No se trata solamente de saciar nuestra fe, sino que también necesitamos alumbrarnos para encontrar el sendero por donde caminar seguros y confiados. Sentimos que necesitamos ver y recuperar nuestra visión. Es peligroso caminar a tientas pues tropezamos y podemos caer tan profundo que no podamos levantarnos o nos cueste demasiado hacerlo. La ceguera es una herida humana que necesita, como cualquier otra, curación.
Necesitamos limpiar nuestros ojos y desahogar nuestro espíritu. Pero no basta hacerlo con cualquiera sino por el sacramento de la Penitencia ante el SEÑOR mismo. Es necesario dejarnos curar y seguir todas las indicaciones que el ESPÍRITU SANTO nos da. Posiblemente tendremos que buscar nuestra piscina particular para limpiarnos allí.
¿Qué aspectos de mi vida necesitan luz y claridad? Ciego de ira, ambición, poder, ¿qué es lo que me ciega a mí de verdad? Necesitamos ver, pero ver la Verdad, lo que realmente nos hace feliz y duraderos. Pertrechemonos de las cosas caducas, aparente y que nos oscurecen la verdadera vida. Sólo en JESÚS está la Verdad, el Camino y la Vida.
Cuidame SEÑOR del pecado que
toca mi vida. Limpiame de
toda apetencia y concupiscencia
que amenaza con confundirme
y perderme. Y enciende en
mí la luz que me guíe por
el camino de la Verdad. Amén.
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