domingo, 12 de febrero de 2012

¡LIMPIAME SEÑOR!

Un hombre enfermo de lepra se acercó a...

Sabemos lo que significaba ser leproso en aquella época que vivió JESÚS. Era algo así como estar muerto en vida, y con un panorama de sufrimiento hasta terminar en la muerte. Ser leproso era lo anterior a estar muerto, y sin ninguna esperanza de escapar.

Vivir esa situación, en aquella época, era lo más duro que podía pasarle a una persona. Ser declarada impura y despreciada por todos los demás es algo que sólo experimentándolo en tus propias carnes puedes comprenderlo. Pues bien, en aquella situación, un leproso se acerca a JESÚS. ¿Puedo imaginarme la situación?

Primero, tener la osadía y la valentía de acercarse, porque sabiendo lo que eres, lo lógico es pensar que te van a rechazar. Segundo, confiar que puedes tener éxito y ser curado. Me parece que podemos contemplar y tomar varias enseñanzas y actitudes de esta situación que realiza este leproso. Pueden ser muy interesante e importantes para nuestra vida de creyente y seguidor de JESÚS de Nazaret.

Una puede ser la insistencia y la humildad de reconociéndose lo que era, acercarse. Eso arrastra el conocer que JESÚS puede entenderte, perdonarte, pero sobre toda amarte y sanarte. La otra, puede ser la de ponerse en camino, no pararse, buscar y buscar sin perder la confianza. Eso indica que en ÉL has puesto tu salvación.

Ahora, más importante es descubrir donde está tu lepra. O dicho de otra manera, ¿puedo yo estar también leproso hoy? Porque puede ser que, al contrario de como empezaba esta reflexión, creo que la lepra está lejos de mí, y sin embargo, estoy tan leproso como aquel leproso.

Porque hay lepra de muchas clases. En aquella época era esa enfermedad, pero hoy puede tener otros nombres: Alcohol, juegos, drogas, consumo, egoísmo, individualidad, usura, materialismo, gula, envidia, sexo, mentira, riquezas...etc. Necesitamos descubrir nuestra propia lepra para luego acercarnos a JESÚS en petición de que nos limpie.

El ESPÍRITU SANTO suscita en cada reflexión, diciéndonos la misma Palabra, reflexión y pensamientos diferentes. Nuevos descubrimientos y actitudes que tienden a irnos a buscar nuestra perfección. Me sorprende como esta Palabra la he reflexionado varias veces y en cada lugar he visto cosas diferentes. (ver aquí, aquí y aquí)

2 comentarios:

  1. «ponerse en camino, no pararse, buscar y buscar sin perder la confianza. Eso indica que en ÉL has puesto tu salvación.»
    Amen

    ResponderEliminar
  2. Cada Eucaristía es un compromiso donde descubres, y también puedes sanar, tus propias lepras.

    La lepra de la indiferencia, de la abundancia, de no saber qué decidir comer hoy, qué comprar, cuánto gastar... Mientras otros esperan poder comer algo, sin optar a comprar ni gastar.

    La lepra de no darme cuenta de compartir lo que no me es necesario...

    Sólo dejandote tocar por ÉL puedes quedar limpio.

    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

    ResponderEliminar

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.