(Jn 10,27-30) |
No cabe duda que en la vida buscamos vida. Vida que se traduce en sentirnos felices y satisfechos; vida que significa sentirnos inmensamente llenos de paz y de amor; vida que nos colma de eternidad. Pero el secreto de la vida se esconde en la forma y lugar donde buscamos.
Muchos buscamos donde no debemos y desesperamos al buscar en lo perecedero y caduco. No se puede encontrar vida eterna donde solo hay vida caduca. Las cosas de este mundo no nos satisfacen de forma eterna, sino que son pasajeras e incompletas. El mundo no es el lugar de la vida sino de la muerte, y para nosotros, hijos de Dios, es solo un camino de salvación.
En el Señor estamos seguros y en Él encontraremos la felicidad plena y la vida eterna. Él es el Pastor que da la Vida por sus ovejas, que las protejes y cuida que ninguna se pierda. Siempre tendremos su protección y sus cuidados. Nunca nos abandona y en Él encontraremos la paz y la felicidad que buscamos. Todo dependerá de nuestra fe y confianza.
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