viernes, 25 de octubre de 2024

DORMIDOS ANTE LA VERDAD Y REALIDAD

Nos cuesta entender como el mundo no se pregunta cuál es su origen. Y digo esto porque constato que mucha gente vive sin apenas pararse, reflexionar sobre lo que vive y experimenta, y menos, preguntarse de dónde viene y a dónde va. Algo así como si viviéramos adormecidos por las seducciones que el mundo nos presenta, las debilidades de nuestras propias pasiones y el sometimiento al poder del demonio.

Da la sensación de que hay una resignación general, tanto lo que viven en la opulencia y el poder, como los que apenas tienen para vivir. Todos se resignan a vivir según puedan y sin más esperanza. Lo inmediato es buscar placer y una falsa felicidad que, al final, te deja más vacío.

¿Qué realmente nos pasa? ¿Acaso no hemos sido creados para dar respuesta a esa felicidad que todos buscamos? Entonces, ¿por qué no la buscamos? ¿No somos capaces de interpretar el tiempo cuando observamos que se aproxima una tempestad o fuerte lluvias?  Luego, ¿cómo es que no nos proponemos discernir sobre el bien y el mal? ¿Cómo es que no distinguimos lo que está bien del mal?

Y en base a eso, ¿cómo no descubrimos que la Palabra de Dios nos orienta hacia el bien, la verdad y la justicia y llena de sentido toda nuestra vida dándole salvación eterna? ¿Acaso estamos ciegos?

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