Mt 10,16-23 |
Cuando tratas de vivir en la verdad, la vida se te complica. Y es que la verdad cuestiona la mentira que otros quieren imponer. Eso es tan claro como el agua y lo estamos experimentando a cada instante en nuestras propias vidas. En estos mimos momentos de elecciones observamos que algún partido es excluido porque su presencia molesta y descubre, ¿qué?, las mentiras de otros.
Y eso es responsabilidad de todos, porque somos todos los que les colocamos con nuestros votos. Nuestra complicidad queda de manifiesto y no podemos eludirla ni justificarla, ni menos ocultarla, que si, con respecto a los hombres podemos engañarles, no ocurre lo mismo con respecto a Dios. Y eso nos pasará factura, no solo algún día, sino desde ahora mismo como vamos experimentando. Es mejor, nos lo dijo Jesús, perder esta vida para ganar la otra.
Porque, perder esta vida significa ir contra contracorriente y contra todo lo que el mundo quiere presentarte como verdad aparente, pero que en realidad es una mentira disfrazada de verdad. Y eso te complica la vida y te exige una lucha constante contra ti mismo. Porque, para cumplir la Voluntad de Dios es necesario renunciar a nuestras pasiones y a nuestras tentaciones moderándolas según las pautas y caminos que la Palabra del Señor te señala y descubre.
Compartir nuestra fe nos fortalece y nos ayuda a superar las dificultades que salen al paso de nuestra vida. Se hace necesario estar unidos y caminar como comunidad injertados en el Señor para hacerle frente a todas las tentaciones que pueden seducirte y apartarte de ese destino intransferible que tiene el hombre de ser feliz y alcanzar la Vida Eterna. Y eso solo lo puedes alcanzar en Dios.
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