sábado, 18 de noviembre de 2023

LA CLAVE ESTÁ EN LA INSISTENCIA

El refrán también lo recuerda: «Quien no llora, no mama». O lo que es lo mismo, «quien no insiste y es tenaz no tendrá ni respuesta ni premio» La insistencia diríamos que es una virtud. Una insistencia que se transforma en constancia, en permanencia hasta el punto de despertar en aquel a quien se le insiste una respuesta.

Jesús nos apremia a que nos demos cuenta de que Dios, nuestro Padre, ¿no nos va a atender con prontitud lo que le pedimos? ¿Acaso un padre abandona a su hijo? ¿Cuánto más nuestro Padre Dios, que nos ama con una infinita misericordia hasta el punto de ofrecer a su único Hijo como reo de muerte para el rescate de nuestros pecados?

Sabemos, simplemente por sentido común, que la insistencia es necesaria. Pero no una insistencia de momentos, instantes u ocasiones puntuales. Nos referimos a la insistencia de cada día y a cada instante, porque, nuestras necesidades son de cada día. Ya esa insistencia está recogida en el Padrenuestro, la oración que Jesús nos enseñó. Una oración que tenemos necesidad de rezar a diario y en muchos momentos del día.

Necesitamos adorar y alabar a nuestro Padre Dios, a santificarle y a darle gracias por todo lo que hemos recibido y recibimos cada día. Y a pedirle perdón por todos nuestros pecados de cada día. Esa insistencia se irá convirtiendo en un corazón más paciente, más comprensivo, más humilde, suave y bueno. Quizás no nos demos cuenta, pero nuestra vida nos lo irá descubriendo y, lo más importante, los que están a nuestro derredor lo irán percibiendo.

Sí, no perdamos la esperanza ni la fe. Nuestro Padre Dios nos escucha e irá actuado como Él quiera y cuando Él decida. A ti y a mí nos toca, como la viuda insistente, insistir , valga la redundancia, pedir y dar gracias por lo que somos, tenemos y por nuestra salvación.

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