miércoles, 26 de junio de 2024

NO SE TRATA DE SOLO PRODUCIR, QUE SÍ, SINO QUE TUS FRUTOS SEAN´PROVECHOSOS.

La cuestión no consiste en dar frutos buenos, sino que esos frutos buenos lleguen a su destino y hagan su función: ser provechosos y beneficiosos para los que los necesiten. En otras palabras, no se trata de ser una buena persona y producir frutos, sino también de que esos frutos lleguen a los que los necesiten. De ahí nuestra necesidad de anunciar, de ponernos al lado, de derramar todos aquellos dones que hemos recibido de nuestro Padre Dios.

¿Recuerdas la parábola de los talentos? Se trata de negociar, de invertir, de mostrar y de producir, al menos que no quede por nuestra parte. Luego, el Espíritu hará que ese fruto sea provechoso. Pero, nunca de enterrar esos talentos que nos han sido dados.

Y eso debe movernos a anunciar esa Buena Noticia que llevamos dentro. Anunciarla con nuestros gestos, nuestra manera de vivir, nuestro compromiso, nuestras palabras y con todo aquello que podamos utilizar para decir que Dios nos ama, es nuestro Padre y nos quiere hacer felices eternamente.

Y dejar muy claro que todo aquello que, aparentemente, se muestren como frutos buenos pero la realidad es que no lo son, sepamos distinguirlos y desecharlos. Hay muchos falsos profetas que tratan de seducir con apariencias de bondad, de buenas personas, de mentiras y falsas promesas pero que no buscan sino nuestra explotación en beneficio propio. Por sus frutos los conoceremos. ¡Muchos cuidado!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.