sábado, 14 de enero de 2017

YO TAMBIÉN, SEÑOR, QUIERO SEGUIRTE

(Mc 2,13-17)
Llamaste a Leví, el de Alfeo, hoy más conocido por Mateo, y respondió a tu llamada. Pero, ¿y a mí? ¿Me llamas? Seguro que también me llamas, porque un Padre como Tú no puede olvidar a ningún hijo. Pero, otra cosa es ver si yo te respondo y te sigo como hizo Mateo.

Esa, al menos, Señor, es mi intención. A Ti no puedo engañarte, porque, Tú, Señor, lo sabes todo y tu mirada penetra hasta el fondo de mi alma, y todo queda descubierto a tus ojos. Por eso, Señor, sabes de mí más profundas y ocultas intenciones, incluso mejor que yo. Y sabes que yo quiero seguirte, pero que mis fuerzas no son lo suficiente fuertes, valga la redundancia, para responderte. O, al menos, para hacerlo como Tú quieres.

Hoy me dices en el Evangelio que has venido a curar a los enfermos. Pues bien, yo soy uno de esos enfermos, y quiero dejarme curar por Ti. Porque Tú eres el mejor médico, que curas no sólo el cuerpo, sino también el alma, y das Vida Eterna. Tu Palabra es la medicina que cada día nos alimenta y nos sostiene y nos da vida, y nos lleva a alimentarnos con tu Sangre y tu Cuerpo, que, Tú, consagraste para nuestro alimento espiritual. 

Quiero responder, Señor, pero te necesito, para que me acompañes y me llenes de tu Espíritu, y me des la fortaleza y voluntad que necesito. Quiero responder como Mateo, pero experimento mi fragilidad, mi cuerpo enfermo y mi debilidad. Me experimento tentado, sin fuerzas y vacilante. Siento que, como Pablo, no hago lo que me gustaría hacer, y, sin embargo, me dejo llevar por lo que no quiero hacer. Desde esa experiencia, siento que no te escucho ni te hago caso. O dicho de otra forma, "quiero, pero no puedo".

Por eso, como titulo esta reflexión, "yo también, Señor, quiero seguirte", pero necesito tu Gracia para responder a tu Amor, y fortalecido, poder seguir tu camino como Mateo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.