sábado, 26 de noviembre de 2022

EN ESTADO DE ALERTA

Lc 21, 34-36

No cabe duda de que cuando estamos en peligros y sospechamos que podemos ser atacados por sorpresa nuestra vigilancia y actitud de alerta es máxima. Es evidente que nos puede caer el enemigo en cualquier instante y podemos ser sorprendidos con consecuencias fatales. La alternativa será estar en permanente alerta y montar un equipo de vigilia.

Nuestro comino en este mundo es un camino en constante peligro. No ya solo en el aspecto físico sino también espiritual. Estamos constantemente en peligro. Y no solo por lo que venga de afuera, sino fundamentalmente por lo que está dentro de nosotros, nuestra naturaleza, inclinada a satisfacerse carnalmente. Son nuestras pasiones, concupiscencias, odios, venganzas, soberbias y un largo etc. lo que seduce a nuestro corazón y lo pone en peligro de abandonar su recto camino.

La realidad es que nos enfrentamos a muchos sufrimientos y penalidades. El mundo es un camino de permanente peligro y nos costará permanecer con la cabeza bien levantada y firme si nos dejamos arrastrar por el ambiente cómodo, pernicioso y corrupto que nos rodea. Nunca debemos perder la fe en la esperanza de que el final llegará y con él vendrá la hora del Banquete Eterno. Un Banquete donde la felicidad será plena para siempre. Esa idea nos debe ayudar a sostenernos firmes y con gran esperanza. Dios, nuestro Padre no nos falla.

viernes, 25 de noviembre de 2022

TODO SIGNO ANUNCIA UN ACONTECIMIENTO

No cabe ninguna duda que por el humo se sabe donde está el fuego. Preguntarnos qué está sucediendo será, no solo importante sino también muy necesario. El mundo trata de distraernos – no olvidemos que es el reino del demonio – y seducirnos con sus ofertas materiales, concupiscentes y placenteras. Quiere y busca que no pensemos y que seamos unos meros esclavos de nuestros gustos y pasiones.

Precisamente, los tiempos que corremos nos alertan de que el demonio está en ellos. El espíritu globalizado desplaza al hombre tratándolo como una simple marioneta y poniéndolo al servicio de los poderosos que persiguen ordenar el mundo a sus caprichos y beneficios. Ellos son los que mandan y dirigen a los demás siguiendo sus egoísmos e intereses. Y lo descubrimos, de la misma manera que los brotes verdes en los árboles nos señalan que llega el verano, en los signos que los tiempos nos van presentando.

Y eso lo que nos dice Jesús en el Evangelio de hoy. Nos advierte de nuestra distracción y de no advertir su presencia. Nos alerta a despertar y escuchar esa Buena Noticia que Él nos trae. Nos llama la atención y empuja a preguntarnos el por qué suceden estas cosas. Nos sacude para que salgamos del ostracismo en el que el mundo trata de dormirnos.

Por todo ello, ¡despertemos y abramos la puerta de nuestro corazón al Espíritu Santo! Ese Espíritu Santo que ha venido a nosotros en la hora de nuestro bautismo. ¡Escuchémosle y estemos muy atento a sus impulsos dejándonos guiar por sus acciones! Él nos sacará del sueño en el que el mundo nos quiere sumir. No olvidemos que todo lo de este mundo pasará más la Palabra de Dios no pasará. Ella permanecera eternamente.

jueves, 24 de noviembre de 2022

¿Y EL FINAL?, NO SE EVITARÁ MIRANDO PARA OTRO LADO

Es necesario pararse y pensar. La vida tiene un comienzo, pero también tiene un final. Conocemos la existencia de nuestros antepasados y vemos como nuestros padres se han ido yendo. Sus vidas terminan y de la misma manera también terminará la nuestra. Por tanto, ¿no nos convendrá pararnos y pensar un poco en esta realidad?

Interrogantes como ¿De dónde venimos? ¿a dónde vamos?, deberían estar presentes en el día a día de nuestra vida. Una inquietud trascendente que nos mueva a preguntarnos ¿qué hacemos y cual es nuestro fin y misión en este mundo? Porque, es indudable que algo hay dentro de nosotros que nos mueve a buscar la paz, el gozo y la felicidad. Y lo más notable y destacado es que ese deseo queremos que permanezca y que sea eterno.

Ahora, preguntarnos ¿a qué se debe esto? O formulado de otra manera: ¿Quién ha puesto esa chispa o sentimiento de paz, gozo y eternidad dentro de nosotros? ¿Y quién nos hace pensar que eso tendrá un final para dar paso a un comienzo? Evidentemente, la Buena Noticia que Jesús nos trae coincide con ese sentimiento profundo que arde dentro de cada persona humana.

Y es precisamente de eso de lo que realmente nos habla el Evangelio de hoy jueves: (Lc 21,20-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que… Y realmente los tiempos que estamos viviendo pueden empezar a parecerse a todo eso de lo que habla hoy el Evangelio. Hay muchos lugares donde se están produciendo fenómenos trágicos, terremotos, hambre y sed, cambios climáticos, guerras y, como consecuencia, ansiedad y desesperación de mucha gente. El mundo avanza en tecnología, pero retrocede en derechos y verdad. Prevalece la mentira, la injusticia. y la falsedad. Y hay la sensación de que el hombre no se pregunta ¿qué está pasando?

Quizá conviene estar atentos a lo que nos dice el Señor al final del Evangelio: «Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca nuestra liberación». Sin embargo, en el Evangelio del martes – Lucas 21, 5-11 – nos dice que el fin no será enseguida. De cualquier manera, sabemos y se nos ha dicho que estemos preparados no se que nos suceda lo de aquellas cinco vírgenes – Mat 25, 1-13 – necias.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

NO HAY OTRO CAMINO

Te equivocas si piensas que seguir a Jesús no entraña peligro y dificultades. Te equivocas si piensas que siguiendo a Jesús puedes llevar una vida cómoda y sin complicaciones. Te equivocas si crees que puedes estar en el mundo y con Jesús sirviendo a ambos. No hay sino un solo camino para seguir a Jesús: seguirle abrazado a la cruz. A esa Cruz que el tomó y abrazó y a la que te tocará a ti abrazar en el recorrido de tu vida.

¿Qué es difícil? Nadie te va a decir lo contrario. Es más, diría que imposible abrazarla sin estar unido al Señor. No podremos soportar persecuciones, sufrimientos y martirios sin estar en, con y por Él. Es verdad que tendremos que dar ese paso, pero solo lo daremos si confiamos y creemos en su Palabra. Con y en Él todo es posible.

Escribo estas palabras y me siento débil y sin fuerzas para superar todo lo que me puede venir encima en cualquier momento. Nuestro camino es de subida, y termina en el Calvario, tal y como hizo Jesús. No sé ni entiendo como me puedo atrever a superarlo, pero sé que no estoy solo y que con el Señor puedo superarlo. En Él confío.

Sabemos, y reafirmamos que vale la pena padecer persecuciones y todo tipo de sufrimiento hasta el extremo de entregar la vida. Porque, detrás de ese darse y entregarse está lo que realmente todos buscamos, la vida eterna en plenitud de gozo y felicidad. Y el camino señalado y anunciado por Jesús, que el recorrió primero y lo consumó con su crucifixión y muerte en la Cruz, es el de su Vida, desde su nacimiento hasta el momento último de su Pasión en la Cruz. Él es el ejemplo y el testimonio más grande que tenemos. Es el Salvador y el que nos redime de nuestros pecados. Es, por tanto, el Camino, la Verdad y la Vida.

martes, 22 de noviembre de 2022

VIVE EL MOMENTO Y DEJA EL TIEMPO EN MANOS DE DIOS

Estamos siempre predispuestos a controlar el tiempo y a disponer del mismo sin darnos cuenta de que solo Dios dispone del él. Dios Padre, Señor del tiempo que dispone según su Voluntad. Solo Él designará el momento de que todo lo de aquí abajo quede piedra sobre piedra. Y eso nos sugiere que poner nuestras esperanzas en las cosas de este mundo es un gran disparate y una desesperanza plena.

El Evangelio de hoy martes nos dice claramente: (Lc 21,5-11): En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida». Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos...

La pregunta que surge inmediatamente es: ¿Dónde pongo yo mi esperanza? ¿Acaso creo que en este mundo encontraré la respuesta a mis interrogantes? ¿Conozco a alguien que se haya llevado sus bienes y riqueza con él? Luego, ¿para qué me sirven después de la muerte? ¿No convendrá utilizarlas bien y compartirlas para que luego, en la otra vida, puedan resultarme provechosas? Estas y otras preguntas podrían servirnos de gran provecho para plantearnos nuestra vida.

Lo único verdaderamente importante será lo que nuestra propia experiencia nos dice:  Aquí abajo, algún día, no quedará nada. Por tanto, todo esto debe tener otro sentido. Y solo Jesús, el Señor, nos dice la verdad. Conviene estar atento y no dejarse confundir por muchas teorías de falsa felicidad ni promesas sin fundamento. Y nunca asustarse por las señales que el mundo nos vaya presentado. El tiempo y la vida es de Dios y solo Él dirá cuando llegue el momento.

lunes, 21 de noviembre de 2022

EL VALOR DE LA BUENA INTENCIÓN

Al final lo que cuenta y vale es tu buena intención. Todo lo que hagas con segundas intenciones buscando tu lucimiento personal o que se fijen en ti, es tiempo perdido y basura que no tiene ningún valor. Es la cualidad de la obra lo que le da valor o se lo quita. No se miden tus obras por las cantidades o valores materiales. Lo que vale son tus buenas intenciones y tu disponibilidad gratuita y sin interés.

Dar exige hacerlo con y por amor y de forma gratuita, sin buscar recompensa alguna. Por eso, conviene dar a quien no puede pagarte. En caso contrario, no se trata de dar sino de cambiar una cosa por otra buscando siempre una mejora compensativa. Diríamos mejor que tratamos de hacer negocio aparentando dar y hacer una buena obra desinteresada.

Algo así sucedió tal como se dice hoy en el Evangelio. Aquellos ricos echaban donativos en el tesoro del templo buscando ser destacados e importantes. Su donación no viene impulsada por el amor, que no busca lucirse sino compartir gratuitamente. Pretenden ser notables y ser admirados por su aparente y falsa bondad escondida en sus corazones. Por el contrario, aquella pobre viuda da de lo que necesita para su vida y comparte solidariamente la necesidad que tienen otros.

La moraleja la encontramos en la abundancia. Quizás las comodidades, la satisfacciones y el cómodo bienestar nos aleja del sufrimiento del que no tiene y padece incomodidades y escasez de lo que realmente necesita para vivir dignamente. Por eso, vivir en la riqueza comporta un peligro y una tentación de olvidarnos de quien sufre. ¿No somos todos hijos de Padre Dios? Pues, si lo creemos, compartamos lo que podamos hasta el punto de tomar conciencia del que sufre y lo pasa mal.

domingo, 20 de noviembre de 2022

HASTA EL MOMENTO DE LA HORA FINAL

Lucas 23, 35-43

Nuestra esperanza perdura hasta el momento de nuestra hora final. La imagen que hoy nos recuerda el Evangelio del buen ladrón así nos lo dice y nos lo presenta. Hasta el último instante de nuestra vida hay esperanza de que nos dejemos encontrar por el Señor. Porque, ¡es Él quien nos busca y sale a nuestro encuentro!

Cristo, el Señor, es el centro de nuestra vida. Tú, porque Él te ha creado libre para elegir tu propio camino, puedes asirle a un lado o ponerlo en el centro de tu vida. Hagas lo que hagas, esa felicidad que buscas, y te empeñas en buscarla tú solo, no la encontrarás en este mundo. Y no la encontrarás porque este mundo es el camino para llegar a ella. Y solo con y a través de Jesús, el Hijo de Dios, podrás alcanzarla.

Por tanto, no está en este mundo y sí está en ese otro mundo del que nos habla Jesús, nuestro Señor. De modo que, si quieres ser feliz tienes que asirte a Jesús y ponerle en el centro de tu vida. Porque, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. No hay otro camino por mucho que te empeñes y quieras. Por eso te señalaba al principio esa inclinación que todos tenemos de caminar por nuestra cuenta. Sin Cristo Jesús, centro y fundamento de nuestra vida, no seremos nunca felices.

Es cuestión de darte cuenta y planteártelo. Es verdad que los años y la experiencia que vamos adquiriendo nos pueden ayudar a darnos cuenta. Pero, también es verdad que nos jugamos mucho, porque no sabemos el día ni la hora. Conviene darse cuenta lo antes posible y poner mucha atención a lo que nos sucede cada día. Porque, nuestro Padre Dios nos habla todos los días y nos llama a la conversión, a tomar el camino del amor, a cargar con nuestra cruz y asirnos de su mano.

Aquel ladrón se dio cuenta en los últimos instante de su vida. Y dio el paso. Ahora está en la Gloria junto al Señor, porque esas fueron las Palabras que Jesús le dijo y prometió desde la Cruz: «En verdad te digo: hoy mismo estarás conmigo en el paraíso»

 ¡Qué bueno sería oír de labios de Jesús esas mismas palabras en el último instante de nuestra vida!