jueves, 8 de septiembre de 2011

UNA GENEALOGÍA COMÚN (Mt 1, 1-16. 18-23)


En Miqueas 5, 1-4 se profetiza que Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, será la cuna del jefe de Israel. JESÚS procede de una aldea muy humilde y pobre, hasta el punto de ser olvidada, marginada y considerada lo peor de Judá. ¿Pero es que de Belén puede salir algo bueno?, llegó a decir Natanael, quien sería el apóstol Bartolomé después.

En el árbol genealógico de JESÚS hay de todo, desde gente humilde, sencilla hasta extranjeras convertidas a la fe, como Rut y Rahab (Rahab era una prostituta) (Mt 1,5) forman parte de los antepasados de JESÚS. Como podemos observar unos antepasados normales y sin nada especial, sólo que la Gracia de nuestro PADRE DIOS estaba con ellos y en ello se iba a cumplir todo lo profetizado hasta la venida de JESÚS de Nazaret.

Pero, lo singular y que asombra es la disposición y disponibilidad de María ante tal acontecimiento. Siempre me pregunto y seguiré preguntándome la fortaleza, la total confianza y la fe de nuestra Madre, la Virgen, hasta el punto de entregarse en voluntad y libertad a la obra de DIOS en su humilde persona: "Eh aquí la esclava del SEÑOR, hágase en mí su Voluntad".

Y ante esto, no cabe otra cosa que preguntarnos: ¿Estoy yo disponiéndome a entregarme, como María, a lo que el SEÑOR quiere de mí? No debo asustarme, pues quizás el SEÑOR no me pide tanto como a María. No se es la Madre de DIOS por casualidad ni cualquiera, pero, al margen de lo que el SEÑOR quiera de mí, sé que donde quiera que esté debo estar atento a empeñarme a amar.

Amar a aquél que me cuesta aceptar; amar a aquél que no me cae bien; amar a aquél que intenta aprovecharse de mí; amar a aquel que trata de engañarme, de mentirme. Amar a aquellos que forman mi familia, a mí mujer con sus manías y virtudes. A mis hijos con sus ideas, rebeldías, apegos y debilidades, y también sus virtudes. A mí mismo, con mis defectos e imperfecciones, y con lo que hago mejor. 

Sí, creo que mi PADRE DIOS me quiere así,
luego, ÉL dirá que más quiere.Quizás
no me pida mucho más, pues mis
fuerzas no dan para más.

Y yo, PADRE Bueno, quiero pedirte que
me des la Gracia de poner a tu
disposición todo el talento
que he recibido de tus
Manos generosas, y
que sepa pedirte
perdón por todos mi fallos. Amén.

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