martes, 2 de mayo de 2017

TÚ, SEÑOR, ERES PAN DE VIDA ETERNA

(Jn 6,30-35)
Nunca estamos satisfechos con nuestra razón. Queremos dar respuesta a todo y no reconocemos nuestra verdadera pequeñez. Mientras no seamos como niños no dejaremos nacer la fe en nuestro corazón. No es cuestión de comprender, sino de creer y fiarnos de la Palabra del Señor. Pedimos signos, cuando Jesús, el Señor, ha hecho ya bastante delante de nosotros.

Resulta que pronto los olvidamos y lo de los panes ya no nos parece suficiente. Y mañana vemos a alguien resucitado y seguiremos sin creer. Porque el problema está dentro de nuestro corazón contaminado, herido y vencido a las cosas de este mundo. Queremos un Dios tangible y limitado a nuestra razón. Disparatado, pero así es. Somos tan necios que vamos de disparate en disparate hasta que no dejemos entrar en nosotros la humildad y nos reconozcamos pecadores e hijos de Dios.

Estamos atado a la materialidad y sujetos al tiempo y el espacio. No entendemos otra cosa, pero insistimos y empecinamos en querer comprender el misterio del Señor. Queremos el Pan, pero más pensando en la materialidad que en la espiritualidad. Ni siquiera percibimos que lo prefigurado y profetizado en el Antiguo Testamento, tiene plena vigencia y cumplimiento en el Nuevo. Estamos ofuzcados y manipulados por este mundo, que nos ciega y nos pierde.

Queremos y perseguimos una religión cómoda y hecha a nuestro gusto. Nada de mortificarnos ni de sacrificarnos. Nada de preocuparnos por las injusticias y lo mal que lo pasan los marginados y excluidos. Una religión en la que nos sintamos bien, a gusto y con todo lo que necesitamos para vivir cómodamente. Todo lo que no sea eso nos molesta. Y en eso se esconde el rechazo a Jesús.

Él es el verdadero Pan que nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre, entregados para nuestra salvación, y nos da la Vida Eterna. Confiemos en su Palabra y permanezcamos siempre a su lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.