La propuesta que nos hace Jesús no parece una propuesta bien acogida. Incomoda a los poderes religiosos de su propio pueblo y, Jesús que lo sabe, se siente amenazado y preve lo que le va a suceder. Por eso, trata de hacérselo saber a sus discípulos y ponerlos en aviso, pero, al parecer, ellos no se enteran porque están entretenidos en otros menesteres. Se disputan los primeros puestos en eso que ellos piensan que va a suceder. Están muy lejos de los pensamientos de Jesús y de lo que va a suceder.
También a nosotros nos puede estar sucediendo lo mismo. ¿Qué Dios tenemos en nuestra imaginación? Un Dios que se ajusta a la ley y leyes que muchas son injustas y ausentes de misericordia. Leyes que excluyen, marginan y oprimen en lugar de liberar. ¿Puede Dios aprobar y estar de acuerdo con esas leyes? Porque, el Dios que propone Jesús es un Dios liberador, un Dios que ofrece y da vida y un Dios misericordioso.
Un Dios que se encarna en Naturaleza humana y hecho Hombre entrega su vida por y para darnos vida a todos los que en Él crean. Un Dios que será condenado y sufrirá Pasión y Muerte crucificado en la Cruz, pero que Resucitará. Un Dios que vencerá a la muerte y con ello nas dará vida en abundancia, gozosa y eterna. Un Dios que ha venido para servir y no para ser servido. Un Dios que se pone en el último lugar para poner la dignidad del hombre en el centro de todo y antes la ley.
Ese es el Dios que tendremos que descubrir. Un Dios que está por encima de la Ley y que nos da la oportunidad de tener nuestra propia voz y de defendernos, de exigir nuestros derechos como hijos del mismo Padre. Un Dios que ha enviado a su Hijo para darnos la oportunidad de expresarnos y de descubrir todas las injusticias a que nos someten las leyes de los hombres. Un Dios que es amor misericordioso y nos salva de la esclavitud del pecado.
También a nosotros nos puede estar sucediendo lo mismo. ¿Qué Dios tenemos en nuestra imaginación? Un Dios que se ajusta a la ley y leyes que muchas son injustas y ausentes de misericordia. Leyes que excluyen, marginan y oprimen en lugar de liberar. ¿Puede Dios aprobar y estar de acuerdo con esas leyes? Porque, el Dios que propone Jesús es un Dios liberador, un Dios que ofrece y da vida y un Dios misericordioso.
Un Dios que se encarna en Naturaleza humana y hecho Hombre entrega su vida por y para darnos vida a todos los que en Él crean. Un Dios que será condenado y sufrirá Pasión y Muerte crucificado en la Cruz, pero que Resucitará. Un Dios que vencerá a la muerte y con ello nas dará vida en abundancia, gozosa y eterna. Un Dios que ha venido para servir y no para ser servido. Un Dios que se pone en el último lugar para poner la dignidad del hombre en el centro de todo y antes la ley.
Ese es el Dios que tendremos que descubrir. Un Dios que está por encima de la Ley y que nos da la oportunidad de tener nuestra propia voz y de defendernos, de exigir nuestros derechos como hijos del mismo Padre. Un Dios que ha enviado a su Hijo para darnos la oportunidad de expresarnos y de descubrir todas las injusticias a que nos someten las leyes de los hombres. Un Dios que es amor misericordioso y nos salva de la esclavitud del pecado.
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