lunes, 10 de julio de 2017

LA LEY NO NOS SALVA

(Mt 9,18-26)
Estamos encadenados a la Ley, y pensamos que, cumpliéndola,  nos salvamos. El cumplimiento es la disciplina que está muy metida en nuestro corazón y que, sin darnos cuenta, adoramos, substituyéndola por Dios. Importa cumplir y así nos salvamos. Eso, paño y vino viejo de los antiguos, sigue vigente hoy, y damos mucha importancia al cumplimiento olvidando el amor y el perdón.

Ley y disciplina son esclavitudes que nos someten y, valga la redundancia, nos esclavizan.. No significa esto, ni tampoco quiere decir, que la Ley y la disciplina no son necesarias, sino que ellas, por sí mismas, no salvan, ni, por supuesto, dan vida. Es Cristo, el Señor, quien da Vida. Verdadera Vida Eterna. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

Sin embargo, se hace necesaria nuestra colaboración. Somos seres libres. Creados en libertad, y dependerá de nosotros dar ese paso de abrirnos a la Gracia de Dios. Es lo que nos dice el Evangelio de hoy cuando nos cita estos dos ejemplos de búsqueda y fe. A), el personaje que le pide al Señor que le devuelva la vida a su hija que acaba de morir, b), la mujer que sigue al Señor con intención de tocarle el manto, confiada que así se curará su enfermedad.

Ambos tienen en común la fe, y la persistencia en la búsqueda y encuentro con Jesús. Ambos buscan la Vida, y confían en la única Vida, el Señor. ¿Buscamos también nosotros al Vida en el Señor? ¿O la buscamos en el mundo? El primero, aquel personaje, le pide al Señor que con sólo poner su Mano sobre su hija, ésta recobrará la vida. Y la segunda, aquella mujer hemorroisa, confía en que llegado a tocar su manto, su flujo de sangre terminará y podrá engendrar y dar vida.

Ambos están convencidos que Jesús es Fuente de vida, y, ambos, la buscan en Él. Jesús, no sólo es Camino y Verdad, sino fundamentalmente Vida. Y Vida Eterna. ¿Buscamos nosotros la verdadera Vida en Jesús? ¿Nos ponemos en camino, proceso de fe, para, siguiendo a Jesús encontrar la Verdad y la Vida?

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