Nos sentimos muy inclinados a los prejuicios, sobre todo con aquellas personas que nos caen mal. A todo lo que hacen le buscamos el lado malo y tratamos de minimizar lo que tienen de bueno. Por el contrario, a los que nos caen bien le ensalzamos y magnificamos todos sus actos. Incluso, los malos tratamos de darle la vuelta y presentarlos como no tan malos.
Jesús sufrió esa persecución por todos aquellos que veían en Él malas intenciones hiciese lo que hiciese. Les sentaba mal lo que Jesús decía y se sentían amenazados por su Palabra. Estaban en juego sus poderes y sus estatus y no pasaba por sus corazones cambiarlos. Por eso. autoengañados tergiversaban la realidad y achacaban el poder de sus milagros: multiplicar panes, expulsar demonios o curar enfermos por mediación de Belzebú, el príncipe de los demonios. El fin era desacreditarlo.
Y se resistían a la realidad. Ellos empeñados en su erre que erre no veían otra cosa. Obstinados en quitar a Jesús del medio, pues les estropeaba todos sus montajes y sus poderes religiosos con los que gobernaban y manipulaban al pueblo. Lejos de buscar el bien del amor y la misericordia, se sumergían en un mar de prejuicios que les cegaban.
Y ante el asombro del pueblo, los influyentes y sabios buscan echar abajo la Palabra y obras de Jesús. Tan cegados están que argumentan disparates. Es absurdo presentar a Jesús como colaborador de Satanás, pues, ¿cómo va expulsarlo? Porque, Jesús expulsaba demonios. Por eso les dice: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra...
La divisiones nos separan y nos distancian. Por el contrario, la unidad nos une y nos fortalece, y a eso estamos llamados, a permanecer unidos en el Señor, para que otros más fuertes no nos puedan separar. Porque, si no estamos con el Señor, estaremos contra Él y quedaremos a merced del demonio, pues si no recogemos en y con el Señor, perdemos y desparramaremos nuestros tiempos y nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.