(Jn 5,31-47) |
Creo porque todo lo que me circunda habla de Ti, pero porque las Escrituras, tu Palabra, me dan testimonio de que Tú eres el Hijo de Dios vivo. Sé que muchos así no lo creen, y te rechazan porque de reconocerte tendrían que renunciar a muchas cosas. La actitud de aquel joven rico nos descubres y señala a nosotros también.
Experimento lo duro que es renunciar a nuestros apegos, nuestras comodidades y nuestros intereses, pero confío en tu Palabra y en la fuerza del Espíritu Santo que nos asiste y nos prepara para esta renuncia. Juan, tu primo, dio fe y testimonio de Ti, y nos preparó el camino. Y Tú Señor nos anunciaste el Amor de tu Padre y la locura por salvarnos a cada uno de nosotros por tus méritos de muerte en la Cruz.
Tus obras Señor son testigos de tu Amor y de tu Poder. Nos lo demuestra porque nos curas y salvas de nuestras enfermedades y muerte. Nos promete vida eterna y nos libera de nuestras cadenas de esclavitud. Tú, Señor, eres el Hijo de Dios Vivo. El enviado por el Padre para que en Ti podamos reconocer su Amor y alcanzar la liberación y vida eterna.
Gracias Señor porque por tu Gracia mi fe tiene consistencia y se sostiene, y en Ti se construye y edifica. Gracias Dios mío porque me das la fe y la aumentas para que acepte el testimonio de las Escrituras y de la Ley que nos trasmitió Moisés y tiene en Ti su cumplimiento.
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