jueves, 6 de febrero de 2025

CONFIADOS EN EL SEÑOR

Se trata de confiar en el Señor, y la mejor y única manera es despojarse de toda aquello que te pueda dar seguridad y tentarte a prescindir de Dios. Así se explica que el Señor nos envíe de esta manera: Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas».

La fe se apoya y se descubre en el camino de la inseguridad. Sólo Dios es mi seguridad y en Él pongo todas mis esperanzas. Claro está que eso no significa que no busquemos lo necesario para vivir y que trabajemos para conseguir lo necesario, pero el criterio que Jesús nos da es que creamos en Él y, en Él, pongamos todas nuestras prioridades.

Tener muy en cuenta que tenemos que poner nuestra confianza en el Señor y en la buena intención y generosidad de la gente que encontremos en el camino. De modo que lo que luzca sea la Buena Noticia, es decir, el Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios, y todo sea por su providencia.

En caso negativo, Jesús, nuestro Señor, también nos da la forma de proceder: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos».  Eso nos explica que encontraremos obstáculos, y quienes rechacen la Palabra de Dios. La consigna es que no nos desanimemos sino actuar como el Señor nos indica.

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