miércoles, 26 de noviembre de 2025

CONFIANZA Y PERSEVERANCIA

Lc 21, 12-19

   Era imposible participar en aquella asamblea civil. Los intereses chocaban con el poder. Se buscaba, por encima de la verdad y del bien común, conseguir el voto y el favor del ciudadano a costa de sobornos y favores. Eso no entraba en la escala de valores de José Antonio.

   —No puedo aceptar un cargo que no respeta la ley ni defiende la verdad —dijo con firmeza—. Esto no va con mi conciencia ni con mi fe. Solo la verdad nos puede llevar a ser libres.
    —Es la única forma de ganar y hacernos con el poder —replicó Alejandro—. Hay que comprar votos, como sea, para triunfar.
    —¿Pero eso es lícito? —respondió José Antonio—. Mis principios no me lo permiten. Soy católico, y mi fidelidad al Señor está por encima de todo.
   —Aquí lo que vale son los votos. La gente no entiende de principios ni de verdad. Cada cual busca sus beneficios.
    —Lo siento —concluyó José Antonio—. Yo no pienso así.

    Lo dieron por inútil. Las miradas de desprecio y rechazo se cruzaron en el salón.

    —Esta persona no nos vale —se oyó decir desde el fondo. Muchos le dieron la espalda.

    José Antonio se mantuvo firme. Sabía que tendría oposición, pero su fe no le permitía actuar de otra manera. No cabía en su corazón aceptar algo contrario a su conciencia.

  Mientras se retiraba, le vino a la memoria la experiencia de las primeras comunidades cristianas. “Ellos también sufrieron persecuciones por su fe en Cristo”, pensó.

   Con el tiempo, la Iglesia comprendería (Lc 21,12-19) que no se trataba solo de intereses, sino de que los contenidos de la fe de Cristo —amor, justicia y defensa de la dignidad humana— encuentran siempre la oposición cerrada de los privilegiados.

  El Reino se abre camino en medio de conflictos y enfrentamientos. Aún hoy, quienes defienden la fe de Jesús se topan con contradicciones y resentimientos.

  Jesús nos invita a confiar y perseverar en Él, pues “ni un cabello de nuestra cabeza perecerá”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.