Jn 16, 29-33 |
Se habla mucho de futuro y de esperanza, pero todo lo que puede ofrecer este mundo está a la vista. En el mejor de los casos todo termina en unos pocos años y nunca en plenitud de gozo, porque son más las horas que pasas preocupados y temeroso de que te hagan daño que las de plenitud de paz y felicidad.
Quieras o no aceptarlo y entenderlo, el mundo, tanto éste como el que nos espera, es de Dios. Y sin Dios todo se vuelve vacío, hueco y sin futuro. Ocurre que, quizás, llevados por lo inmediato y por nuestras propias pasiones y apetencias, este mundo nos seduzca más que el otro, que no vemos ni experimentamos. Es posible que las dificultades para soportar y vencer todo lo que nos gusta y nos tienta, y que pensamos que no debemos hacer, se nos hace difícil y casi imposible de superar. Nuestro egoísmo nos tira mucho, pero, nunca debemos olvidar ni perder de vista que no estamos solos. Jesús, en su Ascención, nos promete la presencia y compañía del Paráclito, para que nos asista y auxilie. Y nos dice estas Palabras:
Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».
Él ha vencido al mundo y en Él está el Espíritu Santo. Y nosotros también venceremos si estamos en Él y asistidos por el Espíritu que viene en nuestra ayuda. ¿Y cómo lo ha vencido? Vemos como ha sido la Vida de Jesús, y cómo con su Pasión, Muerte y Resurrección ha ganado para nosotros el premio de la salvación y ha regresado, Glorificado, a la derecha del Padre.
Y nosotros también, en el Espíritu Santo, podemos superar todas nuestras dificultades y obstáculos. Porque Jesús no ha venido para mimarnos y evitarnos todos los contra tiempos que la vida y el camino nos presente, sino para ayudarnos a superarlos con responsabilidad, voluntad y, sobre todo, amor. Y, para eso, Jesús está entre nosotros, ha Resucitado, para que veamos que Él ha vencido todas las dificultades y peligros y ha superado la Muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.