miércoles, 14 de junio de 2017

LA LEY CONTENIDA EN LOS MANDAMIENTOS

(Mt 5,17-19)
A través del camino de salvación, Dios va instruyendo a su pueblo y enseñándoles sus mandatos a través de los profetas y de la Ley entregada a Moisés en el Sinaí. Una Ley que, más tarde, el Hijo de Dios enviado a redimirnos nos la perfecciona y enseña mostrándonosla en el sermón de la montaña. Una ley que no se para en su palabra sino que llega al espíritu.

Y que nos la va revelando el Espíritu de Dios, que ha venido a acompañarnos tras la Ascensión del Señor. Él será el encargado de irnos mostrando y revelando todo lo que no hayamos entendido de lo que nos ha enseñado nuestro Señor Jesús: Juan 14:15-18 “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.”

Por lo tanto, no estamos solos y vamos dirigidos por el Espíritu de la Verdad y del Amor. Él nos va asistiendo y dándonos sabiduría para estar en consonancia con la Ley y darle verdadero cumplimiento. Y también, fortaleciéndonos en voluntad y valentía para no dejarnos vencer por la apatía, el miedo, la comodidad y el pecado.

En este esfuerzo de cumplir con sus mandatos expresamos y manifestamos nuestro amor. Porque amar a Dios no son palabras sino obras. Obras que respaldan nuestras palabras. Juan nos lo dice en su 1ª Epístola: 5 La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas. 6 Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad. 7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.

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