Jn 20,19-31 |
Los discípulos no están convencidos. Tienen miedo y tratan de esconderse y no estar entre la gente. Ese miedo es una señal de que su fe no es plena. Dudan y les cuesta entender y, por lo tanto, creer que Jesús ha Resucitado. Por eso, y desde ahí, podemos entender que lo primero que hace Jesús al presentarse delate de ellos tras el saludo de la paz, es mostrarle sus Manos, pies y costado. Sabe de sus incredulidades y de sus faltas de fe.
Y es que pensamos con mentalidad humana, prueba evidente de que estamos atados a nuestra naturaleza humana, encorsetada y encadenada dentro del espacio y tiempo. Estamos limitados y no podemos entender la Resurrección de Jesús. Por lo tanto, necesitamos fiarnos, confiar y creer en su Palabra y en su presencia. Él se nos aparece y nos muestras las huellas en sus manos y pies, y la herida de la lanza en el costado. A pesar de todo eso nos cuesta enormemente.
Lo experimentamos en nosotros mismos. Tenemos el Evangelio y el testimonio de los apóstoles, que pasaron primero por todo eso que pasamos ahora nosotros, y seguimos en la duda y en la resistencia a fiarnos de la Palabra de Dios. La evidencia de todo esto se descubre y palpa claramente en Tomás. No estaba allí ese día cuando se apareció Jesús y, a pesar de todo lo que le dicen sus compañeros, él se resiste a creer. ¿No nos ocurre a nosotros lo mismo?
Sin embargo, ocho días más tarde vuelve a ocurrir lo mismo. Jesús se presenta en medio de ellos y en esa ocasión si estaba Tomás. Y Jesús le llama y le muestra sus manos y su costado, invitándole a que meta sus dedos. La reacción de Tomás no se hace llegar: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
Nosotros tenemos ya de antemano un regalo. El Señor nos bendice y nos llama dichosos a aquellos que creen sin haber visto. Seamos dóciles a su Palabra y abandonémonos en sus Manos confiando en su Palabra y en su Amor Misericordioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.