(Mt 2,13-18) |
Hay muchas maneras y formas de emigrar. Los hay que gustan de conocer otras culturas y formas de vida. Otros sienten deseos y curiosidad por experimentar nuevos lugares, climas y relieves. Y otros por el simple hecho del gozo de viajar, moverse y visitar otras tierras. Pero los hay, y son muchos que se ven forzados a buscar otros horizontes de paz, bienestar y libertad.
Son extremos difíciles y arriesgados donde muchos en el intento pierden la vida. José y María la arriesgaron, pues camino de Egipto tuvieron que sufrir peligros y dificultades, y no por circunstancias de encontrar una vida mejor, sino huyendo de la amenaza de muerte por Herodes. Hoy, aunque de diferentes formas, esa amenaza se mantiene en pie, sobre todo para los niños inocentes.
Y el peligro se esconde en diferentes lugares, vayas donde vayas: aborto (vientre de sus propias madres), pederastas, explotaciones, militarización...etc. Son otros Herodes que sienten amenazados su poder, su erotismo, su economía, su avaricia... y matan por mantener su egoísmo y dar satisfacción a su propio ego.
Pidamos al Señor que encontremos la paciencia y el lugar en nuestro corazón de mantenernos esperanzados y en paz.
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