jueves, 1 de junio de 2023

LINAJE Y SACERDOCIO REAL

En 1P, 2 9 leemos: Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Y es que a partir de nuestro bautizo quedamos configurados como sacerdotes por la acción del Espíritu. Un sacerdocio que nos capacita como pueblo de Dios y de misericordia. Un sacerdocio para dar testimonio de nuestra fe y manifestar que Jesús es el Hijo de Dios muerto y Resucitado.

De manera que tras nuestro bautismo estamos comprometidos a dar testimonio de nuestra fe en el círculo y ambiente que nos desenvolvamos: familia, trabajo, sociedad, ocio…etc. Pero eso nos exigirá ser perseverantes en la oración y en la actitud de estar abiertos a la escucha y a la Palabra que a través del Espíritu Santo llega a nuestro corazón. Un corazón que necesita estar despierto, atento, libre y activo.

Porque el mundo, demonio y carne nos invitarán a permanecer pasivos, dormidos, sumisos y despistados o entretenidos en los placeres, seducciones y ofertas que este mundo, demonio y carne nos presentan. Y no nos será fácil vencerlos si nos enfrentamos solos con nuestras fuerzas. Necesitamos requerir una constante y perseverante oración, reconciliación – sacramento – y comunión – Eucaristía – para fortalecernos y estar alimentados espiritualmente para salir victorioso de tantas tentaciones y debilidades que nos acechan en nuestro camino.

Pidamos estar despiertos y atentos a la acción del Espíritu que nos habla, mueve y actúa en nosotros para, fortalecidos en Él vivir en la Voluntad de Dios Padre.

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