martes, 20 de septiembre de 2011

LOS QUE OYEN Y CUMPLEN (Lc 8, 19-21)

La madre y los hermanos de Jesús le buscaban...

No hacen falta más palabras, todo está dicho. Sólo se necesita unos oídos para oír y un corazón abierto a dejar que esas Palabras oídas echen raíces hasta fructificar en buenos frutos. Y los que hacen eso son la verdadera Madre y hermanos, porque oyen la Palabra y la cumplen.

¿Alguien ha cumplido la Palabra del SEÑOR mejor que María, la Madre de DIOS? A la invitación del Ángel san Gabriel, María responde, no sin estar sorprendida, con un "SÍ" firme y comprometido. Su vida desnuda su sana y auténtica respuesta en un compromiso que llega hasta la Cruz. No hacen falta palabras ni gestos ni testimonios. Su actitud y los hechos de su vida lo gritan hasta dejarla clavada al pie de la Cruz. Más no se puede llegar.

Fue la Primera que lo vio nacer y la última que lo vio morir. Allí, al pie de la Cruz, con el discípulo fiel y amado. Esa es la verdadera Madre de DIOS, no podía ser de otra forma, y los verdaderos hermanos representados en Juan. 

Por eso, JESÚS lo dice claramente: aquellos que quieran ser herman@s, Madre no hay más que una, que hagan lo que hizo mi verdadera Madre: "Escuchar y cumplir la Palabra de mi PADRE DIOS. Porque María, aparentemente lejos de ser ofendida o marginada, es exaltada como el ejemplo humano más evidente, firme, obediente, humilde y sumiso a la Palabra de DIOS: "Hágase en mí según tu Palabra". Más no se puede decir.

Por eso, Madre mía, tú que supiste estar a la altura
de ser la elegida por el PADRE para dar luz
a su HIJO JESÚS, siendo tú también
su Madre, intercede por todos
nosotros para que sepamos
también responder
como tú. Amen.

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