domingo, 5 de agosto de 2018

LA FE NOS MANTIENE VIVOS Y ACTIVOS

Imagen relacionada

La experiencia nos dice que la vida hay que fortalecerla, y, para ello, tenemos el alimento y el ejercicio. Sin embargo, pronto vamos descubriendo que sólo el alimento corporal no basta. Nos satisfacemos de comida, pero no por eso nuestra ansias de vivir y de felicidad se mantienen plenas y activas. Recordamos las Palabras de Jesús: No sólo de pan vive el hombre... -Mt 4, 4- y lo constatamos en la vida. El hombre, una vez alimentado, busca otra fuente donde saciarse y donde llenar esa inquietud que le pide su alma.

No cabe ninguna duda que la gente en general busca el saciarse, pero luego esa hartura no satisface plenamente su vida. El animal cuando come y está harta se echa a descansar. El hombre sigue buscado donde saciar su hambre de saber, de realizarse y de encontrar esa paz y gozo que le mueve a no permanecer quieto. Y, por su experiencia, intuye que en el mundo y las cosas del mundo no encuentra lo que busca. En él no termina por saciarse. Consigue un rato de felicidad, por decirlo de alguna manera, pero, pronto vuelve a lo mismo.

Por eso, Señor, te busco desesperadamente una y otra vez. Experimento que en el mundo no estás, porque no eres de este mundo, y porque las cosas que me da el mundo son pan para hoy, pero hambre para mañana. Y yo, Señor, quiero saciarme. Por eso, creo en tu Palabra y busco seguir tus pasos, porque Tú eres el alimento que plenamente sacias mi hambre de gozo y felicidad. Gracias, Señor, por tus Palabra, yo creo en ella: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.