miércoles, 4 de septiembre de 2024

UN DIOS ENCONTRADIZO

Esa es la diferencia, nuestro Dios es un Dios que sale a nuestro encuentro. No se queda esperándote, es él el que sale a buscarte. Te ha creado sin tu permiso, pero quiere contar contigo para que tu vida eterna sea plena de gozo y felicidad.  Y, como te ha creado libre, con capacidad de elegir, te busca para proponerte su Plan de felicidad eterna.

Porque, el Señor, tu Dios, quiere que seas feliz y, para eso, te busca. Es más, ha enviado a su Hijo para decírtelo, para enseñarte el Camino, la Verdad y la Vida. Quiere que le escuche y que pongas atención a sus Palabras. De ahí que Jesús, nuestro Señor, el Hijo de Dios Vivo, no se quede en un lugar, sino que recorra los caminos para anunciar esa Buena Notica de salvación eterna.

Su anuncio va dirigido a todos aquellos que sienten necesidad, que sufren  enfermedad, tanto material como espiritual, y a todos los que buscan ser sanados. Porque, solos los que escuchan podrán conocerle y, en Él, salvarse. Ahora, ¿dónde te encuentras tú? Eres de los que se dejan encontrar en el Señor, o de los que huyen de su presencia? ¿Eres de los que abren su corazón a su palabra, o de los que lo cierran y se muestran indiferente a ella?

Serás tú quien decidirás donde te encuentras y que camino tomar. Serás tú quien decidirá provocar un encuentro con el Señor, o evitarlo y huir de la escucha de su Palabra. Simplemente, nuestro Dios es un Dios que nos espera y que, no solo nos aguarda sino que sale en nuestra búsqueda. Sobre todo, preferentemente, a aquellos que van descarriado y por caminos de perdición.

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