lunes, 22 de diciembre de 2025

TODO ES GRACIA Y REGALO

    A veces no apreciamos todo lo que tenemos ni todo lo que hemos recibido gratuitamente. Así reflexionaba Dolores cuando tomaba conciencia de cuánto la vida le había regalado. Se sabía adornada por las virtudes de la humildad, la sencillez y la obediencia.

   Al verse así, no se enorgullecía, sino que daba gracias, sabiéndose agraciada por tantos dones recibidos del Señor. Fue entonces cuando, por primera vez, escuchó aquel hermoso canto del Magníficat salido de la boca de María, proclamado en las lecturas de la misa vespertina de un lunes de diciembre.

   Su corazón se enterneció y, con el rostro transfigurado, levantó los ojos al cielo, dando gracias por las maravillas que percibía haber recibido también ella del Señor. Al escuchar el canto de María, experimentaba que, humildemente, se sentía igualmente agradecida y agraciada por todo lo recibido.

    Entonces, impulsada interiormente, se atrevió a decir:

    Gracias, Señor, por todo lo recibido y por esa Madre que nos has dado,
que nos enseña a sabernos bendecidos por tu Amor misericordioso.

   Ella, sabiéndose regalada por Ti, mi Señor, e incorporada a tu plan de salvación, estalla en ese hermoso canto del Magníficat cuando visita a su prima Isabel.

   Te pido, Dios mío, que también nosotros sepamos, como ella, ser agradecidos y responder a tus planes en nosotros, para que se cumplan según tu Voluntad.

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