miércoles, 12 de octubre de 2011

AFORTUNADOS LOS QUE VIVEN EN EL SEÑOR

 Basílica De la Virgen del Pilar (Lucas 11,27-28)

Sí, somos afortunados, dichosos y bienaventurados los que, como María, la Madre de DIOS, se esfuerzan en hacer vida en sus vidas la Palabra de DIOS. Nuestra Madre es ejemplo de eso, porque Ella no sólo sometió su vida a la Voluntad del PADRE sino que con humilde obediencia guardaba todas estas cosas que la podían turbar en su humilde y sencillo corazón.

María, nuestra Madre por la Gracia de DIOS, es ejemplo de callada paciencia y plena confianza en la Voluntad del PADRE. Desde su "Hágase" dejó llevar su vida por los caminos que el ESPÍRITU la guiaba y con plena confianza sometía su voluntad a la del SEÑOR.

Hoy, JESÚS nos dice que, como su Madre, dichosos aquellos que se extreman en cumplir los mandatos del SEÑOR. Dichosos aquellos que se esfuerzan en amar al estilo de JESÚS, porque la vida de María es vida compartida por amor fiel y obediente en su HIJO JESÚS.

Dichosos nosotros cuando el camino se nos ponga difícil, cuando nuestros apegos y egoísmos nos inclinen a una lucha sin cuartel que nos exija esfuerzo y renuncia. ¡Dichosos!, porque son esos momentos cuando más cerca de la eternidad estamos.

Madre Santísima, Madre de DIOS, tú que fuiste la primera
que dijiste "SÍ" a la Voluntad del PADRE, y por tu SÍ
toda la humanidad ha sido redimida, despierta
en todos tus hijos la fe dormida de
no darnos cuenta que seguir
a JESÚS es cumplir
su voluntad. Amén.

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