Todos los hombres, también los alejados y los incrédulos, están llamados a trabajar en la viña del SEÑOR y recibir su paga. Nadie se quedará sin ella, aunque luego, DIOS, nuestro PADRE y Jefe, no nos recompesará en la medida de nuestro trabajo, sino en la medida sin medida de su amor infinito. Es una muy buena frase, recogida del Evangelio preparado por José A. Martinez Puche, dominico, que nos abre a la inmensa Misericordia y Amor de DIOS.
Todo es Gracia de DIOS. Nada mereceremos por muchos talentos y obras que hagamos. Eso nos ayudará a mantenernos humilde, porque todo nos viene de ÉL. ¿Por qué, luego, engreirnos? Si lo piensas detenidamente no hay ningún motivo para dejarse tentar por esa vanidad. El SEÑOR sabe la medida que tú das. Por eso necesitamos darnos totalmente no de forma parcial o con condiciones.
Tampoco importa la hora, el momento, las circunstancias. ÉL sabe las condiciones del trabajo que te encarga. También sabe la hora y el momento. Nunca es tarde para ÉL. Simplemente es la hora que ha escogido para ti.
No dejes que me diluya en el ruido de las cosas
de este mundo y no te escuche.
Tampoco permitas que me distraiga y no
responda a tu llamada. Tengo la
sensación de esquivarte
otras veces. Dame
fuerzas para
que esta
vez
SEÑOR, aquí estoy. Amén
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