miércoles, 18 de enero de 2023

DUREZA DE CORAZÓN

Nos cuesta reconocer la verdad y el bien. Sobre todo cuando nos afecta a nuestra situación social y económica. Este sujeto, se dicen, compromete nuestro estado de poder y deja en entredicho nuestra ley. Ahora la ley del sábado queda en ridículo y fuera de contexto. Se pone antes el bien del hombre y, en consecuencia, la ley del sábado queda postergada a la prioridad del bien de la persona.

Sus corazones no lo aceptan. Se engañan y traicionan y buscan justificarse. ¿Qué hacer entonces? ¡Acusarle! Buscar razones apoyadas en la mentira para derribar sus acciones y sus propuestas. Saben que lo que propone y hace Jesús está bien y es lo bueno, pero sus corazones están ciegos, ensoberbecidos y llenos de ira. Y de esa forma la verdad queda oculta y desplazada por la mentira egoísta.

Hoy sucede lo mismo. Hay muchas leyes que solo buscan un redito político y de poder y, a pesar de ser partidistas y no buenas, las implantan para sostenerse en el poder y en el control de los demás. La prioridad para ellos, los que tienen el poder, es el poder – valga la redundancia – y todo lo demás, incluso la misma verdad y justicia, queda sometida a sus intereses.

Y Jesús actúa a pesar de que nadie le pide que intervenga. Ve el abuso de poder y mira a los que lo imponen con ira y dolido por la dureza d sus corazones. No se puede quedar quieto. Será la constante de toda su vida pública. Posiblemente nos esté diciendo también a cada uno de nosotros que debemos actuar aunque eso nos suponga un camino de cruz. Porque la verdad no se puede dejar dentro y en silencio. Hay que proclamarla y transmitirla. Amar es la única verdad que une, hace justicia y salva a los hombres y no podremos callarnos ante la mentira.

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