sábado, 4 de agosto de 2018

PRESIÓN Y COBARDÍA

Resultado de imagen de Mt 14,1-12
En muchos momentos de nuestra vida actuamos bajo presión y el miedo del qué dirán los demás o qué nos puede pasar. Valoramos más nuestra vida, nuestra fama, nuestros intereses y  nuestros criterios y palabras que ser fiel a la verdad y a la justicia. Nos interesa nosotros y luego los demás. Ya no se trata de un problema de fe, sino de valor y sabiduría. Porque, perder la vida, la fama, el honor o éxito de este mundo no es perder para el cristiano, sino todo lo contrario, ganar la verdadera y única Vida Eterna.

Porque, es esa Vida Eterna la que nos estamos jugando aquí abajo. De qué te vale ganar tu vida aquí si pierdes la Vida Eterna - Mc 8, 36 -. Esa es la cuestión y lo verdaderamente importante. Por eso la sabiduría de saber discernir lo que se tiene entre manos y a dónde vamos es de vital importancia. Los años pasan y no lo hacen en balde. Observamos como nuestros cuerpos se deterioran y lo que nos va a ocurrir. Es simplemente cuestión de tiempo. Luego, ¿qué nos pasa que no reaccionamos? ¿Estamos acaso cogido por el Maligno?

Pero, volviendo al tema que nos ocupa en la reflexión de hoy, observamos que muchas veces cedemos a nuestros criterios por miedo a la opinión de los demás, a nuestra fama y mal entendido honor. Damos más valor a la palabra de los hombres que a la Palabra de Dios y nos vendemos a los valores del mundo del confort, de la comodidad, de la buena vida, del éxito mundano, de la fama...etc. Valores caducos que pasan con el tiempo y no sirven para nada.

Somos muchas veces Herodes, Pilato, Judas y, por cobardía, damos nuestras palabras al mundo desviándonos de la Palabra de Dios, incumpliéndola y mirando para otro lado. 

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