lunes, 23 de junio de 2014

CUANDO TE EXPERIMENTAS COMO PECADOR, TUS JUICIOS SE HACEN DESDE LA MISERICORDIA DE DIOS

(Mt 7,1-5)

Siempre verás las cosas de otra forma si, antes de juzgar, te miras a ti mismo y te descubres pecador, frágil, débil y vulnerable. Posiblemente tengas muchas vigas que sacar de tus propios ojos antes que juzgar las briznas que hay en el otro. Ocurre muchas veces que adelantamos juicios que después se vuelven contra nosotros.

Hoy, el Señor, nos advierte de esta precipitación en juzgar los posibles fallos de otros, antes de pensar en los nuestros. En la medida que juzguemos seremos también juzgados. Por eso, conviene detenernos y mirar que ocurre en nuestra vida, porque si así procedemos evitaremos hacer juicios mal intencionados y que no estén mirados desde la Misericordia de Dios.

Porque por Él somos perdonados de todas nuestras faltas, debilidades y pecados, y así, tal y como somos perdonados también descubriremos que debemos perdonar nosotros. Y en esa medida de perdón, nuestros pecados también serán perdonados. Nos será mucho más fácil perdonar y no hacer juicios precipitados y con malas intenciones en la medida que descubramos que el Señor nos perdona a cada instante nuestros pecados. 

Y más seremos perdonado por la Misericordia del Señor, si más también, asistidos en el Espíritu Santo, nos esforzamos en perdonar nosotros.

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