Cuando profesamos nuestra fe, comenzamos diciendo: “Creo o Creemos”….
¿Qué significa creer?...
La fe es la respuesta del hombre a DIOS, pero a un DIOS que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de la vida…
LA RESPUESTA AL DESEO QUE LLEVO DENTRO
El deseo de DIOS está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por DIOS y para DIOS; y DIOS no cesa de atraer al hombre hacia SÍ, y sólo en DIOS encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar…
¿Qué buscamos?... La felicidad, pero ¿qué entendemos por felicidad?
Salud, riqueza, poder, prestigio, placer, bienestar, inteligencia, saber, fortaleza…etc.
Pero eso, si bien nos hace felices, sentimos que no nos llena plenamente, porque se acaba… Todo tiene fecha de caducidad… y en lo más profundo de mi ser quiero ser feliz eternamente… ¿No es así?
El hombre busca insaciablemente perpetuarse, vivir para siempre…
Y esa oferta sólo la tiene DIOS, porque DIOS es eterno y nos quiere tanto que nos ofrece su propia Vida, la Vida de la Gracia, para que seamos como ÉL, y, participando de su Gloria, seamos plenamente felices en su presencia y PARA SIEMPRE.
Y esto se nota en todos los hombres y todos los pueblos… Tanto es así que podemos llamar al hombre “un ser religioso”.
DIOS creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra y determinó con exactitud el tiempo y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a DIOS, para ver si a tientas le buscaban y hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos (hech 17, 26-28).
Pero esta “unión íntima y vital con DIOS” puede ser olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente por el hombre. Tales actitudes pueden tener orígenes muy diversos: la rebelión contra el mal en el mundo, la ignorancia o la indiferencia religiosas, los afanes del mundo y de las riquezas, el mal ejemplo de los creyentes, las corrientes de pensamientos hostiles a la religión, y finalmente esa actitud del hombre pecador que, por miedo, se oculta de DIOS y huye ante su llamada.
En su Pensamiento DIOS sabe y sabía que la respuesta del hombre era la que es, y a pesar de eso envío a su HIJO para que sufriera y padeciera una muerte de Cruz por nuestro rescate. Y ante tanta indiferencia y rechazo, DIOS no cesar de llamar a todo hombre a buscarle para que viva y encuentre la dicha.
Pero esta dicha exige del hombre todo el esfuerzo de su inteligencia, la rectitud de su voluntad, un corazón recto, y también el testimonio de otros que le enseñen a buscar a DIOS. Siendo un regalo de DIOS, no por eso es barato y exige renuncia y todo empeño. Las cosas valiosas son costosas, y la Vida de la Gracia, la Vida plenamente gozosa y eterna nos pide toda nuestra vida terrena.
También, cada uno de nosotros estamos, por nuestro compromiso Bautismal, exhortados a dar testimonio de nuestra fe y a proclamarla, siendo responsables, en nuestra medida y posibilidades, de que otros puedan conocerla y por nuestro testimonio de amor y entrega, descubrirla.
Por eso nos abandonamos en las MANOS del ESPÍRITU para que ÉL nos asista, nos dirija y nos guíe con la Luz que nos Ilumina y nos alumbra el camino a recorrer.
(Del catecismo de la Iglesia católica)
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