentamos no recibir favores, y sabemos que la gente es muy dada a agradecer y halagar por los favores recibidos. De recibirlos y colocarnos en un pedestal nos han pagado nuestro servicio y nos han robado nuestro amor. Ya hemos recibido nuestra paga porque eso descubre que, si aceptamos la admiración y gratitudes, no hemos actuado por verdadero amor.
Por eso, silenciosos, prudentes, humildes y agradecidos por poder servir, actuemos de forma callada y discreta sabiendo que nuestro Padre Dios ve en lo secreto y El nos dará la justa y debida recompensa.
Nuestro publico es nuestro Padre Dios.
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