viernes, 7 de marzo de 2014

UN AYUNO COMPARTIDO

(Mt 9,14-15)


Tomamos las cosas al pie de la letra, tal y como nos conviene, o como nos resulte más fácil aplicarlo a la vida. En este sentido nos parece mejor cumplir unas normas, costumbres o tradiciones que nos comprometen a algún sacrificio y nada más. Sería más complicado arriesgarnos a compartir y a estar atento a los problemas que se puedan presentar y demanden nuestra colaboración.

Porque nos cuesta más. Es más fácil dar algo sin comprometer mucho que arriesgar un compromiso que no sabemos a dónde nos va a llevar. Sentimos miedo a comprometernos y eso nos inhibe a darnos. Jesús ya ha venido y se queda con nosotros para acompañarnos en nuestra propia travesía. Travesía que nos exige esfuerzo y ayunos; travesía que demanda, no sólo dar, sino compartir con caridad.

Porque el compartir es más que el dar. Cuando compartes repartes y todos toman de lo que hay. Se igualan y participan de lo compartido. Es lo que ha hecho Jesús: "Nos ha invitado al Banquete de salvación y Él se ha dado como Alimento Eucarístico".

Estamos en tiempo de salvación y lo aprovechamos en la medida que compartimos y nos damos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.