He recibido una invitación, pero no le he hecho mucho caso. Persiste la invitación y sigo sin hacerle caso. Antes, presto más atención a mis intereses particulares, a mis problemas y a tratar de pasarlo lo mejor posible. Paso de invitaciones inoportunas que no me dicen nada y me traen molestias y problemas.
Esa puede ser una de muchas respuestas negativas a una llamada de invitación que DIOS nos hace al banquete de la vida eterna. somos sus hijos por nuestro compromiso de Bautismo, pero hemos rehusado a considerarnos tales. No queremos ninguna invitación.
Llegará el mañana, y nuestra invitación fue dirigida a otro u otros. Quizás alguno la haya aceptado y mi puesto haya quedado ocupado. También puede ser que a otros haya cogido de improviso, y no estén preparados, con el traje adecuado, para asistir al evento. Habrá muchas sorpresa y lo mejor será poner atención y prepararse para no dejar pasar la invitación. Mañana puede ser tarde.
Que sepa, DIOS mío, mantenerme presto y atento
a tu invitación. Que vele mis vestidos de
gala para que nada me falte y,
no ser que vaya mal
presentado, sea
despedido de tu banquete. Amén.
Muchas Gracias por el congreso de ayer.
ResponderEliminarSeguimos en contacto.
Un fraternal abrazo.